domingo, 23 de mayo de 2010

Los "juristas" del genocidio


Hoy, Horacio Verbistky, publica los antecedentes de los firmantes de la solicitada que denunciamos en nuestro post del 18 de mayo. Aunque en nuestra opinion, desarrollada en esa ocasion en nota que no publicó siquiera Página/12, hay elementos de mayor trascendencia política, los datos de archivo son valiosísimos , màs allá de la mutua antipatía que sin duda nos profesamos con el autor.

jueves, 20 de mayo de 2010

Silvio Rodríguez: “Sigo admirando del Che su insaciable compromiso con la verdad”


( Por Sergio Marelli) Silvio Rodríguez pertenece a esa estirpe de juglares para quienes la palabra es un ardiente oficio que combina la siembra con el vuelo, alguien que no está en los mercados grandes de la palabra pero dice lo suyo a tiempo y sonriente. Rabelais decía no ser lo suficientemente docto como para tomar la luna con sus dientes, pero Silvio, trovador errante, enciende las hogueras, convoca luciérnagas y sabe el nombre de la chispa que salta de la crepitación hacia la noche. Su sed no se entretiene fácil, no acepta la poesía rumiante que no altera la digestión del poeta; su poesía es la de los labios que se endurecen para decir bellas palabras. No cría una posteridad de versos según los últimos cánones en boga. Va hacia donde arde la lágrima para convencer que la risa aún es posible. Agrega su paso a los pasos de los que emprenden la larga marcha hacia sí mismos “armados de pecho hasta la frente”, como dijo Vallejo. Hace crecer el plumaje del fuego para espantar todos los fríos, hacer del desabrigo, amparo, y de las resecas manos un cántaro donde los solos sacian su antigua sed; a ellos, los condenados por su rebelión, da su canción de amigo. Sus canciones, aun las de más explícito contenido social, jamás le confieren el carácter de predicador político. Siempre está en la búsqueda de un humanismo sin mordazas, sabe que el alma no es un asunto de tinieblas sino puro y ardiente compromiso terrestre. No es un repetidor de consignas a destajo, un publicista de nobles propósitos, un corredor de ideologías a domicilio. Pero tampoco es un abonado a la podrida pureza del arte puro y su abstracta geometría de almas bellas. Es un revolucionario. Antena que recoge noticias de la magia que anuda las hebras de lo cotidiano. Camina con una brújula encantada siguiendo el ejemplo de los que entregaron a una causa generosa hasta la última gota de sangre, hasta el último hálito de su aliento, convencidos de que la justicia sobre la Tierra no caerá de la distraída mano de Dios, sino será hija de la lucha. A ellos canta desbordado. La historia no es una vía muerta donde se herrumbra el tren de los sueños, piensa Silvio Rodríguez, por eso desecha tentaciones al lado de las cuales, las ofrecidas por el Maligno en el desierto, no son sino inocentes pregones de feria. “Asiente y eres cuerdo, disiente y eres de inmediato peligroso, y quedas atado a una cadena”, escribió Emily Dickinson; por eso Silvio Rodríguez es peligroso para los que quieren cortar la libertad a la medida de su impotencia, ajenos al espíritu de la revolución cuya estatura crece, incesantemente joven, imposible de ser aplastada bajo la inmensa osamenta de la burocracia. “Siempre tendré un enemigo con el semblante arrugado y más cansado que yo. Los que a lo largo de su sombra quieren cortar la medida de toda revolución.” Y, en su último disco, pide: “Superen la erre de revolución. Restauren lo decrépito que veo, pero déjenme el brazo de Maceo y, para conducirlo, su razón.” Este poeta sigue mirando el horizonte con ojos heridos de soñar, dando voces de amor a cuatro vientos, buscando su unicornio azul, apurando las ruinas del infierno, y así seguirá hasta el fin de sus horas, hasta convertirse en una chispa transitoria disuelta en las remotas antífonas que saben las cigarras.

-Tonada del albedrío es una canción dedicada al Che, ¿qué es lo que más te atrae de su recuerdo?

-Todavía admiro lo mismo que siempre admiré de él: que fue un hombre capaz de vivir como pensaba. También su insaciable compromiso con la verdad, lo que lo separaba de pensamientos revolucionarios ortodoxos.

-Sin duda sos un hombre comprometido políticamente; pero como artista, tu compromiso principal es con la belleza, casi no se te conoce un solo panfleto cantado. Me gustaría alguna reflexión tuya al respecto.

-Yo fui un joven que participó con entusiasmo en la transformación revolucionaria que se produjo en Cuba durante la década del ‘60. Entonces trabajé en varios medios de prensa efectivamente muy políticos. Empecé a los 14 años en el semanario Mella, de la Unión de Jóvenes Comunistas; después estuve en la revista Venceremos, del Ejército de Occidente; por último trabajé en la revista Verde Olivo, órgano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Sin embargo en 1965 escribí una canción contra la discriminación racial que no era un panfleto, sino un reclamo humano. La única explicación que tengo para esto es que junto a mi compromiso social también fui desarrollando un gusto por la poesía y un hábito de lecturas que fue determinante como influencia, a la hora de escribir canciones.

-¿Cuáles son los retos a los que te enfrentás hoy como artista?

-En el fondo se parecen mucho a los que tenía cuando empezaba. Siempre hay cosas por decir, pero a veces no sale una nota. Otras uno ve una servilleta, pide una pluma prestada y aparece un montón de palabras. Para mí lo decisivo es tener ganas. Siempre que hay verdaderas ganas, aparece algo.

-¿Por qué te declarás un trovador antiguo?

-Porque llega un momento en que lo que fue considerado actual empieza a formar parte de la tradición. La tradición es como una tropa fantasma a la que se le van sumando almas. Cuando nos llega esa hora, lo que llaman actual son unos jovencitos que se parecen a uno mismo cuando tenía 40 menos. Es algo que se ve clarito.

-En este último disco hay una canción que hiciste con Víctor Heredia. Hablanos de ella, ¿cómo nació?, ¿cómo te resulta la experiencia de componer con otro?

-No compongo a menudo con otros. Pero Víctor me mandó un poema sobre los niños y no tuve más remedio que ponerle música porque tiene un lenguaje muy tierno. Dice, por ejemplo: “Tu risa enharinada”. Eso me sedujo y le hice una música que me pareció como argentina, aunque no sé, puede que sea una percepción personal. Él incluyó este tema, que se llama Lo cierto, en su último disco. Yo lo iba a poner en Segunda cita, pero después se me ocurrió dejarlo para más adelante y juntarlo con otras canciones con amigos.

