miércoles, 29 de diciembre de 2010

Lecciones para Maurizio II: xenofobia e ignorancia

La migración es un derecho humano esencial e inalienable de las personas. Así lo establecen los pactos internacionales, que en nuestro país tienen rango constitucional, y la legislación nacional. Los procesos migratorios, por lo tanto, no deben analizarse desde una perspectiva utilitarista. Sin embargo, en vista a las recientes declaraciones del jefe de Gobierno de la Ciudad y del eco que han tenido en muchos discursos públicos –en los que se caracteriza a la inmigración como una plaga que depreda nuestros recursos, utiliza nuestros hospitales y escuelas sin dar nada a cambio–, y de que la reaparición de este tipo de argumentos xenófobos se fundamenta en cierta lógica económica del sentido común, es que resulta necesario reflexionar sobre algunos aspectos económicos de las migraciones.

En el mundo hay diversos estudios y ejemplos que demuestran que los migrantes no son una carga social para la Nación que los recibe. A modo de ejemplo, en Inglaterra (donde el impacto de las migraciones es mucho mayor que en la Argentina), un estudio producido en el año 2002 por la Home Office (oficina gubernamental encargada, entre otros temas, del control migratorio) demostró que por cada libra que un inmigrante recibe por parte del Estado a lo largo de su vida, ya sea en forma de atención médica, educación, servicios previsionales u otros, éste aporta entre 1,09 y 1,18 libra, según el criterio de cálculo que se utilice. En Australia, estudios realizados en 2008 por una consultora privada arrojaron resultados similares: el impacto fiscal producido por la inmigración en las arcas del Estado es positivo en miles de millones de dólares. En España, el plan de regularización migratoria, impulsado por Zapatero un lustro atrás, permitió equilibrar las cuentas de la seguridad social mediante la incorporación de nuevos aportantes al sistema.

En la Argentina, como en el mundo, los inmigrantes aportan su fuerza de trabajo y contribuyen con sus impuestos al sostenimiento de la sociedad que los recibe. A los inmigrantes que cuentan con trabajos formales se les practican descuentos impositivos y previsionales que representan más del 32 por ciento de sus salarios netos, a lo que se les debe adicionar los aportes a las obras sociales. Además, sobre la parte de sus ingresos que consume, el 21 por ciento se destina al pago de impuestos (IVA). Se suele utilizar el argumento de las remesas al exterior para instalar la idea de la depredación. Pero una sencilla cuenta derriba esta argumentación: supongamos que un migrante tiene gran habilidad para ahorrar y consigue destinar el 25 por ciento de sus ingresos para enviarlos a su familia en el exterior. En este caso, el aporte fiscal de ese migrante casi duplicaría el valor de las remesas.

Ahora bien, muchos migrantes trabajan en la informalidad y por lo tanto no realizan aportes a la seguridad social, pero sí tributan a partir de sus consumos. En estos casos, sin embargo, la informalidad no es –al menos en la gran mayoría de los casos– una ventaja económica para los migrantes, ya que las pérdidas que sufren en términos de jornada de trabajo, condiciones laborales y salarios son muchísimo mayores que los impuestos que dejan de tributar. En tal sentido, la informalidad es un costo que se les impone a los migrantes más que una alternativa que éstos puedan elegir. Una investigación reciente realizada sobre el sector de confección de prendas de vestir por el economista Ariel Lieutier muestra que los trabajadores, principalmente de origen boliviano, que se desempeñan en los talleres clandestinos, reciben un salario equivalente al 50 por ciento del salario mínimo vital y móvil, y al 30 por ciento del salario básico de convenio de su sector. En este caso, si los trabajadores informales destinaran el 10 por ciento de sus bajos salarios como remesas al exterior, el aporte fiscal –por el IVA– seguiría siendo el doble que los envíos al exterior.

Finalmente, un sistema previsional sostenible en el mediano y largo plazo necesita de una relación razonable entre la cantidad de trabajadores activos y pasivos (jubilados y pensionados). En la Argentina actual, esta relación es baja y se ubica en el orden de 1 a 1,5 trabajador activo por cada pasivo. Con una población en proceso de envejecimiento, tasas de natalidad en baja y una suba en la expectativa de vida, harán falta cada vez más trabajadores para mantener el sistema previsional. Dadas las condiciones señaladas, éstos sólo podrán provenir de la inmigración. Sin perjuicio de todo esto, migrar es un derecho humano y no debería evaluarse sólo en términos económicos, tal como pretenden quienes, como Macri, sostienen un discurso antiinmigrante. Lo paradójico del caso es que ni siquiera la economía les da la razón.

Nicolás Diner es Licenciado en Administración (UBA) y miembro del Departamento de Trabajo y Empleo de la Sociedad Internacional para el Desarrollo (SID)

domingo, 26 de diciembre de 2010

De punta en blanco...


Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.

En los ejercicios para combate, los caballeros medievales empleaban armas de hierro ordinario que carecían de filo y llevaban en la punta un botón, como los floretes con que se aprende esgrima. Recibían el nombre de armas negras, en oposición a las que se usaban en los torneos, que eran de acero filoso y tenían el extremo afilado o, como se decía entonces, la punta en blanco. En esas lizas, los contendientes se presentaban ante el árbitro o maestro de armas acompañados de sus escuderos, quienes portaban los yelmos con sus penachos y los respectivos escudos. La gran pompa de esta ceremonia con música de fanfarrias y el espectáculo de las armaduras relucientes y los estandartes al viento quedaron asociados a la frase "estar de punta en blanco", que tomó el sentido de mostrarse con las mejores galas. Pasaron los tiempos feudales, pero el dicho subsiste. Sólo que ahora se aplica a cualquiera que luce impecablemente desde el peinado hasta los pies. Vestido de punta en blanco. Como para un torneo... de elegancia”

jueves, 23 de diciembre de 2010

Lecciones de historia para el niño Maurizio


El titulo modifica el original de ésta más que esclarecedora nota de Alberto Lapolla, viejo compañero de andanzas estudiantiles, historiador e ingeniero, Director del Instituto de Fomración "Bernardo Monteagudo", de la Central de Movimientos Populares


Maurizio Macri, hijo de italianos mafiosos, enriquecidos gracias a la ayuda de la Logia fascista Propaganda Due (P2), regenteada por Licio Gelli, durante la última parte del gobierno peronista y en especial durante la dictadura genocida. Logia cuyo aporte de capital, transformó al grupo Macri de simples contratistas de la construcción en un grupo empresario de primer nivel, con empresas como Manliba, Sevel, Movicom, etc., ha tenido la desfachatez de insultar al pueblo argentino e indoamericano con un ataque xenófobo contra nuestros hermanos. Justo él, prácticamente un extranjero en suelo argentino, pues Macri es escasamente argentino, ya que apenas acrisola una generación de nacidos aquí –la suya. Macri posee también una rara virtud, pese a decir que es ingeniero –título que compartimos- sus discursos trasuntan un alto grado de ignorancia, desconocimiento, brutalidad y estupidez, aunque siempre fascistas. Por su poco ser argentino seguramente desconoce que bolivianos, peruanos, paraguayos, chilenos y uruguayos son nuestros hermanos mellizos, y fueron parte nuestra como nosotros somos parte de ellos, mucho antes de que los Macri se les ocurriera abandonar las pobres y siniestras tierras de la Calabria y su ndrangheta.

