El análisis de las cifras acerca de la caída de un 50% del superávit fiscal, fuga de capitales y ganancias de empresas, consignados hoy con títulos engañosos y total o parcialmente por los medios, en todo caso enfatizando tantos aspectos como intereses expresan, merece hacer una lectura más detenida de números, sin ignorar que son áridos y a los que el lector y aún el analista político suelen eludir.
La crisis financiera internacional empezó a golpear el sector externo de la economía en el último trimestre del año pasado. Pese a ello, el balance de pagos difundido ayer por el Indec registró un resultado positivo de la cuenta corriente, en un contexto de desaceleración en las exportaciones y fuga de capitales. El saldo anual de la cuenta corriente arrojó un resultado positivo de 7588 millones de dólares, 6,8 por ciento más que en 2007. Esta performance se verificó en un escenario con una salida de divisas que superó los 11 mil millones y con utilidades de las empresas extranjeras común importante incremento. A pesar de esas ganancias crecientes, la reinversión de esos beneficios en la economía local se desplomó, pues sin ninguna justificación, como queda claro, les conviene suspender y despedir obreros y empleados para hacerse con el efectivo.
Para el cuarto trimestre de 2008, la cuenta corriente registró un resultado positivo de 1806 millones de dólares, cerca de 2000 millones menos que en el mismo período en 2007. Esta disminución estuvo impulsada por una caída del 22 por ciento en el superávit de bienes. Las exportaciones continuaron registrando incrementos de precios, pero el impacto en las cantidades fue más significativo por los efectos de la crisis internacional en Brasil y los principales socios comerciales. El único rubro que registró un aumento en el cuarto trimestre de 2008 fue Manufacturas de Origen Industrial (autos, siderurgia y químicos). La caída en las importaciones se explica por un menor dinamismo de la economía local.
El año pasado la cuenta capital y financiera fue deficitaria. El resultado negativo de 9326 millones de dólares se debió principalmente a la fuga de capitales, que llegó hasta los 11.293 millones de dólares. En el último trimestre el egreso neto de este rubro ascendió hasta los 3426 millones de dólares, pese a lo cual la fuga de capitales del año pasado es un 50 por ciento inferior a la registrada a mediados de 2002, cuando en medio de la crisis había llegado a superar los 23 mil millones de dólares. De todas maneras, y pese a la acción del BCRA, las reservas internacionales terminaron 210 millones por encima de 2007. En el Ministerio de Economía confían en que el proyecto de blanqueo de capitales colaborará para compensar, en parte, la fuga. Bancos privados y consultoras estiman que se mantendrá el saldo positivo de la cuenta corriente, aunque no en el mismo nivel debido al impacto de la crisis internacional.
Por otro lado, las utilidades obtenidas durante 2008 por las empresas extranjeras, que amenazan con despidos masivos, fueron extraordinarias y ascendieron hasta los 5930 millones de dólares. Pero, más allá de la alta rentabilidad obtenida, la reinversión de las compañías transnacionales fue casi nula. En 2007 los desembolsos habían llegado al 40 por ciento de sus utilidades y el año pasado no llegaron a superar el 10 por ciento. Aunque la inversión extranjera directa aumentó en términos interanuales, la participación de los beneficios obtenidos en este rubro por las firmas fue muy limitada, ubicándose por debajo del 5 por ciento. Toda una definición, en cifras contundentes, para los que lloran por la supuesta falta de “seguridad jurídica” como causa de la falta de inversiones extranjeras, como si las reglas, y más aún las crisis, del sistema capitalista no existieran.
La crisis financiera internacional empezó a golpear el sector externo de la economía en el último trimestre del año pasado. Pese a ello, el balance de pagos difundido ayer por el Indec registró un resultado positivo de la cuenta corriente, en un contexto de desaceleración en las exportaciones y fuga de capitales. El saldo anual de la cuenta corriente arrojó un resultado positivo de 7588 millones de dólares, 6,8 por ciento más que en 2007. Esta performance se verificó en un escenario con una salida de divisas que superó los 11 mil millones y con utilidades de las empresas extranjeras común importante incremento. A pesar de esas ganancias crecientes, la reinversión de esos beneficios en la economía local se desplomó, pues sin ninguna justificación, como queda claro, les conviene suspender y despedir obreros y empleados para hacerse con el efectivo.
Para el cuarto trimestre de 2008, la cuenta corriente registró un resultado positivo de 1806 millones de dólares, cerca de 2000 millones menos que en el mismo período en 2007. Esta disminución estuvo impulsada por una caída del 22 por ciento en el superávit de bienes. Las exportaciones continuaron registrando incrementos de precios, pero el impacto en las cantidades fue más significativo por los efectos de la crisis internacional en Brasil y los principales socios comerciales. El único rubro que registró un aumento en el cuarto trimestre de 2008 fue Manufacturas de Origen Industrial (autos, siderurgia y químicos). La caída en las importaciones se explica por un menor dinamismo de la economía local.
El año pasado la cuenta capital y financiera fue deficitaria. El resultado negativo de 9326 millones de dólares se debió principalmente a la fuga de capitales, que llegó hasta los 11.293 millones de dólares. En el último trimestre el egreso neto de este rubro ascendió hasta los 3426 millones de dólares, pese a lo cual la fuga de capitales del año pasado es un 50 por ciento inferior a la registrada a mediados de 2002, cuando en medio de la crisis había llegado a superar los 23 mil millones de dólares. De todas maneras, y pese a la acción del BCRA, las reservas internacionales terminaron 210 millones por encima de 2007. En el Ministerio de Economía confían en que el proyecto de blanqueo de capitales colaborará para compensar, en parte, la fuga. Bancos privados y consultoras estiman que se mantendrá el saldo positivo de la cuenta corriente, aunque no en el mismo nivel debido al impacto de la crisis internacional.
Por otro lado, las utilidades obtenidas durante 2008 por las empresas extranjeras, que amenazan con despidos masivos, fueron extraordinarias y ascendieron hasta los 5930 millones de dólares. Pero, más allá de la alta rentabilidad obtenida, la reinversión de las compañías transnacionales fue casi nula. En 2007 los desembolsos habían llegado al 40 por ciento de sus utilidades y el año pasado no llegaron a superar el 10 por ciento. Aunque la inversión extranjera directa aumentó en términos interanuales, la participación de los beneficios obtenidos en este rubro por las firmas fue muy limitada, ubicándose por debajo del 5 por ciento. Toda una definición, en cifras contundentes, para los que lloran por la supuesta falta de “seguridad jurídica” como causa de la falta de inversiones extranjeras, como si las reglas, y más aún las crisis, del sistema capitalista no existieran.
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