-Recuerdo haber visto un recital tuyo, en Buenos Aires, en la primera fila del teatro estaba Atahualpa Yupanqui, quien se puso de pie para aplaudirte. Antes de ponernos de pie nosotros, para aplaudir la memoria de Atahualpa, te pido me cuentes cuándo lo conociste y qué recuerdos tenés de él.

-Conocí a Don Ata en febrero de 1985, en Berlín. Fui a disfrutar de un concierto que él daba y, al final, de fresco, me acerqué a saludarlo. No sabía si le iba a gustar que lo fueran a ver tras la actuación, pero me recibió con calidez y hasta me dejó tocar su guitarra. Al día siguiente comimos en Alexander Platz, donde le hablé de amigos comunes que lo mentaban mucho, como Alfredo Zitarrosa y Naldo Labrín. Tiempo después le escribí una cartita y la puse en un disco. Angel Parra me contó que eso le había gustado. Después nos vimos aquella vez en Buenos Aires, pocos meses antes de su muerte. Yo estaba con Eduardo Aute y Yupanqui nos citó en un lugar llamado Los Teatros. Allí lo invité a mi concierto. Me llamó la atención que sólo pidiera una entrada. Pensé que no iba a ir. Así que fue una gran sorpresa saber que estaba aquella noche en la sala. Recuerdo que cuando le dediqué el concierto, el teatro, de pie, lo aplaudió a rabiar. En medio de aquella ovación fue la última vez que lo vi.

-En Segunda cita hay una canción basada en un relato oral de García Márquez. ¿Cómo fue esa reunión cumbre? ¿García Márquez ya escuchó la canción?

-Fue algo que pasó hace más de 20 años. Tomamos un avión de La Habana a México, con escala en Cancún. Por raro que parezca, durante la primera etapa del vuelo él y yo éramos los únicos pasajeros. En cuanto vi aquello supuse que era una de las cosas que le ocurrían a García Márquez todos los días y que yo sólo estaba allí para comprobarlo. Fue una travesía de nubes negras y saltos, así que nos necesitábamos el uno al otro. En ese ambiente fraterno él me contó de algunos argumentos pequeñitos que a veces se le ocurrían, casi como imágenes. Él pensaba que aquellas historias minúsculas podían ser canciones. Me contó dos o tres, y al menos dos de ellas las encontré después, puestas como de paso, en sus narraciones. No hay más nada que contar al respecto. Y no: no puede haber escuchado la canción todavía, aunque pienso mandarle un disco.

-Pasemos del gran novelista colombiano a un muy prometedor narrador cubano, ¿en dónde ha quedado el Silvio Rodríguez novelista? Hace algunos años intentaste probarte en esos terrenos.

-Permíteme que me sonría, pero me parece que te has confundido. Chico Buarque, Víctor Heredia y Amaury Pérez son los cantores novelistas. Yo sólo soy un fan de lo que son capaces de hacer.

-¿Cuáles son los misterios de los que te sentís más aficionado?

-Uno de mis primeros oficios fue el de dibujante. Eso es lo que más hice en aquellas publicaciones en que trabajé de adolescente. Desde entonces me aficioné a la fotografía, por sus valores plásticos, pero también por la alquimia de congelar el tiempo. Todavía ando con cámaras. Pudiera decirse que son mi violín de Ingres.

-Mirá hacia la puerta, acaba de entrar un cholo. Viene de la eternidad, pero él dice que nunca se fue de Santiago de Chuco, le han pegado duro con un palo y duro también con una soga; quiere sentarse a esta mesa, que le sirvamos un luminoso vino fraterno para seguir soñando, ¿qué le dirías?

-Que escuche a Ernesto Guevara recitar Los Heraldos Negros. Que lo busque por ahí, por donde andan, y le diga que se los recite, para que vea cómo se le ponen los huesos de gallina.

-¿Cuándo supiste de la existencia de la poesía?

-Mi padre me leía poemas cuando yo tenía 7 u 8 años. Esa fue la primera noción que tuve. La de un obrero agrícola, con segundo grado de escolaridad, que leía en voz alta Los motivos del lobo, de Rubén Darío.

-Hiciste algunos recitales poético-musicales con un quijote hamletiano del Caribe, Roberto Fernández Retamar. Contanos de esa experiencia, y trazá una semblanza de él.

-No me parece que a Roberto le pueda servir de mucho una valoración mía, aunque en verdad es un querido amigo desde hace años. Él ya era director de la revista cuando yo llegué, jovencito, a Casa de las Américas en 1968. Incluso ya tenía toda una trayectoria literaria, amigo de Lezama y del maravilloso grupo que fundó la revista Orígenes. Cuando yo le conocí, Roberto ya era una de las voces poéticas principales de su generación y además era maestro de algunos de mis amigos, en la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana. Roberto ha estado vinculado a muchas cosas que han sido importantes para mí. Para empezar, la mismísima Casa de las Américas y su fundadora, nuestra querida, imprescindible Haydeé Santamaría. Imagínate que recuerdo a Paco Urondo y veo a Roberto; a Roque Dalton y veo a Roberto; a Mariano Rodríguez y veo a Roberto; a Ernesto Cardenal y veo a Roberto; a Julio Cortázar y veo a Roberto… y siempre veo a Haydeé, que es como el alma de todas esas visitaciones. El año pasado, cuando se cumplió medio siglo de la Casa, lo invité a que hiciera conmigo un recital de poesía y canción, y Roberto, que nunca había leído sus poemas allí donde trabaja hace más de 40 años, tuvo el gesto espléndido de hacer el recital conmigo. Unos meses después lo repetimos en el Auditorio Nacional de México DF, con mucho éxito, por cierto.

-Si pudieras pegarte unas alas, para dónde volarías: el pasado o el futuro, ¿qué imaginás que verías o qué te gustaría ver?

-Me gustaría ver cosas que hoy pudieran considerarse imposibles: más respeto recíproco, menos peso de intereses mezquinos, más predominio de la solidaridad. Pura utopía.

-¿Qué puede más en vos, el desencanto o el deseo? ¿Es una batalla que siempre tiene el mismo ganador?

-Creo que en mí predomina el deseo, aunque a veces tenga días más oscuros.

-¿Tenés pensado venir a Argentina a presentar el disco?

-No le tengo mucha fe, internacionalmente, a Segunda cita. Es un disco, en cierto sentido, local. Empezando por Segunda cita, que está llena de referencias al último medio siglo de nuestra historia. Sea señora, Huracán, Trovador antiguo están bastante centradas en nuestra realidad. Pero si resultara gustar, claro que sí, con mucho gusto que lo haría.