Macri seguramente desconoce que Cornelio Saavedra, nuestro primer jefe político independiente, era boliviano, de Potosí para más datos. Que Doña Juana Azurduy recientemente ascendida a Generala de nuestro ejército era boliviana, de Chuquisaca. Como lo era su esposo el héroe Manuel Ascencio Padilla. Macri por bruto e ignorante, debe desconocer seguramente que el Ejército Liberador de Castelli fue a redimir lo que hoy es Bolivia, que pensaba llegar hasta el Perú y que sus tropas estaban formadas por porteños, cordobeses, tucumanos, salteños, jujeños y bolivianos. Macri –ni que hablar de su ladero el gangster Ritondo- debe desconocer que las tropas con las que Belgrano guerreó y defendió la frontera Norte desde 1812 hasta 1819 estaban constituidas mayoritariamente por bolivianos. Macri, seguramente desconoce que fue el heroico pueblo boliviano, el que luchó denodadamente, al costo de 300.000 muertos, contra el imperio genocida español durante 1809 hasta 1825 (batalla de Tumusla) conteniendo decenas de invasiones españolas que venían a destruir a la cabeza de la Revolución en Buenos Aires. Esa guerra heroica llamada Guerra Montonera o India del Alto Perú, se estudia en todas las academias militares del mundo –menos la nuestra por supuesto, pues el racismo no es patrimonio sólo del bruto Maurizio- como base para un claro desarrollo de la guerra de guerrillas o de recursos o de Zapa como la llamaba el General San Martín, que fue quien ayudó a armarla, poniendo al frente de su organización clandestina al mayor de sus jefes y uno de los más grandes héroes americanos: el general Juan Antonio Álvarez de Arenales. ¿Sabrá la bestia de Macri que las tropas con las que Güemes paró nueve invasiones españolas eran mayoritariamente salteños, jujeños, bolivianos y peruanos, indios para más datos? ¿Sabrá el ignorante Maurizio que sin esa guerra del Alto Perú comandada por ciento diez jefes guerrilleros indios, criollos, mestizos, negros y mulatos, pero con tropas mayoritariamente indias, San Martín no habría podido crear el Ejército de los Andes en la tranquilidad de los tres años que tuvo en Mendoza, mientras los muertos para nuestra libertad los ponían Bolivia y el Norte argentino? Claro, Macri no puede saberlo pues casi es italiano –con todo el respeto por la inmigración italiana de la cual provengo- y por su supina ignorancia, poco frecuente en un dirigente político argentino. Pero con sus dichos, el bruto Maurizio deja claro que para él un inmigrante italiano es superior a un inmigrante indoamericano. Craso error. Fueron los Aymaras, los Queshwas, los Kollas, los Guaraníes, los Huarpes, los Comechingones, los Mapuche, los Pilagá, los Wichís, quienes enseñaron a nuestros bisabuelos a sobrevivir en estas pampas (palabra queshwa) o en los chacos (palabra queshwa), tan distintos al Piamonte, la Lombardía, Nápoles, al Campagna o la Calabria mafiosa. ¿Sabrá el Ingeniero Macri, tan poco culto él, que el Parlamento Aymara posee 10.000 años de existencia, que los Incas fueron los mayores agricultores e ingenieros hidráulicos de la historia de la humanidad? No nos parece. ¿Sabrá la bestia macrista, que en el Ejército Libertador de ambos libertadores, San Martín y Bolívar peleaban codo con codo argentinos, peruanos, orientales, bolivianos, chilenos, paraguayos, colombianos, ecuatorianos, venezolanos? Todo eso, mientras la Italia de su padre y sus abuelos ni siquiera podía constituirse como nación y los habitantes de regiones tan cercanas como Nápoles y Piamonte se odiaban y despreciaban como enemigos irreconciliables. ¿Sabrá la bestia de Macri que en la batalla de Ayacucho, que liquidara el poder español en América en diciembre de 1824, pelearon codo a codo argentinos, chilenos, peruanos, bolivianos, colombianos, venezolanos, ecuatorianos, orientales y paraguayos? Parece que no, que no, lo sabe.

Nuestra cultura americana solidaria superior a la eurocéntrica racista

¿Sabrá don Mauricio, ese hombre tan culto, tan democrático, tan afecto a la verdad y tan alejado de la sicopatía, que la Academia de Ciencias de la ex URSS consideraba a Tiwawanaku la cultura urbana mas antigua de la humanidad, con una antigüedad superior a los 10.000 años? Claro, porqué debería saberlo este fascista devenido en neoliberal, categorías que al final son lo mismo.

¿Sabrá la bestia de Macri que el maíz y la papa, dos de los cultivos principales de la humanidad fueron creados por mexicanos, peruanos y bolivianos en lo que la ciencia moderna considera el mayor invento biológico de la humanidad? Seguramente no.

¿Sabrá don Mauricio que el Inkario, de donde provienen nuestros hermanos bolivianos, peruanos y nosotros mismos, fue el único sistema socio-económico hasta hoy conocido en la historia de la humanidad donde no existía el hambre, pues se basaba en una economía comunista y solidaria? ¿Sabrá esta bestia, que el Inkario poseía sólo en Perú un millón de hectáreas bajo regadío en terrazas, que alimentaban a diez millones de personas, y que si hoy se pusieran en funcionamiento –funcionan doscientas mil de ellas- alimentarían a todo el Perú, sin necesidad de híbridos, ni transgénicos, ni pesticidas, ni nada de lo que la agricultura occidental utiliza? Cómo va a saberlo.

¿Sabrá ese hombre ignorante pero arrogante, que gobierna la Ciudad de Buenos Aires, que el sol flamígero de nuestra bandera, es el Dios Inti del Inkario y de las culturas andinas (es decir peruanos, ecuatorianos, bolivianos, chilenos y argentinos del Norte), y que fue puesto allí por la Asamblea del Año XIII, por pedido de Belgrano, San Martín y Monteagudo como homenaje al Inkario y a Túpac Amaru? Lo dudamos profundamente.

¿Sabrá el barrabrava de Barrio Parque, que el Congreso de Tucumán aprobó el 31 de julio de 1816, a propuesta del General Belgrano, con apoyo de San Martín, Güemes, O’ Higgins y Monteagudo la creación de una monarquía incaica, a cargo del hermano menor de Túpac Amaru –Juan Bautista Túpac Amaru-, creando así un estado americano con capital en el Cuzco y que habría abarcado los actuales países de Argentina, Bolivia, Perú,. Ecuador, Chile, Paraguay; Uruguay, el estado de Santa Catalina (las Misiones Orientales) y probablemente Río Grande do Sul? Seguramente ni se lo debe imaginar…

¿Sabrá don Mauricio que la verdura que comemos los porteños y gran parte del conurbano bonaerense es producida por la comunidad boliviana que por sus saberes agrícolas ancestrales produce mucho mejor y con menores insumos, que nuestros compatriotas que se han volcado a la cancerígena soja transgénica? ¿Sabrá don Maurizio –claro que sí pues los súperexplota en sus empresas del grupo SOCMA y Calcaterra- que hoy el grueso de los empleados de la construcción son nuestros hermanos paraguayos y que trabajan tan bien como los argentinos o los bolivianos? ¿Sabrá este ignorante supino, que en 1860 el Paraguay era el país más desarrollado de la América española y portuguesa, con ferrocarriles y acerías propias, sin latifundio y con una población superior a la argentina bien alimentada y educada? ¿Sabrá el ignorante ingeniero que hoy nuestros compatriotas son expulsados de España, Italia y otros países europeos por sudacas, pese a que los abuelos de los actuales gobernantes de esos países vinieron a saciar su hambre a nuestras tierras, que los recibió con los brazos abiertos, dándole a ellos lo que se les negaba y robaba a nuestros hermanos originarios? ¿Sabrá el hirsuto ingeniero que desde hace décadas el porcentaje de inmigrantes –de cualquier origen- en nuestro país orilla sólo entre el 2.5 y el 3% de la población? Por supuesto que nosotros argentinos, en tanto indoamericanos –no latinoamericanos- preferimos mil veces a inmigrantes de Nuestra América y no de la atroz y egoísta Europa, que vuelve hoy a mostrar su esencia repugnante. Nuestros paisanos americanos tienen derecho a vivir en nuestra tierra, que fue propia en el pasado, y que por otra parte los necesita, ya que en 300 millones de hectáreas apenas vivimos 40 millones de habitantes.

