martes, 27 de septiembre de 2016

LOS OJOS DEL CHE

El fin de la última semana de septiembre,a días
 de un nuevo aniversario de la caída en combate de
Ernesto Guevara, en octubre de 1967, llega
a todas las librerías del país.
A no perderlo.

Agradezco a Isidoro Gilbert y Marcos Gorban por el reconocimiento, que me otorgan, con motivo de la salida del libro del segundo: “LOS OJOS DEL CHE”, publicado por Editorial Sudamericana.
En el primer caso, Isidoro, por confiar en una fuente que le aporté cuando escribía su libro LA FEDE, y la que trató con lógica prudencia, pues no pudo chequear todo lo que hubiera querido, una historia y un hombre, que por otra parte no quería revelar su historia, que sólo tenía mi aval.
En el segundo, Marcos, por ir a fondo en la investigación acerca de apenas un (enorme, en su potencia, no mi prosa subcapítulo de mi libro Secretos En ROJO, y que a medida que fue profundizando, en no pocas ocasiones le obligó a encontrarse con su propias raíces. Ahora, en todo el aplauso para un modelo del tan bastardeado "periodismo de investigación", encarado en serio y sin concesiones por Gorban.
De la mano de otros escritores, en este caso un gran periodista y productor audiovisual, los personajes de mi libro SECRETOS EN ROJO comienzan a recorrer su propio camino, a ocupar su lugar con pleno derecho. Creo que es un orgullo para Ediciones Corregidor y para mí, haber abierto la picada, a la que espero sigan otros de los temas absolutamente desconocidos, u ocultos, revelados por el libro.
Si solo unos pocos siquiera harían un MÍNIMO esfuerzo COMO PROFESIONALES para tomar tantas revelaciones del libro de Isidoro, o del mío, Secretos En ROJO, algunas de las cuales cambian de fondo las "verdades académicas", incluidas algunas supuestamente alternativas y “rebeldes”, tendríamos una mejor historia sin dudas, y mejores elementos para iluminar nuestra práctica política, al menos los que nos empeñamos en mantenerlas pese a los años y las derrotas.
Dejo de lado los que sólo escribieron para auto justificarse.
Hablo de tantos periodistas, estrellas fugaces gracias a mamotretos, llenos de mentiras y verdades a medias, y de una inmensa falta de seriedad y responsabilidad, y apelo a quienes sueñan con el periodismo de investigación en serio: crítico, sin contemplaciones, pero con laburo, no pagos por las editoriales con tiempo fijo de hechos y testimonios que cambia –solo para dar un ejemplo
Les hablo a los investigadores e historiadores que omiten encarar un estudio pese a que en estos libros hay revelaciones, documentadas, que desmienten a falsarios de la historia acerca de hechos clave de la segunda mitad del siglo XX. U otros que exigen revisar la santificada historia de la lucha armada, de las organizaciones político-militares y la guerrilla en la Argentina.
Marcos Gorban, feliz. Yo tambièn. Y ese hombre de carne
 y hueso -aunque  supere largamente lo que acostumbramos
 a definir como tal- que se hace llamar Fernando
Escobar Llanos, rescatado en la memoria y en la historia.

Gorban tomo de las revelaciones de un colaborador clave del Che, anticipadas en LA FEDE pero ampliadas en mi libro, las que nadie se molestó en encarar, como tampoco les llamo la atención –y si lo hizo en Paraguay, Moscú o Francia, el trabajo de solidaridad en algunos casos, de contrainteligencia y respuesta, en otros durante la Operación Cóndor.
La omisión en los medios “serios” e “independientes”, que siquiera comentaron estos –entre muchos hechos documentados-- me molesta, pero era previsible.
La de los supuestos “progres” que siquiera lo citaron (y sé bien que los leyeron, y en algún caso ensayaron vergonzosas explicaciones) no tienen perdón: ¿Egos mortificados?, ¿Tal vez las viejas querellas canallas con el PC? ¿Vagueza intelectual que abunda en el gremio?, y no solo entre los “malos” de la historia.
Todo vale para justificar lo injustificable.
Por eso vale doble el trabajo de Marcos Gorban, que recomiendo leer. Una prosa envidiable, que envuelve y --definitivamente- atrapa. Una prosa envidiable, que envuelve y --definitivamente- atrapa. Pero tambièn derriba puertas y prejuicios, desbroza el camino de prejuicios para encarar muevas reflexiones, y lo hace entre la sorpresa del dato y el placer de la prosa.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Murió un combatiente antipinochetista, un héroe del contraataque ante la Operación Cóndor




   En París, nunca tan lejano, se nos fue el querido “Pepe”, el periodista chileno José Maldavsky: serio cuando había que serlo. De un humor corrosivo aún en las paradas más difícil. Inflexible con las agachadas.