La inflación, sus causas y los mitos.


Confrontando con la orientación neoliberal se rebaten aquí sus mitos teóricos y de política económica, para terminar demostrando que la inflación es un mecanismo de apropiación monopólica de la riqueza social. El necesario enfrentamiento contra la inflación, más que técnico es político: ganar en correlación de fuerzas es el requisito para salir airoso. Propuestas en consonancia. Nota de Isaac Grober, Magister en Economía, Miembro del Consejo Editorial de la Asociación Civil-Cultural Tesis 11.

Definimos la inflación como aumento reiterado y generalizado de precios y lo diferenciamos de la variación puntual, aislada de la de unos u otros productos y/o servicios, alzas que pueden manifestarse sin que por ello se las encuadre como proceso inflacionario

Al abordar el tema de las causas de la inflación centraremos el examen de este fenómeno al que vive la economía argentina desde el año 2003. Circunscripto a este período, aislamos el campo sometido a examen y hacemos más comprensible la esencia de la ilustración al evitar la introducción de variables como el de las abruptas variaciones del tipo de cambio y su efecto sobre el costo de las importaciones o el de la saturación de la capacidad productiva de ramas vitales de la economía que, obligadas por ello a operar en forma ineficiente, descargarían su efecto sobre los costos de producción y los precios. Como ninguno de casos acuso existencia durante estos siete últimos años, tampoco puede pensarse que sean causales de peso del fenómeno inflacionario desde el 2003 para acá.

Adentrándonos ahora al por qué de la inflación y pasando revista a las explicaciones de los economistas y exponentes del pensamiento neoliberal, encontraremos que todos ellos coinciden en atribuirla al exceso de demanda de bienes y servicios por sobre la oferta.

Así, asentados en la “natural” ley de la oferta y la demanda quieren explicar el ritmo de los precios e inducir soluciones. Omiten que para su formulación teórica esa ley parte del supuesto de que todos los que acuden al mercado, tanto oferentes como demandantes, son entes atomizados, no hay monopolios ni oligopolios y ninguno de esos entes, aisladamente, tiene capacidad de incidir en los precios.

Para explicar causas, el neoliberalismo razona como si estuviéramos en los albores del capitalismo, época en la que nacen estas herramientas teóricas del análisis económico: si aumenta la demanda sin el correlativo aumento de la oferta, suben los precios y viceversa. Los precios son – según la ortodoxia y su visión del mundo real de hoy – función del juego de la oferta y la demanda.

RESTRICCIONES DE LA OFERTA

En cuanto a la oferta, la primera falacia de su razonamiento radica en su generalización, porque no diferencia la envergadura del ofertante ni el sector o rama desde el que actúa.

Veamos: el exceso de oferta por sobre la demanda tiene efecto deprimente sobre los precios sólo y por razones obvias, en el caso de productos perecederos y en general también en el caso de oferentes o etapas corporizadas en las pymes. Téngase presente que éstas son empresas de una acotada dimensión como para soportar el peso de los gastos fijos ante la caída de ventas. Más aún, si se deprime la demanda y por tanto las ventas, las pymes podrán contener el avance y hasta reducir los precios, pero lo normal es que en el ciclo siguiente reduzcan la producción y por tanto la oferta.

Pero las empresas concentradas de la producción y de la comercialización, por tener clientela cautiva y dominio del mercado – lugar común en la estructura argentina - no tienen necesidad de sujetarse a esa misma regla en relación a los precios. Tampoco tienen necesidad de bajarlos, ni lo hacen, por el hecho de realizar inversiones y aumentar la oferta. Más aún, cartelizan el mercado y los precios con sus escasos competidores de peso equiparable, si los tienen.

En general y a este nivel, ni la mayor inversión ni el aumento de la oferta aseguran la contención de los precios. Suena por eso risible argumentos como que la falta de reglas claras y de incentivos y el clima hostil hacia los negocios, tan en boga cuando se trata de endosar su propia responsabilidad al gobierno, son causas de la insuficiente inversión generadora de riqueza como freno a la inflación.

EL EXCESO DE DEMANDA

El crecimiento del gasto público es para el neoliberalismo el responsable del crecimiento de la demanda y con ello, el otro motor de la inflación.

Caen en la volteada la obra pública, los salarios estatales, los aumentos a los jubilados, la asignación universal por hijo, los subsidios directos e indirectos al consumo popular y la intervención directa del estado cuando sustituye a la gestión privada como operador económico, gastos éstos que terminan siendo financiados, según acusan los ideólogos neoliberales, con déficit fiscal, con emisión monetaria, con uso “indebido” de reservas internacionales, etc. Por eso, simplificando, el manejo monetario “imprudente” es para ellos determinante de la inflación.

Va de suyo que el mayor gasto público dinamiza la demanda agregada y por tanto al mercado interno. Sin embargo surge el interrogante de por qué debe potenciarse la suba de precios por el sólo hecho de una mayor demanda sin la existencia de cuellos de botella en áreas vitales de la estructura de la oferta que fuercen una producción ineficiente y por tanto a costo más alto.

En otras palabras, si no existe crecimiento de costos, por qué la mayor presión de demanda, por qué la mayor disponibilidad de dinero en manos del público y de las empresas, se debe traducir en crecimiento de precios.

Y acá la respuesta que queda es una y única: el mayor poder de compra en el mercado, que en principio se expresa como mayor demanda, como avidez por adquirir los bienes y servicios, es la condición para hacer realidad la apropiación privada de la riqueza social por parte del vendedor, apropiación que se hace viable a través de la suba de precios.

Este instinto por la apropiación privada de la riqueza social, es propia del capitalismo y de todos los empresarios, cualquiera sea su nivel. En la competencia por subsistir, hay que crecer, hay que ser más, ganar más, tener más capital. La diferencia está en quien reúne las condiciones económicas para traducirlo en hechos. Y las mismas razones que expusimos al analizar la posibilidad de variar los precios con los cambios de oferta, esto es las restricciones que enfrentan las pymes para “comandar” la suba de precios, se reproducen aquí cuando examinamos la posibilidad de asumir esa iniciativa en correlación con el crecimiento de la demanda. En general las pymes reaccionan como reflejo y resultado de lo que a ellas les impone como proveedor o demandante el capital concentrado, verdadero formador de precios y apropiador principal de la riqueza social. Más sencillo, la inflación es uno de los mecanismos para la obtención de una ganancia extraordinaria y su resultado termina siendo la apropiación monopólica del producto social.