Siempre hay lugar para Hitler

Seguramente por ignorar todo esto, Macri basándose en las encuestas que le acercara su gurú ecuatoriano Durán Barba (de gran acierto para las fuerzas de derecha en el Ecuador tal cual puede observarse) respecto de que la xenofobia y el odio a los hermanos bolivianos, peruanos y paraguayos, podía darle los votos que estaba perdiendo raudamente, debido a su pésima acción de gobierno, se lanzó al odio xenofobo y discriminatorio. Llamar pésimo a su gobierno es casi un premio. Macri no ha gobernado la Ciudad, es el peor Jefe de Gobierno de su historia, incluyendo a Cacciatore y Grosso (otro empleado del grupo Macri) lo cual es mucho decir. Macri busca como Berlusconi y Sarkozy desatar los peores sentimientos de una sociedad que aun no ha podido cerrar del todo las heridas de la indigencia y la exclusión que nos dejaran los años de neoliberalismo, para ocultar su inmensa inutilidad como gobernante. Notablemente entre los punteros, barrabravas, patoteros sindicales y matones macristas que los canales de la red mediática del poder, sacan al aire a diario, resulta evidente por su color de piel y de pelo, que muchos de ellos no habitan nuestra tierra desde hace mucho tiempo. Allí recala la idea siniestra de que hay una inmigración buena y otra mala. Es decir los europeos son inmigrantes y los indoamericanos –especialmente los de bello color cobrizo como los bolivianos y peruanos- son delincuentes, narcos o ladrones. Entre paréntesis, ¿cuántos juicios y procesamientos acumula ya el supino Ingeniero? Casualmente bolivianos, peruanos y nuestros hermanos del NOA, educados en la mayor cultura que produjo la historia americana hasta hoy, como fuera la del Inkario, basada en principios éticos altos y solidarios, como se expresa su ancestral juramento: Ama sua (no seas ladrón), Ama Llulla (no seas mentiroso) y Ama Kella (no seas perezoso), poseen una cultura propia basada en el trabajo, la solidaridad colectiva y un muy fuerte amor por sus hijos, superior a la de muchos inmigrantes que vinieron a ‘hacer la América’, no trepidando en cometer todo tipo de delitos y de explotaciones sobre nuestro pueblo, incluido la matanza de nuestros hermanos originarios. Sino, ¿quiénes eran los que masacraban a los Chiriguanos, Wichis, Pilagás, Tobas, Guaraníes y demás pueblos en los obrajes de Misiones, Chaco, Formosa y Norte de Sante Fe, que tan bien relataran Alfredo Varela y Hugo del Carril en ´las Aguas Bajan Turbias’? O ¿quiénes eran los que pagaban ‘un patacón por par de orejas de indio’ y luego ‘un patacón por par de bolas de indio’ para terminar de exterminar la nación Mapuche? ¿Eran americanos -si se exceptúan algunos asesinos yanquis llegados por el Pacífico, pero claro esos no son americanos- o infames inmigrantes europeos que vinieron a terminar de masacrar a nuestros hermanos originarios, robándoles sus tierras y explotándolos hasta el extermino. ¿Sabrá esto el Ingeniero Macri en su inmenso saber elito-fascista?

Derrotar a Macri y su proyecto fascista

Es probable que este tema sea central en la campaña de la Ciudad, pues hay un sector de nuestra sociedad, que es asolada por un racismo visceral que le viene de la cultura española, de la italiana, del catolicismo en general y de la mirada eurocéntrica, que considera inferior a todo lo que no sea europeo. Es posible que esa sea una de las principales batallas que debamos dar para acabar con este gobierno de vergüenza en la Ciudad. Pero Macri juega con fuego. Es posible que así se asegure un 38-40 % de voto reaccionario-racista-fascista en la Ciudad, pero ese sería su piso y su techo, y si las fuerzas del campo popular saben organizarse y unirse estaremos en condiciones de aplastar a esta rata fascista, que no trepida en mentir, delinquir, robar, hacer negocios para él y sus amigos, destruir lo público, sicopatear y sobre todo destruir la Ciudad en beneficio propio. Para cerrar es bueno recordar que en este año don Maurizio sólo ha estado menos de cien días al frente de su trabajo como Jefe de Gobierno, el resto del año ha paseado por el mundo. Nuestra Presidenta, a quien se le acaba de morir el compañero de toda la vida, sólo descansó un fin de semana. Pero claro allí radica la diferencia entre quienes aman al pueblo y desean trabajar por él y para él, y quienes lo desprecian y creen que el pueblo es motivo de explotación, represión y burla. El pueblo de la Ciudad sabrá ajustar las cuentas con este arrogante e ignorante barrabrava de Barrio Parque. Y nuestros hermanos indoamericanos podrán disfrutar en paz y armonía de la bella Buenos Aires.

*Director del Instituto de formación Bernardo de Monteagudo de la CMP

martes, 21 de diciembre de 2010

Parque Indoamericano: conflicto social y ocupación territorial


Pascual Manganiello es secretario general de Izquierda Democrática, que presido. En su vida --secuestrado y torturado en 1975, en lo que se conocería como El Vesubio, a los 15 años, por la Alianza Anticomunista Argentina y luego preso, en 1987, ya en democracia por falsas acusaciones-- nunca ha sido manso en sus opiniones. Esta, con la convicción del pleno apoyo al proyecto nacional y popular en marcha, tampoco lo es. Aconsejo su lectura detenida, aunque moleste a ciertos compañeros que opinan que para empujar y apoyar hay que callar. Y en el profundo error de ese concepto tengo, lamentablemente, bastante expeirencia, luego de años de ejercerlo.

Cuando se tiene frente a la lupa del análisis político un conflicto socio-territorial, es conveniente comenzar por separar el rol y la política que los diversos actores, han desplegado en el mismo.

Dentro del tipo de aproximación al conflicto, previamente planteada, nuestro análisis estará centrado en las políticas de “seguridad” que se han desplegado desde los actores estatales, como estrategia de intervención en el conflicto socio-territorial, no en las causas sociales profundas del conflicto, las cuales deben ser motivo de otro análisis.

Los hechos.

Fuentes diversas, apuntan a considerar como detonador político de la ocupación, a una promesa “electoral” adelantada del macrismo o de los punteros prohijados por el.

El Jefe de Gabinete de Ministros, Aníbal Fernández presenta una versión de los hechos que precedieron a la toma, en su blog personal.

El funcionario aseguró que la toma se originó luego de que el Pro diera origen "a su campaña electoral anunciando la entrega de los títulos de propiedad de los terrenos sobre los que se habían construido casas en villas como Piletones, Villa 20, Villa 1-11-14 y las Villas 3, 6, 17, 19 y 21-14". "Con este objetivo los diputados Enzo Pagani y Cristian Ritondo presentaron un proyecto en la Legislatura para reformar el Código de Planeamiento Urbano. Cuando este proyecto fue anunciado con efusividad electoralista, lo primero que se provocó fue que una banda organizada atacara el obrador que tienen las Madres de Plaza de Mayo en Los Piletones, con 400 casas casi terminadas. Ese grupo fue rechazado por los trabajadores del obrador, pero alentados por esas promesas de inicio de campaña electoral, la gente de las villas se lanzó a ocupar el predio del Parque Indoamericano", continuó. El jefe de Gabinete mencionó que en la primera noche de ocupación "comenzó la violencia con el resultado de dos muertos" y que fue la Policía Federal "la que desalojó el predio y se lo entregó a la Policía Metropolitana que, insólitamente, permitió que los grupos que lo habían ocupado, volvieran a hacerlo por segunda vez, con mucha más gente".

Sobre este escenario, construido por la suma de ineficacia en la gestión pública y una estrategia política territorial conciente del gobierno de la ciudad, actuaron, con diferentes métodos y objetivos, y cierta autonomía, tanto punteros macristas, como militantes sociales y políticos identificados con el kirchnerismo, así como otras fuerzas territoriales, ubicadas más a la izquierda del espectro político, entre ellas la Corriente Clasista y Combativa (CCC), liderada por Carlos Alderete.

Punteros y militantes territoriales en Lugano-Soldati.

El macrismo.

La relación del macrismo con los habitantes de asentamientos y villas, está mediada por un sistema de punteros desideologizados, lumpenes, sicarios de la política, que trabajan en el control social de los territorios para el gobierno que los financie. En este caso el de Macri.

Generalmente estos punteros se caracterizan por su relación estrecha con el tráfico de drogas, la manipulación de bandas de menores y la policía, sea esta federal o metropolitana.

Su pertenencia a las barras de futbol, la delincuencia menor, las patotas territoriales, y aún a la plantilla de personal del gobierno de la ciudad, no es un secreto para nadie. Tampoco lo puede ser para Macri.