   Con él –Isidoro Gilbert, Lucho Córdoba, Enrique Martini, mi hermano Rodolfo Nadra, el poeta paraguayo Elvio Romero, el charrúa Ricardo Saxlund,  entre otros—integramos un equipo de contrainteligencia, y en ocasiones de acción, que denunció y enfrentó la Operación Cóndor, desde fines de los 70 hasta avanzados los años ’80. Su sede argentina fue una oficina en Córdoba 652, 11 E, y hombres y mujeres en Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, como equipos en Praga, Berlín, Moscú  y las principales capitales europeas.
   Parcialmente cuento esa historia en mi libro “Secretos en Rojo. Un militante entre dos siglos”.
   Tal vez alguien, alguna vez, rinda homenaje a esos luchadorxs, escriba ampliamente su historia, omitida aún en los comentarios de la prensa canalla acerca de las explosivas revelaciones que realicé, relegada por una Academia que investiga solo lo que le interesa o rinde, económica o políticamente. En los dos àmbitos, la prensa y la academia, a la dominante historia de los vencedores se ha incorporado ahora lo que considero "La historia de los vencedores entre los perdedores". Para la primera hay mucho espacio, para la segunda menos, para la tercera nada, o casi nada, que "no es lo mismo pero es igual",

   Pepe, dio testimonio en una nota para el libro, que lo pinta de cuerpo entero, tanto al que conocí como al hombre que se forjó en las décadas siguientes:

“Aunque les asombre, no tengo intención de relatarles en detalle mis recuerdos de la aventura de la calle Córdoba 652, en Buenos Aires, entre el año 1973 y el año 1975.
La pregunta que surge hoy de esta experiencia se vuelca en dos palabras; memoria y resistencia: ¿en qué medida Córdoba 652 es una referencia?
(…)
“Después de los acontecimientos de Córdoba 652, los tiempos han cambiado. Pero el compromiso democrático ha adquirido el sentido de una lucha que traza, sin descanso, las vías de transmisión de la memoria histórica y la necesidad absoluta de resistir.
“Casi cuarenta años más tarde, nuestros modestos despachos noticiosos revelan el lugar determinante de la historia de resistentes anónimos contra la dictadura en la vida política de las democracias.
“Nuestro profesionalismo permite demostrar hoy que memoria y resistencia permanecen como un valor fundador de la legitimidad de optar por la democracia.
“Hoy nuestros países  se desarrollan, pero el riesgo del olvido de un pasado reciente nos invita a mirar hacia atrás. La memoria es un valor esencial de la vida social. Ella surge cuando las sociedades se enfrentan a la historia de su fundación y a la herencia recibida de los regímenes precedentes.
(…)
“Tales enfrentamientos pueden redefinir la legitimidad de la elección de la democracia, pero también pueden terminar en la negación del pasado contribuyendo al cuestionamiento de los valores que la originan.
“La historia reciente de nuestros países prueba que memoria y resistencia están en el centro de los valores que permiten construir la democracia.
“Confirma que la memoria es la esencia de una crítica a la altura del hombre, frente a aquellos que privilegian una visión dogmática de una historia en movimiento y regida por las reglas de la economía de mercado.
“La historia fue escrita en Córdoba 652 paso por paso, en el anonimato. Ignorábamos si estábamos escribiendo las páginas de una historia triste para las nuevas generaciones: para que nunca más se repita, sigamos resistiendo.
“Quisiera por último rendir homenaje, agradecer y manifestar mi reconocimiento a la solidaridad internacional de los integrantes de la calle Córdoba 652, sin la cual no estaría escribiendo en este momento.
“No sólo me acogieron en su seno, con la generosidad que los caracteriza, sino además enarbolaron la bandera de la lucha de un pueblo martirizado por una dictadura como si fuera el suyo. Y eso no se olvida nunca”.

   Otras tareas llamaron a Pepe dentro de aquel Chile martirizado.
   La DINA lo encarceló cuando editaba en la clandestinidad el periódico del Partido Comunista de Chile, El Siglo.
   Torturado y confinado, partió luego al exilio y se radico en Francia donde no abandonó sus ideales, pero se convirtió  en un documentalista de renombre internacional.

   Yo lo quise y lo querré. Hasta que me vaya. Y quiero entregar ese amor a los suyos: con sus hijos, Alioshsa, Yuri y Nicolás y la madre de sus hijos, su compañera de entonces y nuestra amiga Marilú.

   Desde la cámara que ilustra este insuficiente texto nos retrata, en el pasado y en el presente. Me recuerda que no bajaremos los brazos, pero no puede evitar que no quepa tanto dolor en un corazón ya  lastimado.


Alberto Nadra