Que ni el crecimiento de la demanda ni la menor oferta son por sí mismas las responsables de las alzas lo prueba el ritmo de los precios del 2009. Fue un año con caída del crecimiento por efecto de la crisis mundial, con mayor desempleo y del empleo informal, con reducción de ventas, con aumento de la capacidad ociosa y significativas bajas en los precios internacionales de muchos insumos. Sin embargo los índices de inflación, tanto oficiales como los de consultoras privadas fueron los más elevados desde el 2003 en adelante.

Lo preocupante de este enfoque es la política económica “correctiva” que de ella se deriva: reducir en parte el gasto público y en parte recurrir al endeudamiento, deprimiendo el mercado interno , el nivel de ocupación y las condiciones de vida de la mayoría del estamento popular, incluidas amplias porciones de las capas medias. Es el conocido ajuste, el enfriamiento de la economía. Es el camino a la crisis que se termina expresando en destrucción de fuerzas productivas, en exclusión, más pobreza y desigualdad y en mayor concentración.

Así, con el enfoque neoliberal se Identifica el efecto – aumento de la demanda por efecto del crecimiento del gasto público - con la causa de la inflación, mientras que ignoran olímpicamente a la causa y al beneficiario real: la concentración y el manejo monopólico del mercado, que en períodos de expansión se apropia vía precios de la riqueza social y lo hace vía mayor concentración cuando por las políticas de ajuste que propicia se desemboca en la recesión.

OTRAS CAUSAS, OTROS MITOS Y LAS REALIDADES

Con el descrédito hacia los índices del INDEC, ha recobrado impulso la vieja teoría que pretende que las expectativas, exacerbadas ahora por la falta de datos ciertos y creíbles sobre la evolución de los precios, son responsables de la inflación.

Pero la remarcación de precios, amplificando los saltos para cubrir riesgos, el “como no saben, se cubren y suben, por las dudas”, no es más que una ratificación de la existencia de la puja por la distribución de la riqueza, convertida ahora en la teorización de un pretexto para endilgar a la gestión gubernamental la responsabilidad de las alzas.

Esto, más allá del significativo costo político por la falta de credibilidad de la información estadística oficial y sus efectos negativos sobre otros aspectos de la vida económica y política, tampoco tiene mayor relevancia ni fáctica ni explicativa de la magnitud de las variaciones y sus causas. De lo contrario deberíamos suponer que de regularizarse la situación del INDEC se desaceleraría el índice de precios al consumidor por la mejora de las expectativas.

Del mismo tenor es la pretensión de atribuir las alzas de precios a los ajustes salariales, capacidad que se le atribuye con mayor énfasis y no por casualidad, en períodos previos a las convocatorias a paritarias. Y el mito debiera desaparecer si se hiciera carne en la conciencia - como está demostrado – que la incidencia del costo laboral en el costo total representa por lo general menos del 10 %, ponderación que se minimiza más todavía en los estamentos más concentrados, sumado al hecho de que tales ajustes tienden en general a recuperar la inflación pasada. No obstante se ajustan preventivamente los precios antes de las paritarias y luego otra vez con los acuerdos ya firmados. Primero, porque el costo salarial va a aumentar y después porque ya aumentó.

Pero lo que sí no es mito es el uso de los precios con finalidades políticas, sea para condicionar la política del gobierno, sea para ponerlo de rodillas, para desgastarlo ante la opinión pública y si es necesario y las condiciones lo permiten, para voltearlo. Hoy diríamos, acortando el discurso, causa destituyente de la inflación. Ejemplo incontrastable de ello es, por ser el más notorio pero no un caso aislado ni exclusivo, la hiperinflación que obligó al acortamiento del gobierno de Alfonsín, sucedido por el menemato con la partitura neoliberal a pleno bajo la dirección intelectual del FMI y con Cavallo como primer violín.

PROPUESTAS

Por lo analizado hemos concluido en afirmar que la inflación es la apropiación monopólica del producto social, apropiación de la que resultan tributarios el grueso de las clases y capas sociales.

Es por lo mismo – se sea consciente o no - una contradicción o conflicto objetivo entre la fracción económicamente más concentrada y el resto de la sociedad y su resolución o al menos el camino para enfrentarla, más que técnico es político: obliga a emprender medidas regulatorias y de acción directa del estado de neto corte antimonopólico, pero cuyo alcance y profundidad y también su éxito está condicionado a la correlación de fuerzas.

Una primera y vital política regulatoria debe apuntar a asignar al costo de producción local el carácter de patrón de referencia para la fijación de precios dentro del mercado interno. No alcanza el método aislado de la “apretada” y de medidas de acción burocrática.

Dentro de este orden, las empresas tanto de producción como de comercialización que por su envergadura y actividad ocupan espacios estratégicos y dominantes en el mercado y quieran o puedan acceder por ejemplo a créditos a tasas subsidiadas o a medidas promocionales y de fomento, deben tener condicionado el mantenimiento de esos beneficios al cumplimiento de compromisos de abastecimiento al mercado interno, sujetos a parámetros de precio, cantidad y calidad. Y para quienes no recurran a la obtención de ventajas promocionales o también como medida adicional, poner en vigencia una sobretasa impositiva al impuesto a las ganancias o crear un nuevo impuesto, gravámenes de los que esas empresas quedarían liberadas en la medida que satisfagan plenamente aquellos compromisos.

Derivado de aquella primera política regulatoria debe también contemplarse el desacople de los precios internos respecto de los internacionales para los productos que Argentina exporta y que también consume, como es el caso de los agropecuarios y los energéticos.

Es en parte lo que está en vigencia por vía de retenciones a la exportación y los subsidios otorgados para evitar la remarcación de precios o tarifas. Pero aún así, tanto las retenciones como los subsidios toman hasta ahora como referencia los precios internacionales y no los costos locales de producción.

Para este objetivo una acción más definitoria es la reimplantación de las Juntas Nacionales de Carnes y de Granos con capacidad de concentrar la comercialización y distribución de la producción agropecuaria, fijando precios rentables para los productores atendiendo a su región y tamaño y preverse la participación de los auténticos productores en la dirección de esas Juntas.

Con el mismo espíritu debe repotenciarse una empresa estatal de hidrocarburos para así tener cabal dominio sobre el nivel de las reservas y con condiciones de reinvertir en beneficio de otros emprendimientos y por ende a favor de la sociedad la renta extraordinaria derivada de la explotación y comercialización de los recursos.