La característica fundamental de esta “red territorial de control” es que no se ha presentado en la superficie durante el desarrollo del conflicto, su acción estuvo determinada por el anonimato, sólo burlado por las cámaras de la televisión, la investigación periodística y las denuncias de ocupantes y vecinos. No actuaron como organización política, sino como banda urbana clandestina. (1)

El kirchnerismo.

La irrupción pública del dirigente barrial, Alejandro “pitu” Salvatierra, puso de manifiesto la importancia de la organización política territorial en la gestión de los conflictos sociales.

Salvatierra, emparentado con la corriente kirchnerista que lidera en capital, Francisco “Tito” Nenna, y de buena articulación con Sergio Shocklender (Asociación Madres de Plaza de Mayo) en el territorio de la Villa 20, resultó central al momento de negociar la desocupación pacífica del predio, sin tener que recurrir a la fuerza pública.

Fue la acción política concertada, y no la fuerza pública, la que recupero el predio y comenzó a pergeñar una salida posible a los ocupantes en sus demandas.

La existencia de militantes territoriales con representatividad de base, liderazgo organizativo y capacidad de negociación política, es más efectiva, como política preventiva del orden público que la acción policial, ya sea esta de la federal, la metropolitana, la prefectura o la gendarmería.

El gobierno nacional debería tener en cuenta que la única manera de desplazar en el control territorial del área metropolitana buenos aires (AMBA), a la “liga” constituida por, el jefe de gobierno de la CABA + intendentes del conurbano (oficialistas y opositores por igual) + corporaciones policiales y de seguridad, es impulsar el desarrollo de la organización política popular de base en dichos territorios, asumiendo los riesgos que ello implica, fundamentalmente el malestar que ello traería en el dispositivo político-electoral pejotista, ajeno a los objetivos estratégicos de transformación social, de contenido nacional-popular del kirchnerismo.

Macrismo y ocupación: la intencionalidad política de la toma.

De lo visto, pueden interpretarse algunos objetivos políticos perseguidos por el macrismo o sus punteros, o el duhaldismo vía Macri.

Estos objetivos, razonados y presentados a manera de hipótesis, (no podemos comprobarlos), podrían ser:

*Instalar un conflicto socio-territorial de grandes dimensiones en la única jurisdicción importante donde la responsabilidad directa de la seguridad, y sobre todo del orden público, esta en manos del gobierno nacional. Enfrentando de esta manera, al poder ejecutivo nacional, con la gestión concreta del uso de la fuerza pública sobre los conflictos sociales, con una policía federal autogobernada y reacia a subordinarse a las instrucciones de la política, como por otra parte son todas las policías y fuerzas de seguridad del país.

*Desplegar y despertar el miedo latente, en importantes sectores del electorado macrista, hacia la inmigración latinoamericana pobre asentada en la ciudad de buenos aires, poniendo en acto esa “amenaza” latente, que genera y sustenta el miedo de esos sectores.

De esta manera Macri pudo tener la “escenografía” adecuada para instalar su discurso racista y xenófobo, que esta dirigido al núcleo duro de su electorado, “demostrando” la “inacción” policial del gobierno nacional ante las ocupaciones.

*Extender y consolidar la capitalización política a su favor, hacia sectores populares y de clase media baja, de Lugano, Villa Soldati y otros barrios aledaños, utilizando para ello el miedo a “la amenaza boliviana, paraguaya y peruana”.

Mediante el acto de ocupación y sus efectos, estos sectores populares suelen cambiar el orden de prioridad en su agenda de preocupaciones y demandas a plantearle al gobierno de la ciudad.

Producido el hecho y desatados los fantasmas ideológicos de las consecuencias supuestas de esa ocupación, los problemas derivados de la acción de los “okupas” inmigrantes, suelen desplazar de la agenda vecinal, a los problemas suscitados por la falta de inversión pública, en infraestructura, mobiliario y equipamiento urbano, salud y educación.

Se pasa así a discutir cuanta “seguridad” es la necesaria, para prevenir o reprimir, supuestos delitos potenciales que puedan protagonizar los “usurpadores”.

Este eje de discusión, dentro de un proceso electoral que ya ha comenzado en los hechos, favorece la agenda de discusión favorita de Macri: un cóctel de inseguridad, xenofobia y racismo.

El gobierno nacional.

Muchos creen que ayudarlo es no criticarlo, haciendo que políticas disfuncionales a los objetivos planteados para garantizar la profundización del modelo, perduren y no sean superadas.

El gobierno nacional tiene algunos problemas a resolver en el plano del orden público.

Carencia de una política de anticipación en el conflicto social.

Prueba de eso es que la derecha macrista territorial creo las condiciones de utilización políticas de importantes sectores sociales sumergidos, sin que hubiera respuesta política preventiva y anticipatoria de parte del gobierno de Cristina.

Estamos hablando de acciones políticas de contención y contra-organización social, en base a la información, las cuales son las únicas eficaces para neutralizar estas operaciones, sin tener que recurrir a la fuerza pública. (2)

La inacción gubernamental favoreció al macrismo.

El programa televisivo “Duro de Domar”, expuso el encadenamiento de hechos delictivos que entornaron la ocupación de las tierras y que involucraban al macrismo, a través de sus punteros y barras bravas de Boca, Huracán y otros.

Estas bandas acosaron, hirieron y apalearon, a los ocupantes del predio del Indoamericano. Dejarlas actuar libremente, retirando la fuerza policial federal, porque no se la podía manejar desde el gobierno (esa es la realidad), equivale (aunque esa no sea la intención), a liberar la zona para que las bandas macristas actúen a su arbitrio contra los “indeseables” bolivianos, paraguayos y peruanos, según su discurso.

Esta, no parece ser una política muy eficaz para la defensa de los DD.HH de nuestros hermanos latinoamericanos, manipulados primero y luego apaleados por el macrismo, ante la ausencia de una fuerza pública federal, democrática, subordinada al poder político y técnicamente eficaz para evitarlo.

No estamos hablando de una generalizada carga antidisturbios de la guardia de infantería, sino de la acción quirúrgica de grupos especiales de la policía, entrenados para tal fin, ejerciendo la violencia legítima, contra grupos armados de la derecha lumpenizada.

Además estos grupos para-estatales de la derecha macrista, como aseguró Sergio Schocklender, tienen relaciones estrechas con la policía metropolitana, y el narcotráfico, nosotros podemos agregar a la lista de sus relaciones a la policía federal.

Estos grupos armados, no pueden ser tratados con una acción policial equivalente, a la utilizada para con los sectores sociales demandantes.

La negociación.

Incorporar a la gestión del conflicto y su negociación al Jefe de Gobierno de la Ciudad, implica pretender que el causante sea parte de la solución. Macri es el problema, no la solución.

El gobierno nacional manifiesta que fue a pedido de los ocupantes del predio que se lo convocó a Macri a la reunión y que el poder ejecutivo, sólo oficio de mediador.

Sea cual fuera la circunstancia de la participación de Macri, hacerlo formar parte de la solución del conflicto, es un error que tarde o temprano se pagará políticamente, si la decisión se mantiene en el tiempo.

La participación en las negociaciones del Jefe de gobierno de la ciudad, no ayuda a que la opinión pública visualice con facilidad a los actores del conflicto y sus diferentes políticas de gestión del mismo: por un lado a quién provocó o no supo manejar la ocupación (Macri), y por otro, a quienes comenzaron a gestionar el conflicto y encontrarle una salida a la ocupación (el gobierno nacional).

Las consecuencias de esa negociación.

Macri agradeció y elogio la decisión del gobierno nacional de destacar al lugar a la Gendarmería Nacional y a la Prefectura Naval. Y tenía razón, no podía menos que agradecer, había forzado con el accionar de sus bandas la militarización (prefectura y gendarmería son policías militarizadas), del territorio, y provocado una mini-crisis en el gabinete nacional con el desplazamiento de los hombres de Aníbal Fernández del área de seguridad.

Después de ser invitado a la negociación por parte del gobierno nacional, este último comenzó a tender un cerco “sanitario” de gendarmes y prefectos, y un poco más allá, policías federales, (potenciales responsables de las dos primeras muertes en asociación con la metropolitana), alrededor del Indoamericano.

