domingo, 15 de marzo de 2009

Elecciones: los medios y el adelantamiento




“Es ya inagotable la capacidad de Kirchner para crear innecesaria tensión. La Argentina vive en un permanente estado de estrés postraumático desde hace casi seis años. Para peor, cuando los Kirchner retozan en tribunas de vida o muerte son potencialmente peligrosos para cualquier noción de la armonía social” (Joaquín Morales Solá, La Nación, 15-3-09).

“No es que sea un gran estratega, que deslumbre por sus construcciones intelectuales. Pero es astuto y pragmático hasta la crueldad (…)Kirchner hace lo que recomendó Nicolás Maquiavelo” (Ricardo Kirschbaum, Clarín, 15.3-09).

“(En Kirchner) aflora el dirigente imprevisible, inescrupuloso, capaz de sacrificarlo casi todo por el poder. Aquel afán por el poder no repara en ninguna frontera política e institucional. (Eduardo van der Kooy, Clarín, 15.3-09).


La definiciones, sólo algunas de las que adornan los comentarios de este domingo, dejan claro que con el tema del adelantamiento de las elecciones los grandes medios monopólicos profundizan su dura critica al Gobierno, al que sin dudas quieren ver derrotado de una vez por todas.

Nadie pretenda afirmar --aunque comparta motivos y/o intereses-- que lo hacen por principios republicanos y democráticos. Lo hacen, como siempre, encubiertos en la máscara de “prensa independiente”, en defensa de sus intereses, cuando no están saldados temas como la pulseada por la renta extraordinaria de las patronales rurales, y mucho menos el proyecto de una ley de radiodifusión que reemplace a la de la dictadura de Videla-Martínez de Hoz; una ley que avance en federalismo, en condiciones para abrir espacios a nuevos actores de los medios de comunicación, a la vez que actúe sobre los privilegios y la monopolización, contribuya a la construcción de nuevos imaginarios que permitan a la sociedad hacer suyo un punto de ruptura con la etapa neoglobalizadora de los noventa a la que hay que superar con esta recuperación de las localización nacionales.

En un caso están en juego sus inversiones y asociaciones con otros grupos económicos en el área agropecuaria; en el otro, el monopolio de las comunicaciones, como palanca para ese y otros negocios, en clara oposición al Derecho a la Información; información veraz, plural y diversa, que reclaman centenares de organizaciones agrupadas en a Multisectorial por una Nueva Ley Democrática de Radiodifusión, que tiene una plataforma de 21 puntos acordados.

En el caso de la ley de Radiodifusión hemos asistido al penoso espectáculo de algunos dirigentes de la UCR que han colocado al partido en la vergonzosa posición de defensor objetivo de estos intereses. Lamentablemente, cuando fue la propia UCR la organización que planteó en su plataforma electoral de 1983 la derogación de la norma dictatorial, cuestionó duramente las regresivas reformas que introdujo en ella el menemismo y apoyó la postura de la Multisectorial.

En cuanto al adelantamiento, el oportunismo se mide en cada caso por lo que cada dirigente opositor considera que será más favorable para sus intereses, en muchos casos respondiéndose entre ellos mismos al tiempo que coinciden en cuestionar al Gobierno.

Son tan confusas y contradictorias las posiciones partidarias opositoras que, nuevamente, son los medios los que le arman la más coherente línea argumental. Por lo tanto, simplificando para sistematizar los argumentos: junto al “desprecio por la republica y sus instituciones”, los fundamentos de la decisión de la Presidenta --que describen como en realidad dictados por el ex presidente-- son: evitar la dispersión del peronismo y la fuga hacia su sector “disidente”, opositor al kirchnerismo; sorprender a la oposición y restarle tiempo para el armado de alianza (que hasta la semana pasada decían que demoraba demasiado); acentuar las fricciones en “la triple alianza” Macri-De Narváez-Solá; y evitar que en octubre la crisis –que se habría generalizado—haga “aún peor el resultado electoral” del oficialismo, que descuentan perdedor.

Obvio, entre tantos cantos al consenso y al diálogo, obvian la frase presidencial “Necesitamos mucha tranquilidad, mucha apertura, mucho diálogo alejado de los intereses partidarios o sectoriales, porque la crisis es grave”. Sin duda un engaño al estilo Maquiavelo, del que hablan y citan de citas, pero sin duda ninguno leyó completo, y si lo hizo, no entendió nada. De la misma manera toman a risa, lo que ha sido tapa de sus medios hace meses: la crisis. Consideran también maquiavelismo --además de un supuesto reconocimiento de incapacidad de gestión-- afirmar que no podemos estar en campaña electoral permanente mientras “el mundo se cae a pedazos” y no pocos de ellos pueden caer sobre nosotros.

Olvidan que hasta hace 48 horas una parte de ellos elegía criticar, una vez con razón, por la “obsesión electoralista” a ocho meses del comicio, y la otra mitad a convocar a la oposición a “unirse ya” y de la manera “más amplia posible” para derrotar a este gobierno de “un Príncipe en medio de la Republica, ” nuevas saudades de Maquiavelo, en este caso por el inefable MarianoGrondona.

Mientras tanto, en pequeñas referencias, hoy se consigna una nueva agresión a un diputado oficialista por parte de los “piqueteros” de choque de la Sociedad Rural; en este caso, en Córdoba, contra Alberto Cantero, de manera similar a como lo fue recientemente en Santa Fe contra Agustín Rossi.

También --no tan pequeño, en realidad bastante destacado--, que “Denuncia la SIP agravios y hostigamiento a los medios”. Sí la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) se vuelve a preocupar por la libertad de prensa durante esta gestión, en la que sin ningun problerma se escriben frases de tenor de las que encabezan esta nota, cuando calló y hasta hostigó el terrorismo de Estado, la clausura de diarios y revistas y el asesinato de más de 100 periodistas.


2 comentarios:

  1. Excelente Alberto. No siempre las frases se leen tan descarnadamente como las reproducís,aunque uno las lea, y es bueno ver el juego de los medios.

    Lucho

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  2. Si, sin duda es un maestro en el arte de tratar de hacernos tragar lo intragable: los KK.

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