Finalmente y con el título de requisito esencial, el combate contra la inflación requiere un respaldo de masas organizadas y militante. No es posible enfrentar con éxito a los monopolios para acotarles parte de su renta extraordinaria con simples acuerdos de precio y acciones burocráticas. Es imprescindible la acción vigilante de las comisiones sindicales internas en las grandes empresas, que son los que mejores condiciones reúnen para supervisar anormalidades en la producción y el abastecimiento y que contratando profesionales pueden investigar los costos. Hay experiencia internacional que lo avala.

Debe reestructurarse también el régimen de comercialización interna que con la estructura y operatoria actuales terminan confiscando al productor y al consumidor. Es necesario repotenciar la organización cooperativa de producción y en particular la de comercialización de productos agrarios y la de sus insumos.

Operando de este modo contra la inflación, también daremos paso a una profundización de nuestra democracia, haciendo escuela para elevarla desde su actual carácter esencialmente delegativo vía representación, en democracia de gestión participativa.

martes, 18 de mayo de 2010

Ofensiva derechista: grave, muy grave



El lunes, La Nación de los Mitre, Pág. 7, publica una solicitada de una gravedad inusitada, firmada por la denominada “Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia," pero que pasó inadvertida, pese a que exige a la Corte Suprema terminar con su supuesta parcialidad en el tratamiento de causas relacionadas con los juicios contra los crímenes de lesa humanidad del terrorismo de Estado.

A juicio del constitucionalista Roberto Gargarella "Desde las solicitadas en favor de Videla que no se veían algunos de estos nombres juntos. La más complicada derecha jurídica vuelve a funcionar de modo coordinado”.

Es buena la reflexión, cuando estos dinosaurios, con inmenso poder económico y político, ¿por qué no de acción directa, si siempre han defendido y fundamentado todas las formas del terrorismo cívico-militar?, condenan los fallos pues “les han negado (a los genocidas) derechos y principios que rigen desde siempre para todos los ciudadanos”, y –casi irónicamente, pero amenazantes, luego de las acusaciones-- da por descontado que las decisiones de los miembros de la Corte se producen porque “están sufriendo, en este momento, inicuas presiones por parte del Ejecutivo, de miembros del Legislativo y de los grupos de presión que recordábamos más arriba, esto es, de todos aquellos que pretenden convertir al justicia en su propia venganza y la paz en el regodeo de su triunfo”.

Quien lee en las versiones on line de los matutinos tradicionales las apelaciones de lectores anónimos (muy similares a las interferencias en el avión presidencial) de “Maten a la yegua”, “Montoneros y marxistas asesinos, vamos a volver” o “Aprovechen mientras puedan, que ya les llega la hora”, no debería dejar de relacionar estos hechos con pintadas de similar tono en calles de la Capital y algunas provincias, mucho más agresivos que las –vistas ahora-- tímidas consignas esgrimidas por algunos sectores durante el conflicto con la patronal rural, o las cadenas de mail cada vez que hay una oportunidad de hostigar al gobierno nacional, como de las que ayer ha puesto distancia la Iglesia, consciente que se intenta convertir el tradicional tedeum porteño en un acto antikirchnerista.

Estos sectores se están moviendo. No sabemos cuantos son, cómo y hasta que punto estan organizados, y sería bueno que los organismos de seguridad e inteligencia –y por su intermedio toda la ciudadanía-- tuvieran una noción clara de la situación: hasta donde llega el nivel de organización concreta, para la acción concreta de los cruzados de privilegio que sueñan con la revancha y reivindicar para reeditar matanzas gozosas, robo de niños y violaciones para extirpar cualquier resistencia a su modelo de hambre y exclusión para el pueblo argentino.

No nos cabe duda, que movieron los hilos tras los “suicidios” de testigos militares clave en los juicios contra la impunidad.,casos que no por casualiad se produjeron con detenidos en unidades militares.

No nos cabe duda, que tienen que ver con el asesinato de Silvina Suppo de Destéfanis, ex prisionera de la dictadura, y una las testigos claves de la Causa Brusa en la ciudad santafesina de Rafaela.

Y sobre todo, por su tremendo potencial simbólico, no dudamos que, en plena democracia, en medio de la mas importante ofensiva por el juicio y castigo desde los Juicios a las Juntas, son los responsables de chantajear a la sociedad con una “desaparición” impune. Sí un DESAPARECIDO, como ya lo había sido durante casi tres años en la época de la dictadura, pero ahora sin rastros desde el 18 de septiembre de 2006: Julio Jorge López, testigo decisivo en la condena del carnicero Miguel Etcehcolatz, mano derecha del “general” Ramón Camps.

Grave, muy grave. Y no caben la postergación ni demora de una investigación a fondo en relación con todos estos hechos, no solo en forma aislada, sino como eventual parte de un plan de acción concreto, y en marcha. Tampoco hay lugar para miradas distraídas en ningún sector del arco político democrático.

lunes, 17 de mayo de 2010

Alan Badiou, de "La hipótesis comunista"


"En muchos aspectos hoy estamos más cerca de las cuestiones del siglo XIX que de la historia revolucionaria del XX. Una amplia variedad de fenómenos del siglo XIX está volviendo a aparecer: vastas zonas de pobreza, desigualdades crecientes, una política disuelta en el «servicio de la riqueza», el nihilismo de partes considerables de la juventud, el servilismo de buena parte de la intelligentsia; el experimentalismo, asediado y circunscrito, de unos cuantos grupos que tratan de expresar la hipótesis comunista... Por tales motivos no cabe duda de que, como en el siglo XIX, lo que hoy está en juego no es la victoria de la hipótesis, sino las condiciones de su existencia. Esa es nuestra tarea durante el interludio reaccionario que hoy impera: la renovación, mediante la combinación entre procesos de pensamiento –siempre de carácter global o universal– y experiencia política, siempre local y singular, pero transmisible, de la existencia de la hipótesis comunista, en nuestra conciencia y sobre el terreno".

jueves, 13 de mayo de 2010

“Pino está en el horno y con papas...”













Tal la definición de un amigazo de toda la vida cuando leyó –atrasado-- la nota de Abel Posse en Perfil del domingo.

No bastaba con la melosa definición del portavoz de tantas dictaduras, Mariano Grondona, ante la figura sonriente de Fernando Solanas, que pareció olvidar frente a quien estaba, y eludió preguntarse por qué ahora lo invita día tras día quien siquiera conocía su nombre: "Yo la verdad es que me siento cada vez más cerca de Ud., Pino..."