La función de las fuerzas federales era claro, servir de contención y límite a la posible continuidad del accionar de bandas armadas. Pero no era menor a la primera, la función de consolidar el aislamiento político territorial de los ocupantes para forzarlos a una negociación. Se trataba de la vieja y consabida estrategia del sitio, donde el tiempo obra en contra del más débil y aislado.

En ese contexto se entiende el bloqueo y represión, a cargo de la policía federal, con ayuda de las otras fuerzas de seguridad, al paso de la columna de manifestantes de izquierda que se acercó al parque intentando romper el aislamiento político y geográfico de los ocupantes.

A todo esto las bandas de Macri, que asolaron el parque la noche anterior, estaban bien tranquilas por cierto y su jefe legitimado al ser invitado a participar en la negociación por el gobierno nacional. Esto más allá de las críticas a Macri de parte de Aníbal Fernández y de las amenazas potenciales a los vándalos macristas de ser judicializados a futuro.

Por último, Macri obtuvo fondos nacionales para resolver aquello que su pésima política de vivienda social en la ciudad causó. Además se llevó de regalo un repertorio de medidas de “represión administrativa y económica” sobre los pobres (que manipulados o no), ocupen predios públicos o privados.

Por el contrario a estas medidas coactivas anunciadas, que hacen centro en los demandantes de tierras, de lo que se trata es de terminar con las redes de punteros manipuladores, y no presionar a las víctimas para que se resistan por sí mismas a ser utilizadas en su desesperación.

Los sectores populares.

Con respecto a la reacción de los sectores populares ante la política de orden público del gobierno nacional, en el diario “Página 12” del domingo 12 de diciembre de 2010, el periodista Mario Wainfeld, decía:

“En verdad, se ha producido un resquebrajamiento respecto de una encomiable línea maestra del kirchnerismo, eficaz y virtuosa en los primeros años: no reprimir la protesta. Los actores le han tomado la mano, tiran de la soga a niveles extremos, la recurrencia del obrar estatal subleva a otros ciudadanos. En menos de dos meses, colmo de colmos, han muerto cinco personas en movilizaciones, lo que habla de una pérdida sensible de eficacia”.

Al referirse a cinco muertos Wainfeld suma los tres del Indoamericano, a los dos (parece que ya olvidados), de la comunidad qom (tobas) de Formosa, también víctimas de la represión de un conflicto social, a manos de la policía de Gildo Infrans, un gobernador aliado del gobierno nacional.

Quedar atrapados entre las intensificadas formas de lucha de los que demandan (generalmente trabajadores y pobres urbanos), y la reacción de los que protestan contra lo que entienden como inacción del estado (generalmente clases medias y medias bajas), es el peor escenario que el gobierno puede tener que enfrentar durante el 2011.

Igualmente, hay que ser claros, la política de orden público del gobierno nacional tiene un alcance territorial que abarca una porción mínima del país. Sólo tiene jurisdicción en las políticas de orden público de la capital federal, en las rutas nacionales y en aquellas instalaciones federales ubicadas en los territorios de las provincias. El resto del país se encuentra bajo la jurisdicción policial de los gobernadores (oficialistas y opositores), los cuales, han dejado claro en sus acciones durante estos años, que no adhieren a los principios sustentados por el gobierno federal en el tema de los procedimientos a ser aplicados en la intervención policial en conflictos sociales que alteren el orden público.

Hasta ahora ha actuado un cierto principio no escrito, el de descentralización de las políticas de orden público. Esto permite a los gobernadores seguir sosteniendo la acción de sus policías represoras (Formosa es un ejemplo), fuera del escenario mediático de la ciudad autónoma de buenos aires. Esto se completa con una generalizada criminalización de la protesta social a través de los poderes judiciales provinciales, los cuales se encuentran fuertemente feudalizados, y carentes de la independencia mínima ante el poder político local. Para este tema, nuestro grupo de reflexión política, a producido un pequeño “paper” titulado, “Conflicto social y orden público”, al cual nos remitimos.

La respuesta democrática al conflicto social debería transitar otro camino, el de una articulación eficaz que comprenda: acción de grupos especializados y previamente seleccionados de las fuerzas de seguridad; organización política territorial capaz de contener y canalizar las demandas hacia la negociación; y recursos presupuestarios, así como regulaciones normativas, para intervenir sobre las causas profundas que movilizan a los sectores populares.

El Ministerio de Seguridad: ¿una solución?

Todos sabemos, que la sola creación de una nueva estructura de gobierno, no garantiza en sí y de por sí, ninguna solución.

Pero aún así, la decisión de dotar al área de seguridad de una orgánica propia, con recursos específicos, misiones, funciones y competencias claramente delimitadas, y otra conducción política que la actual, merece ser considerada como un intento, en primera instancia positivo, de parte del gobierno nacional.

Aunque debamos tener en cuenta que la creación, ya hace algunos años, del Ministerio de Seguridad Bonaerense, no modificó sustancialmente la situación de inseguridad de la provincia y de autogobierno policial crónico.

Si la perspectiva “doctrinaria” es la misma que la aplicada en ciertos programas de Defensa, la “solución” de primera instancia (la creación del Ministerio de Seguridad), puede devenir en problema estructural y estratégico, en el mediano y el largo plazo.

Esta perspectiva doctrinaria y sus políticas correspondientes, llevadas adelante por Garre en el área de Defensa, con nulo debate público, están desarrollados en nuestro “paper” de opinión, titulado: “Haití: fuerzas armadas, seguridad interior y misiones de las Naciones Unidas”, y son al menos inquietantes cuando uno las analiza detenidamente.

La política de seguridad, y sobre todo la de orden público del nuevo equipo ministerial deberá enfrentarse, en lo que resta del 2010 y en todo el año “electoral” del 2011, a una situación signada por la relación entre carestía de los alimentos, especulación inmobiliaria (alza de los precios de alquileres, tierras e inmuebles) y la consiguiente ocupación de espacios públicos y privados, como una de las válvulas de escape a esta situación por parte de los sectores populares más postergados.

Para terminar.

La resolución, siempre transitoria y precaria, del conflicto social requiere de gestión de estado, pero sobre todo de una organización política territorial propia y no tan sólo de un dispositivo electoral despolitizado como el pejotista, el cual el kirchnerismo ha comprado, hasta ahora al menos, llave en mano y sin beneficio de inventario.

Cuando ambas (gestión y organización política), han fracasado o se encuentran ausentes, sólo resta aplicar la opción de la Gendarmería y la Prefectura, fuerzas federales de seguridad militarizadas, que no son otra cosa que policías militares para nombrarlas sin tantos eufemismos.

El anuncio, todavía no ejecutado, de enviar 6000 gendarmes al conurbano, no parecería interpelar a la concepción de seguridad y orden público de la derecha, sino confirmarla. Este discurso es el que sostiene que los problemas de seguridad se solucionan con más policía, en este caso militarizada y con mayor poder de fuego.

Generalmente los sectores progresistas le agregan a este accionar de saturación policial de los territorios, la palabra mágica de “acción preventiva”, con la cual parecen querer exorcizar de derechismo explícito a la misma.

A pesar de la palabra “preventiva”, la acción real es la militarización de los llamados territorios calientes, que coinciden con los barrios populares de capital y gran buenos aires en este caso.

Esta última opción es coherente y consecuente con la concepción macrista sobre la “resolución” del conflicto social y la represión de la delincuencia común. Como opción política de un proyecto nacional y popular, parece ser, cuanto menos, inadecuada.

Notas.

(1). “Uno de ellos es el actual presidente del bloque PRO en la Legislatura, Cristian Ritondo, quien recorrió toda la zona sur en compañía de una vieja amiga: Esther “Niti” Iglesias, ex directora de la Corporación del Sur, el organismo estatal que administra la mayoría de los predios vacíos de la zona, quien radicó la denuncia ante la justicia contravencional para desalojar el predio. Su nombre fue confiado a Tiempo Argentino por distintos referentes villeros de la zona, quienes indicaron que Iglesias convocó a los barras. Junto a ella, estuvo Eva Ferraro, otra macrista de paladar negro que, desde el Centro de Gestión y Participación 8, también se sumó al pedido. Ambas provienen del riñón de Ritondo, y por su intermedio, mantienen estrechos vínculos con el peronismo disidente, es decir, con las huestes porteñas del duhaldismo. Para el macrismo, esa vinculación no existe. Sin embargo, las pruebas que demuestran lo contrario son los nombres de los barrabravas y punteros que ya fueron identificados gracias al aporte de vecinos, organizaciones sociales y periodistas de todos los medios nacionales. Entre ellos, se destacan: Julio Capella, alias “El Cabezón”: trabaja en la obra social de los trabajadores del estado porteño (OSBA) que depende del sindicato municipal (SUTECBA), conducido por Amadeo Genta y Genaro Trovato, actual tesorero del gremio. Su seguridad personal está a cargo de Capella, hincha de Huracán y cuñado de Pablo Respinis, uno de los jefes de la barra de ese equipo. El periodista Gustavo Grabia, de Clarín, reveló que su tío es el que tiene peso en el gremio. Alejandro Pastore: según el semanario Miradas al Sur, también trabaja en la OSBA y vive, junto a su mujer, en el 19A del complejo ubicado en Olivera y Directorio. Desde ese edificio, junto a los de Castañares al 4200 que construyó el Sutecba con financiamiento de la Corporación del Sur y el Instituto de la Vivienda. Eduardo “Manzana” Santoro: el matutino Página/12 reveló que preside hace cinco años el club Nueva Estrella, ubicado a pocas cuadras del Indoamericano. Es hermano de Miguel “Manzanita”, que fue condenado junto a José Barrita, de la 12, a 20 años de prisión por los asesinatos de dos hinchas de River. Luis/Daniel: estaba a cargo de la coordinación de los ataques y reportaba a Santoro. Juan Carlos “Gutiérrez”: tiene 50 años y su imagen fue revelada por este diario en su edición de ayer. Trascendió que su apellido podría ser Salerno. Se hace llamar Juan Carlos Gutiérrez y apareció durante los incidentes provocados en el parque y en el club Albariños. Miguel Ángel Rodríguez, “El Comandante”: reporta al diputado PRO Enzo Pagani y a su esposa Karina Leguizamón, dos redactores del proyecto para escriturar terrenos en villas que presentaron junto a Ritondo. Fue director de Tránsito de Carlos Grosso y estuvo tres años preso por vender licencias de taxis truchas. Hace dos años maneja dos cooperativas que proveen de servicios a la Corporación Buenos Aires Sur y al IVC. Marcelo Chancalay: ex boxeador que regenteó la villa 20 en nombre del ibarrismo y desde 2007 trabaja para el PRO. Reconoce como su jefe político a Omar Abboud, actual titular del Instituto de la Vivienda porteño (IVC). Todos ellos, forman parte del ADN electoral del macrismo, una cadena de relaciones que conecta al gobierno porteño, sus negocios en el sur y a los hombres del PJ capitalino que, desde siempre, reportaron a Eduardo Duhalde y, ahora, a Mauricio Macri, el jefe de gobierno que debería explicar cómo se relacionó con ellos”. (Fuente: “Tiempo Argentino” 15 de diciembre de 2010).

Completando la información de “Tiempo Argentino” (el diario no la da), es sugestivo que Alejandro Amor, operador político de confianza de Amadeo Genta en las 62 organizaciones de capital, asista asiduamente a reuniones y actos del progresismo kirchnerista capitalino, incluso codo a codo con ministros del gabinete nacional. Esto grupos del progresismo kirchnerista porteño, ¿pedirán explicaciones sobre la participación denunciada de los militantes del SUTECBA en los acontecimientos de Villa Lugano y Soldati?, o callarán en beneficio de no favorecer la acción antigubernamental de la “derecha”.

(2). Por otra parte, y en el plano de la inteligencia propiamente dicha, el aparato de la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE), que debe abastecer a la presidenta de información “sensible”, se encuentra en manos de gente de la “casa”.

Este eufemismo quiere decir, que tanto su director general de operaciones, como todos sus directores de áreas operativas, entre ellos la fundamental de contrainteligencia, ingresaron y se formaron durante la dictadura militar.

Cualquiera que conozca el tema, aunque más no sea medianamente, sabe que nunca los funcionarios políticos de turno, que ocupan la secretaria y las subsecretarias del área de inteligencia, estuvieron, ni están, en condiciones técnicas y operativas, de establecer un control a tiempo real sobre la planta permanente de la “casa”, y que el director general de operaciones es quién en realidad dirige al servicio de inteligencia.

La gente de la “casa”, no sólo no ha retrocedido desde 2003, sino que por el contrario se ha consolidado en su poder interno en la secretaría y por su origen y trayectoria, sus perfiles político-ideológicos, se asimilan más a los del macrismo que a los del kirchnerismo.

A este aparato se suma otro sin control el de inteligencia de la policía federal. Por Decreto-Ley 9.021/63 se instituyó la “Orgánica del Cuerpo de informaciones de la Policía Federal Argentina”, siendo su reglamentación aprobada por Decreto 2.322/67.

Dice al respecto Marcelo Saín: “mediante estas normas se conformó y puso en funcionamiento un verdadero servicio paraestatal de informaciones e inteligencia no sujeto a ningún tipo de control administrativo, judicial y parlamentario más allá que el ejercido por algunos pocos miembros del Comisariato superior de la fuerza. Ese cuerpo está compuesto por “agentes secretos” abocados a las tareas específicas de la “especialidad de informaciones” y cuyos cargos “no son incompatibles con otro empleo de la administración pública nacional, provincial, municipal y privados”, es decir, estos agentes del recontraespionaje se pueden infiltrar en cualquier organismo público y privado (…), aquel cuerpo policial de informaciones cuenta con casi 1000 espías que se dividen en dos categorías “superior” y “subalterno”, cada una de las cuales tienen sus propias jerarquías”.

Esto demuestra que la falta de control democrático no mejora la acción de la inteligencia policial, que siempre argumenta que esta atada de manos por la leyes restrictivas de su operatividad. La ausencia, la de la inteligencia policial preventiva, en el caso de la ocupación del Parque Indoamericano, como soporte informativo de políticas preventivas de anticipación y neutralización del conflicto, así lo demuestran.

domingo, 19 de diciembre de 2010

De paso, cañazo


Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.

“Hacer algo ‘de paso cañazo’ es entre nosotros obrar de refilón. Aprovechar el tiempo y el esfuerzo insumidos en una actividad para realizar otra adicional y, por lo general, impensada. Citarse con alguien para tratar un asunto determinado, por ejemplo, y ‘de paso cañazo’ pedirle un favor o exponerle una queja. El dicho nació de un refrán español –‘Al ave de paso, cañazo’- cuyo sentido es muy distinto. ‘Expresión que aconseja a los habitantes de un lugar’, explican los diccionarios, ‘tratar mal al extraño que no ha de volver a el. En especial, sugiere a los comerciantes abusar de quienes no son sus clientes habituales’. Refrán por demás antipático y para nada hospitalario que alienta a dar con la caña (o con un caño, para decirlo al modo nuestro) al pobre tipo en tránsito, ave de paso, que desconoce los usos y malas costumbre locales. Al llegar a América, la frase conservó la rima, pero cambió de forma y contenido. Cambió también la mala fe del refrán por una inocente picardía. Hacer algo ‘de paso cañazo’ es llevarlo a cabo como no quiere la cosa, por la simple razón del ‘ya que estamos’”.

martes, 14 de diciembre de 2010

Desafíos y Riesgos de la Argentina después de Kirchner


Interesante reflexion acerca de la coyuntura y perspectiva del país desde las tareas que el Ingeniero Carlos Mendoza, miembro del Consejo Editorial de Tesis XI, considera corresponden de manera ineludible a los que se proclaman progresistas.

La desaparición de un líder político de la importancia de Néstor Kirchner, no podía sino generar una nueva situación en el panorama político argentino. No me ocuparé aquí de caracterizar la figura del ex presidente y sus importantes aportes, cosa que he hecho en varios artículos desde el 2003 en adelante, sino de analizar algunos de los desafíos que se le presentan al campo popular progresista y en particular al gobierno de Cristina, como parte del mismo.

Empezando por la economía, siempre tan importante, hay un tema que siempre he considerado como particularmente preocupante, que viene desde el gobierno de Kirchner, que es la inflación y, en menor medida, el tema interrelacionado de la medición que hace de ella el INDEC. En artículos anteriores he señalado que este es el talón de Aquiles de la política desarrollista con inclusión social impulsada por el Gobierno desde el 2003.