Ahora resulta que al lamentable literato Posse, diplomático de la dictadura de Lanusse en Praga y Lima, o de la genocida de Videla en Venecia y Paris, promotor de la candidatura de Massera y fugaz ministro de Macri, escribe exultante en el matutino: “En la laguna melancólica de la izquierda argentina algo encrespa la superficie, un nuevo viento. El creciente poder electoral del movimiento encabezado por Pino Solanas demostró su potencia en el ámbito capitalino y se extiende progresivamente al nacional.

Se dirá, con razón, que no se puede juzgar a un hombre por lo que otros adulen, o critiquen de él, pero se trata de la mirada complacida de Solanas ante cada halago de Grondona, de la falta de respuesta a la indignante nota de Posse: indignante para él, si tiene vergüenza. Yo no reproduzco las esperanzas y las exigencias que el ex representante dictatorial pone en “Pino”, pues no le voy a dar más espacio.

“Sobre llovido, orinado”, casi me grita mi amigo, para después preguntarme/preguntarse: “¿En qué se está convirtiendo este hombre? ¿O siempre fue así y un montón de inocentes pensamos, primero, que Pino era un intelectual revolucionario, después, claro, que seguro era un artista comprometido; últimamente, por aquello de los retrocesos y las derrotas, convinimos que, sin dudas, era un hombre progresista, y ya llegando a estos últimos años, nos conformábamos con que acreditara ser un tipo decente... -¡De acá! -diría mi viejo. ¡Que alguien me explique este triple salto mortal, por favor, si encuentra una explicación plausible!”.

Simplemente reproduzco. La pregunta, mis amigos blogueros, esta flotando en el viento…

lunes, 10 de mayo de 2010

Mayo de 1810: otra respuesta a J. P. Feinmann


El 29 de abril publicamos --ver blog de la fecha indicada-- las respuestas del historiador Israel Lotersztain y del periodista Norberto Colominas a José Pablo Feinmann, quien temerariamente intenta fundamentar que en 1810 no hubo revoluciòn sino "pacto neocolonial". Los argumentos, desde distintas culturas polìticas e historiográficas son contundentes. A ellos sumo ahora los del historiador Norberto Galasso. Va textualmente como fue publicada en El Argentino de ayer.

El artículo se titula Cómo se conquistó el pacto neocolonial (18/04/2010, Página 12) y sorprende que José Pablo Feinmann no mencione a Bartolomé Mitre (trazado de ferrocarriles ingleses en abanico hacia el puerto, empréstitos e instalación de bancos ingleses) y en cambio, le adjudique ese protagonismo antinacional a la Revolución de Mayo, a Mariano Moreno y al General San Martín. Por eso, paso a reseñar lo fundamental del artículo donde encuentro graves errores.

Feinmann reproduce una cita de Mariátegui fundando así su tesis descalificatoria de la Revolución de Mayo: “Los ingleses habían financiado la fundación de las nuevas repúblicas”. Pero esa cita es aplicable a 1824 y no a 1810. Proviene del libro El congreso de Verona, del vizconde de Chateaubriand, quien sostiene: “De 1822 a 1826, diez empréstitos han sido hechos en Inglaterra en nombre de las colonias españolas”. Chateaubriand explica el objetivo colonialista de esos 10 empréstitos, por un total de 20.078.000 de libras y después de demostrar que fueron una estafa –Inglaterra quedó como acreedora por 35.745.000 libras– concluye: “Las colonias españolas se volvieron una especie de colonia inglesa”. Esto se produce entre 1822 y 1826 y se corresponde con la política de la burguesía comercial portuaria expresada por Rivadavia en el período que Vicente López y Planes llama “de la contrarrevolución”, respecto al período de Mayo (1810-1821) que fue, según señala, el de “la revolución”, cuando se hablaba “de patriotismo” mientras que en la época rivadaviana “se proclamó el principio de habilidad o riqueza” (Carta a San Martín del 4/1/1830). Con esos empréstitos quedaron encadenados al Imperio varios países latinoamericanos –fue el inicio, con Baring Brothers, de nuestra deuda externa– y no existe relación alguna con la Revolución de Mayo. Scalabrini Ortiz enseñó, en Las dos rutas de Mayo, que la de Moreno (nacional y revolucionaria) era antagónica a la de Rivadavia (colonialista). Puede sostenerse que en 1824 nace ese pacto semicolonial que consolida luego Mitre a partir de 1862.
Como al pasar, Feinmann sostiene que “hay quienes afirman que la revolución de Mayo, a diferencia de la otras de América, tomó el espíritu de las Juntas españolas que luchaban contra la España absolutista” y agrega: “Corrijamos esto: no se puede comparar a las Juntas Populares de la España rebelde, popular y antibonapartista con la mera individual Junta de Mayo [...], junta de mayo que nunca fue popular ni tenía cómo serlo”. En primer término, no hay diferencia entre la revolución de Mayo y “las otras de América”, pues en todos los movimientos entre 1809 y 1810, se forman Juntas Populares, como en España, para desplazar a los virreyes, y en todas ellas se jura por Fernando VII, lo que prueba que no tenían inicialmente un propósito separatista y que al igual que las juntas españolas, confiaban en Fernando VII como el posible modernizador de España. Esa revolución española declara que las tierras de América no son colonias, sino provincias, y propicia la formación de Juntas, cuyo contenido inicial es democrático, no independentista y se tornan separatistas a partir de 1814 cuando la revolución española es derrotada por el absolutismo (hasta 1814 flameó la bandera española en el Fuerte de Buenos Aires). En segundo lugar, es correcto que nos faltó una burguesía nacional unificadora, capaz de consolidar la revolución hispanoamericana. Ni Moreno ni Bolívar ni San Martín tuvieron burguesía nacional en que apoyarse o cuando la había, era muy débil y estaba mentalmente colonizada, como le ocurrió después a Perón en la Argentina. Pero también faltó –o fue muy débil– la española, y por eso volvió el absolutismo a España en 1814. Sin embargo, Moreno sostenía la necesidad del rol del Estado que podría reemplazarla como se ha planteado un siglo y medio más tarde en varios países del tercer mundo (por eso, Moreno, al igual que San Martín, gesta fábricas estatales de armas y de pólvora).