Por un lado, sucede el aumento de precios, en el mercado mundial, de los productos primarios alimenticios exportables de nuestro país y también de las materias primas industriales, algunas producidas aquí y otras de importación, que hacen subir costos de producción. Esta situación empuja ya objetivamente los precios hacia arriba. Hay también, en ciertos casos, cuellos de botella por insuficiencias temporarias de capacidad instalada para responder a la demanda, como en alimentos. Sin embargo esto no es un problema permanente, ya que el porcentaje ocupado de la capacidad instalada de las empresas se ha mantenido entre 75 y 80 % en promedio, desde el 2003, lo cual indica que la inversión a respondido correctamente a la demanda.

En realidad, el principal problema consiste en que la economía argentina está considerablemente oligopolizada, en productos y servicios que entran en la producción de los bienes y servicios del resto de la economía. Otros sectores oligopolizados son los de la producción de alimentos y el sistema de comercialización, en especial las cadenas de supermercados. Todo esto, en circunstancias de una demanda creciente, permite el continuo aumento de precios para conseguir ganancias extraordinarias y de ahí la creciente inflación desde hace unos cuatro años.

A ello se suma el problema de la distorsión en la medición del índice de precios del INDEC para Capital y Gran Buenos Aires. Asunto decidido por Kirchner durante su gobierno, en 2007, supuestamente para limitar el reajuste del capital de los bonos de deuda externa nominados en pesos y reajustables precisamente por ese índice. Esto le ha ahorrado efectivamente una suma importante de dinero al Estado, pero introdujo una seria distorsión en la economía, porque es un índice que se utiliza en la decisión de inversiones, discusiones salariales, determinación de cuentas macroeconómicas del país, etc. Por otro lado, al no conocerse cual es la verdadera inflación, esto alimentó las expectativas inflacionarias y la tendencia empresaria a cubrirse con cada vez más aumentos de precios. Pero lo peor resultó el desprestigio sufrido por un buen gobierno, como el de Kirchner primero y el de Cristina después, por la incredulidad en las cifras oficiales y la presunción de manipulación gubernamental de una institución importante, como lo es el INDEC.

Esa situación se combina con que, afortunadamente, desde el 2002 tenemos saldo comercial favorable y elevado y que últimamente, y como consecuencia de la crisis en los países desarrollados y de las inyecciones de dinero de EE.UU., sobre todo y, en menor medida de la Unión Europea, para rescatar a sus bancos y entidades financieras, resulta que hay alta liquidez disponible en el mercado mundial, que entre otras cosas busca hacer ganancias extraordinarias con inversiones especulativas en los mercados financieros de países emergentes, como el nuestro. Todo lo cual genera exceso de oferta de dólares en la plaza cambiaria local, que el Banco Central contrarresta adquiriendo divisas, para evitar que se venga abajo su cotización. Claro que para ello emite pesos, para comprar los dólares, lo cual trata a su vez de contrarrestar emitiendo Letras y Notas del Banco Central, para retirar así parte de los pesos emitidos, pero cuyo resultado es de todas formas un incremento del circulante, que si bien no es la causa de la inflación, si sirve para convalidarla, pues se necesitan cada vez más pesos para permitir las transacciones comerciales a precios cada vez más altos. Además el Banco Central tiene así que pagar crecientes sumas de intereses por esas Letras y Notas.

Pero a pesar de las compras de divisas del Banco Central, el hecho es que el dólar está clavado entre 3,90 y 4 pesos desde hace unos 7 meses y que, además, el euro ha tenido tendencia a perder valor respecto del dólar, como consecuencia de la crisis europea. Todo esto, ante la creciente inflación, provoca la consiguiente revalorización del peso respecto de esas monedas mundiales y, con ello, la pérdida progresiva de competitividad de los productos argentinos, tanto los exportables como los que compiten con importaciones (aun cuando temporariamente la revalorización del real brasilero ayude, sobre todo en el comercio con ese país). Esto, en el mediano plazo, constituye una situación insostenible para un proyecto desarrollista como el presente y para los objetivos de inclusión social, ya que de seguir así podría haber caída de la actividad económica, con su negativa repercusión para el empleo.

De ahí que Cristina haya anunciado la convocatoria a acuerdos económico-sociales entre el empresariado, los sindicatos y el Estado para, principalmente, establecer consensos sobre precios y salarios que puedan contener y hacer disminuir gradualmente la inflación. Personalmente me alegro de la iniciativa, que he preconizado en varios artículos anteriores desde hace años, porque creo que es la herramienta posible, aun cuando muy complicada y difícil, para luchar contra la inflación, sin caer en limitaciones del gasto y la inversión pública y el enfriamiento de la economía, que es lo que haría la oposición de derecha.

Pero esto reclama de una participación muy activa de los asalariados, por empresa, para controlar y denunciar subas indebidas de precios, por encima de genuinos aumentos de costos, y controlar la evolución de stocks. También podrían colaborar las organizaciones sociales, por su propia iniciativa, haciendo seguimientos de precios de productos y servicios de consumo popular, en supermercados por ejemplo, como ya lo han hecho en otras ocasiones, como fue el caso con las estaciones de servicio, por aumentos no autorizados de los combustibles. De todas formas, nada de esto será posible si no hay una muy firme determinación política del gobierno, porque de lo que se trata es, nada menos, que de la distribución del ingreso, lo cual está en el centro mismo de no otra cosa que la vieja lucha de clases.

La resistencia de los sectores patronales oligopólicos va a ser particularmente dura. Por empezar la patronal trata de transmitir la idea de que la inflación es, sobre todo, producto de los aumentos de salarios. Esto es completamente falso, ya que la incidencia del salario en el costo del sector industrial, por ejemplo, va de un 5% a un 15%, aunque puntualmente en algunas industrias es mayor. Si se tiene en cuenta que, primero aumentan los precios de manera continua y luego, anualmente, hay aumentos salariales, en general algo por encima del aumento anual de precios, podríamos por ejemplo considerar una inflación anual del 25% y luego aumentos salariales promedio del 30%, lo cual significa un aumento en valor real del 5%. Pero si consideramos una incidencia del salario en los costos de, por ejemplo 20%, el 5% del 20% es el 1% de aumento real de costos. Sin embargo la experiencia muestra que se produce nuevamente un aumento de precios anual de al menos otro 25% y en realidad mayor, porque hay tendencia a que crezca. Basta ver los balances de las empresas para constatar que las ganancias anuales como porcentaje de las ventas, no han hecho más que aumentar considerablemente desde el 2002 hasta aquí y es sobre todo mediante este mecanismo.

Por otro lado, si hay algo a lo que la patronal le tiene terror es a que le verifiquen sus costos, porque esto expone la verdad de las cosas, por lo que la participación de los trabajadores en esa verificación es a la vez indispensable y sumamente difícil. Pero hay que intentarlo.

A menos que todo termine en reuniones con declaraciones de buenas intenciones y algún maquillaje temporario que permita una limitación ocasional y muy moderada de las subas de precios. Pero el problema volvería entonces a reproducirse.

También el gobierno ha anunciado que organizará un índice de precios nacional, lo que le daría la oportunidad de salir de la encerrona del IPC actual del INDEC. Ha solicitado para ello el asesoramiento técnico del FMI, en lo que parece una condición negociada con el Club de París, para que este acepte la renegociación de la deuda en default con ellos sin participación del FMI para controlar nuestra economía. Así el gobierno parece querer matar varios pájaros con el mismo tiro: Encontrar una manera de salir del intríngulis INDEC con un salto hacia delante, al crear un índice nuevo y nacional; evitar que el FMI emita algún tipo de condena o sanción a nuestro país, por no aceptar sus controles macroeconómicos anuales; finalmente, resolver el tema con el Club de París y poder así acceder a las líneas de crédito favorables, que cubren exportaciones de bienes de capital, que otorgan los países de la Unión Europea, asunto apetecido por el gobierno nacional para algunos de sus proyectos importantes de obras públicas, como ferroviarios y de energía eléctrica, por ejemplo.