Otro error consiste en afirmar que “la Junta de Mayo nunca fue popular ni tenía como serlo [...] que sus compañeros (los de Moreno) eran básicamente dos”. Por el contrario, eran sectores populares dirigidos por los chisperos o manolos de la Revolución como French, Beruti, Donado, Arzac, Orma, Dupuy, Cardozo, Planes y muchos otros que movieron mil personas en la plaza (el 2% al 2,5% de Buenos Aires; en valores actuales sería una concentración de 80.000 a 100.000 personas). Los enemigos del pueblo tenían en claro lo que era el morenismo: Arroyo y Pinedo lo aborrecía porque “Moreno sostiene que ya todos somos iguales, máxima que así vertida en la generalidad ha causado tantos males” y agregaba: “En estas circunstancias en que el susodicho Moreno se había arrastrado a la multitud”.

El morenismo se continúa después de 1810 con Monteagudo y San Martín. Son los continuadores de Moreno, después de su muerte y tanto es así que la Asamblea del año XIII adopta importantísimas medidas democráticas y antiabsolutistas, iguales a las que aplica San Martín cuando es Protector del Perú: principios fundamentales como la destrucción de los instrumentos de tortura, la abolición de títulos y escudos nobiliarios, la abolición de los tributos que pesaban sobre los indios y la libertad de vientres, entre otras. La confrontación de clases y de proyectos es evidente en esa época. Que la izquierda abstracta pregone que son luchas interburguesas pues ninguno aspiraba al socialismo y, por tanto, despreciables, resulta coherente con su desvinculación con la clase obrera real, pero que lo haga un filósofo de la talla de Feinmann, es lamentable y peligroso.

Asimismo, sorprende que Feinmann no acuse a Mitre del pacto semicolonial y en cambio defenestre a Moreno y, al mismo tiempo, descalifique a Lenin y niegue el protagonismo popular –justamente cuando se multiplican hoy las concentraciones populares– para luego caer en la versión de Sejean de que San Martín fue sobornado en Londres en 1811, y no le interesaba la unión latinoamericana –justamente hoy cuando avanzamos hacia ella con la Unasur y otras expresiones de la Patria Grande–.

Advierto en el artículo de Feinmann algunos otros errores. Por ejemplo, sostener que los terratenientes deseaban exportar trigo en 1810, cuando ello sólo empezó a manifestarse siete décadas después, desacierto que proviene seguramente de las urgencias periodísticas. Pero no puedo dejar de criticar el final donde afirma: “Acaso en Guayaquil –si Bolívar le confió sus sueños sobre la gran nación bolivariana– le dijo no, lo que yo vine a hacer a este continente ya está hecho. Y se fue”. Con esta suposición sugiere (previamente señala dos veces que vino en una fragata inglesa) que San Martín, al igual que los revolucionarios de Mayo, es también responsable del pacto semicolonial, dando aliento así a la tesis de Sejean de que San Martín era un agente inglés. En este aspecto existen proclamas, cartas y en especial el tratado “Pacto de unión, liga y confederación perpetua”, firmado el 6/7/1822, entre Monteagudo, en representación de San Martín, y Mosquera, en representación de Bolívar, por una “asociación para formar una nación de repúblicas”. Este tratado aparece en los textos como entre Perú y Colombia, pero Perú incluía el territorio que luego fue Bolivia y tenía el apoyo de Chile (O’Higgins) y Colombia se integraba con Venezuela, Ecuador, Colombia y Panamá, que formaba parte de esta última, y en él se comprometen los firmantes a “interponer buenos oficios con los gobiernos de los demás estados de la América antes española para entrar en este pacto”. Por supuesto, el probritánico Rivadavia no apoya esta política.

Para pensar...


ROQUE

Por Eduardo Galeano
Hace treinta y cinco años, Roque fue asesinado mientras dormía.
Yo soy uno de sus muchos dolientes.
Fui su amigo, y lo sigo siendo.
Su asesinato me dolió, y me sigue doliendo.
La impunidad me indignó, y me sigue indignando.
La impunidad estimula a los criminales, y los militantes que matan para castigar la discrepancia no son menos criminales que los militares que matan para perpetuar la injusticia.
Aquí va mi abrazo, de muchos brazos, a los familiares de Roque, a sus amigos, a sus compañeros, y a las muchas y muchos que no lo conocieron pero lo aman amando las palabras que nos dejó.
(Hoy, 10 de mayo, se cumplen 35 años del asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton.)

jueves, 6 de mayo de 2010

!Apoyemos los reclamos del pueblo griego!


El Comite para la Anulaciòn de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) ha emitido el siguiente comunicado, vital para entender la situaciòn del pueblo griego.

El nuevo plan de austeridad anunciado el domingo 2 de mayo es una verdadera catástrofe para la población griega, para los asalariados tanto del sector privado como del público, para los pensionistas y los desempleados.

► Congelación de salarios y pensiones de la función pública durante 5 años.

► Supresión del equivalente a dos meses de salario a los funcionarios.

► Aumento del tipo principal del IVA, que, después de haber pasado del 19 al 21 %, ahora será del 23 %. El aumento de los tipos reducidos serán del 5 al 5,5 %, y del 10 al 11 %.

► Los impuestos sobre los combustibles, alcohol y tabaco aumentan un 10 % por segunda vez en un mes.

► Las jubilaciones anticipadas (debidas a condiciones de trabajo especialmente duras) estarán prohibidas antes de los 60 años.

► La edad legal para la jubilación de las mujeres pasa de los 60 a los 65 años, de aquí a 2013.

► Para los hombres, la edad legal para la jubilación dependerá de la esperanza de vida.

► Se necesitará 40 años de trabajo cotizados (y no los 37 años de ahora, aparte de los años de estudio y desempleo) para obtener la jubilación completa.

► Esta jubilación estará calculada sobre el salario medio de la totalidad de los años trabajados, y no en función del último salario, como es hasta ahora (en general, una disminución del monto percibido de entre el 45 al 60 %.)

► El Estado reducirá los gastos de sus funciones (salud, educación, etc.) en 1.500 millones de euros.

► Las inversiones públicas también serán reducidas en 1.500 millones de euros.

► Se estable un nuevo salario mínimo para los jóvenes y los desempleados de larga duración (o sea, el equivalente al CPE rechazado en Francia por la juventud y los sindicatos).

¡Qué ganga para los mercados financieros y para el capital!

► Los transportes, la energía y algunas profesiones reservadas al Estado serán liberalizadas y abiertas al sector privado (es decir, privatizaciones).

► El sector financiero (principalmente los bancos) se beneficiará de un fondo de ayuda implementado con la ayuda del FMI y la Unión Europea.

► La flexibilidad en el trabajo será reforzada.

► Se facilitará el despido.

► La economía griega quedará sometida al control del FMI.

Grecia, que permanecerá en la zona euro, no podrá devaluar su moneda, ni jugar con los tipos de interés. Tampoco podrá reestructura la deuda, puesto que las instituciones financieras europeas poseen 2/3 de la misma. Estos mismos bancos continuarán gozando de préstamos del Banco Central Europeo a un tipo de interés del 1 % , y así podrán prestar ese dinero a los Estados (mediante remuneración). Como contrapartida a estas medidas, los países de la zona euro prestarán a Grecia entre 100.000 millones y 135.000 millones de euros, como ayuda y este préstamo deberá ser devuelto en 3 años, con un tipo de interés del 5 % (este mismo año deberá devolver 45.000 millones de euros). Los Estados ricos y los bancos ganarán por lo tanto dinero a costa del pueblo griego. Christine Lagarde, ministra de Finanzas francesa prevé un beneficio de 150 millones de euros por año. De este modo, acrecientan la duda pública griega para permitir que el Estado griego pueda pagar a sus acreedores privados.

La crisis griega es la demostración en escala natural de la triple peligrosidad del FMI, la Unión Europea y los mercados financieros.

El FMI, justamente desprestigiado por sus catastróficos «planes de ajuste estructural», reaparece en la zona euro, después de haber hecho estragos en varios países del este europeo. Ahora utiliza los mismos procedimientos que antes, adaptados a los mismos comanditarios: los mercados financieros y las transnacionales. Hoy como ayer, es su verdadera naturaleza de bombero pirómano que se revela sin tapujos.

La Unión Europea y su Comisión también reafirman sus paradigmas al servicio de la «competencia libre y no falseada». El Banco Central Europeo no está al servicio de las poblaciones europeas sino sólo al servicio de los bancos y de los organismos financieros. Los mercados financieros, después de haber provocado y precipitado la crisis griega, a través de las agencias de calificación pagadas por los grandes bancos estadounidenses, quieren obtener aún más beneficios de sus estrategias especulativas. El gobierno del PASOK, la UE y el FMI se lo sirven en bandeja.

Detrás de la industria financiera están las multinacionales de la industria, del comercio y de los servicios

Si estigmatizamos con toda justicia a los fondos especulativos, a las agencias de calificación y a la industria financiera, tampoco perdemos de vista que es sólo el árbol que impide ver el bosque. Esta especulación desenfrenada que estrangula la población pobre sólo es posible debido a dos razones principales: ► Las sucesivas desreglamentaciones de los mercados financieros a partir de los años ochenta del siglo pasado.

► La decisión voluntaria y consciente de la gran patronal de dedicar sus nuevos beneficios a la especulación en lugar de dedicarlos a la producción y al empleo. Esta acumulación de nuevos beneficios tiene su origen en un nuevo reparto de las riquezas a favor de los beneficios y en detrimento de la parte que corresponde a los asalariados. Esta parte disminuyó en cerca del 10 % del PIB en 25 años, en el conjunto de los países desarrollados. Esta orientación económica, liderada por la ideología neoliberal, es la causa principal de la crisis económica y financiera que sufrimos actualmente.

Los diferentes gobiernos que, durante 30 años, se sucedieron en Grecia así como en otros países del Norte, tiene también una gran responsabilidad en el aumento de la deuda pública. Las políticas fiscales, que favorecen a las familias más ricas y a las grandes empresas (impuesto sobre la renta, el patrimonio y el de sociedades) disminuyeron considerablemente los ingresos presupuestarios y agravaron el déficit público, obligando a los Estados a aumentar su endeudamiento.

Se evita que paguen los responsables de la crisis y en cambio es al pueblo al que se presenta la cuenta

En el plan de austeridad PASOK-UE-FMI impuesto al pueblo griego hay sólo pequeñas medidas, ineficaces, para establecer un comienzo de justicia fiscal y no hay absolutamente nada para luchar contra la evasión fiscal de los beneficios de las grandes empresas. Las «soluciones» del PASOK, de la UE y del FMI precipitan a Grecia hacia una profundización de su crisis. Una recesión mínima de 4 puntos en el PIB estaba ya programada para 2010. Los pequeños artesanos y comerciantes, las pequeñas empresas sufrirán una larga serie de quiebras y de abandono de actividades. El desempleo aumentará enormemente y las clases populares y medias verán cómo su nivel de vida caerá libremente. Crecerán las desigualdades mientras los derechos humanos fundamentales (acceso a la energía, al agua, a la sanidad, a la educación, etc.) están amenazados para la parte más pobre de la población.

La rabia del pueblo griego es también la nuestra. El CADTM apoya, sin ninguna reserva, las movilizaciones contra el plan de austeridad.

Existen soluciones alternativas

► El pago de la deuda pública de Grecia debe ser suspendido de inmediato y debe llevarse a cabo una auditoría pública para decidir sobre la legitimidad o ilegitimidad de dicha deuda.

► Deben tomarse medidas de anulación y los beneficios financieros de la deuda deben gravarse en origen, con el tipo de interés máximo del impuesto a la renta.

► Se deben tomar medidas fiscales, de forma inmediata, para restablecer la justicia fiscal y luchar contra el fraude. En este momento, según las cuentas del Tesoro griego, los funcionarios (designados como chivo emisario) y los obreros declaran unos ingresos mayores que los profesionales liberales (médicos, farmacéuticos, abogados) e incluso que los ejecutivos de los bancos. La casi totalidad de las grandes empresas (armadores,...) declaran sus beneficios en los países con la fiscalidad más ventajosa (especialmente en Chipre) o los esconden en los paraísos fiscales. La iglesia ortodoxa continúa beneficiándose de unas exoneraciones fiscales exorbitantes sobre el patrimonio en general y sobre el inmobiliario en particular. Hay dinero en Grecia pero no donde el plan de austeridad quiere cogerlo. En el CADTM somos solidarios con el pueblo griego, que hará una huelga general el miércoles 5 de mayo. En todos lados, en Grecia así como en los otros países europeos, la solidaridad con la movilización debe aumentar. Hoy es Grecia pero todos sabemos que mañana será Portugal, Irlanda o España. Pasado mañana, toda la zona euro puede tambalear, incluidos sus países más «ricos».

Nos congratulamos de las primeras declaraciones de solidaridad y del comienzo de las movilizaciones de apoyo ante las embajadas griegas. ¡Pero es necesario ir más lejos! El movimiento social europeo en su conjunto debe estar al lado del pueblo griego. La población de toda Europa tiene todas las de ganar. El CADTM , en su nivel, contribuirá a ello.