El tema de los acuerdos económico-sociales, al abrir la oportunidad de la participación de sindicatos y la posibilidad de que accionen también las organizaciones sociales, va asimismo objetivamente al encuentro de lo que más se necesita en el plano político, que es avanzar en la coordinación y confluencia de los sectores progresistas, empezando por sindicatos y organizaciones sociales, para respaldar al gobierno con lo conseguido hasta aquí e ir por más. Sobre todo después de la gran pérdida que significa la muerte de un líder como Kirchner y nada menos que esposo y socio político de la presidenta, quién no puede menos que sentir esta gran pérdida en lo afectivo y en lo político, por más que haya demostrado gran capacidad de estadista, temple y coraje. El tema es entonces tanto un gran desafío económico y social como político.

La construcción de un amplio espacio plural progresista es asunto vital para asegurar la continuidad y sobre todo profundización de las políticas iniciadas en el 2003. En tal sentido se ha avanzado en cuanto a la aparición y desarrollo de los sujetos sociopolíticos que constituyen ladrillos de esa construcción. Podemos mencionar a las numerosas organizaciones sociales y culturales que apoyan en mayor o menor medida al gobierno; la hegemonía lograda en la CGT por el Movimiento de los Trabajadores Argentinos, que fue muy activo en el combate contra el menemismo neoliberal en los 90; el sector que lidera Yasky en la CTA; y partidos políticos progresistas de diversos orígenes que apoyan al gobierno. Incluso ya se han dado pasos muy prometedores para unir a las organizaciones sociales y culturales, partidos políticos progresistas, y personalidades individuales, con la creación del espacio denominado Corriente Nacional de la Militancia. Es mucho más de lo que se tenía cuando empezó este gobierno en el 2003 y tuvo que crearse en la opinión pública su propio apoyo, gracias a las medidas que fue tomando. Ahora, además de haber reconquistado, a fuerza de tomar buenas medidas, buena parte del apoyo de la opinión pública, perdido cuando lo de la 125, el gobierno puede contar con un sustento creciente en organizaciones como las mencionadas. En esto estamos mejor y vamos bien.

Es de esperar que se intensifique la ofensiva de la derecha y los grandes grupos económicos vinculados al gran capital internacional y a los intereses del establishment local, particularmente a través de los medios de comunicación que controlan, cuanto más nos acerquemos a las cruciales elecciones generales del 2011. Es mucho lo que está en juego y la batalla política será dura, cuando no despiadada. El tema inflación es uno de los principales que estará en el centro de la disputa. Resolverlo por la vía progresista que he comentado sería ganar la madre de las batallas para la continuidad y profundización del proceso que encarna el gobierno de Cristina,

Otra cuestión importante es la de la seguridad y la vinculación con ello de los problemas sociales. Ya hemos visto como la derecha, incluidos sectores de origen peronista y sindical, son capaces de maniobrar duro contra la sociedad y el gobierno, tratando de desgastar a este, con el militante apoyo de los medios de comunicación del estáblishment. Aquí el desafío para el gobierno es muy grande, porque tiene por un lado que mantener su coherencia en cuanto a su justa política de derechos humanos y por otro lado evitar que haya desistimiento del Estado, incluyendo las fuerzas de seguridad, para enfrentar los problemas. Los sectores progresistas debemos estar alertas y apoyar al gobierno en esto, con participación y movilización, pero marcándole sus errores cuando sea necesario. Por ejemplo, en los recientes terribles sucesos en el Parque Iberoamericano, el gobierno nacional, desde su correcta conceptualización general respecto del problema, se enredó en una polémica mediática con el derechista, xenófobo, oportunista e inepto gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y solo envió la gendarmería a evitar nuevos ataques de vecinos y patotas armadas contra los ocupantes del parque después de que se produjeran nuevos graves enfrentamientos y muertes. El gobierno nacional debe prestar extrema atención a este tipo de sucesos e intervenir siempre para evitar el enfrentamiento de pobres contra pobres y cuidar la vida. Los sectores de derecha y otros que actuan con oportunismo, están precísamente esperando que el gobierno desista de actuar, para enchastrarlo luego ante la opinión pública.

Decimos que es más necesaria que nunca la unidad de los sectores progresistas pero, lamentablemente, dentro del progresismo hay quienes desestiman, o al menos minimizan, que este gobierno tenga carácter progresista y no están dispuestos a apoyarlo o, incluso, atacan directamente al gobierno, como si este formara parte del enemigo principal. El más importante argumento que esgrimen es que el gobierno kirchnerista no habría tocado la estructura económica oligopólica. En efecto, por un lado los sectores oligopólicos han hecho grandes ganancias con este gobierno y, por otro lado, sectores como los del petróleo, minería, comercio exterior de granos y otros, básicamente no han sido modificados y constituyen áreas potenciales para grandes tareas progresistas a encarar, si se quiere transformar profundamente a favor del pueblo la estructura económica Argentina. Pero esto no lo puede hacer ningún gobierno con su sola voluntad política, sino que además de ello se requiere de una vasta construcción socio política y cultural popular, de elevada conciencia participativa y esto no se puede construir desde arriba sino desde abajo. Y aun así, tal proceso transformador no se podría hacer sino gradualmente y venciendo a un enemigo terriblemente poderoso.

Sin embargo, el gobierno kirchnerista ha hecho cosas que van claramente contra el interés y la agenda del enemigo principal, como ser: restitución del rol regulador del Estado; drástica reestructuración de la deuda externa, contra el interés del sector monopolista de especulación financiera; importante contribución para hacer fracasar el ALCA; reestatización de los fondos de las AFJP, sacándole ese gran negocio a los bancos y sector financiero especulativo del establishment; integración latinoamericana, que permite potencialmente una creciente independencia respecto del capital oligopólico internacional; ley de democratización de los medios, afectando duramente a la principal herramienta de manipulación informativa, cultural e ideológica del enemigo principal; política de derechos humanos que, entre otras cosas, permitió reanudar los juicios contra los responsables de delitos del terrorismo de estado, impulsado objetivamente por el establishment durante la dictadura; políticas de aumento del gasto y la inversión pública y de inclusión social. Constituyen otras tantas políticas que, o afectaron directa o indirectamente al enemigo principal, o al menos de ninguna manera forman parte de la agenda del mismo.

A su vez, es de gran importancia lograr la consolidación de la nueva época que se está construyendo en América Latina. Todos aquellos que nos consideramos progresistas debemos tener muy en cuenta que si este gobierno se debilita y es reemplazado, lo que vendrá será la derecha y, para colmo, con la sarta de políticos irresponsables e ineptos que predominan en ella, siempre dispuestos a tratar de compensar estas falencias con adocenamientos y genuflexiones ante el establishment, sus herramientas mediáticas, los poderes monopólicos internacionales y los EE.UU. ¿Queremos sostener el proceso de cambios aquí y en Latinoamérica?: Sostengamos a este gobierno entonces, siempre tratando de mantener nuestra independencia, autonomía y espíritu crítico.

domingo, 12 de diciembre de 2010

De hacha y tiza


Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.


“Expresión que se aplica a cualquier enfrentamiento encarnizado, y que data del tiempo del duelo criollo y los malones. En los encuentros cuerpo a cuerpo, el gaucho usaba el facón tratando de clavar, o bien de plano, para herir al otro como quien hacha un árbol. En su famosa pelea con el Moreno, Martín Fierro relata que acabó con él “dándole de punta y hacha”. La referencia a la tiza tiene su antecedente en la guerra contra el malón. Cuando el poblado o un vivac eran sorprendidos por al indiada, sus defensores recurrían a los tizones del fogón (llamados tizos en algunas regiones del país). Por eso, de un peleador de coraje se decía que era capaz de luchar con el cuchillo como un palo encendido. Con el tiempo, tizo o tizón se deformó y quedó como tiza. Esa es la razón por la que hoy llamamos “de hacha y tiza” a una discusión muy violenta o a un partido de fútbol en el que asoman a cada rato las tarjetas del árbitro".

viernes, 10 de diciembre de 2010

Kollas rumbo al sur


Imperdible pasaje de "El Libro de Nuestras Raíces" , escrito en 2001 por el gran amigo y mejor periodista y escritor Oscar Taffetani, impactante para releer --junto con la nota que publicamos esta mañana-- los hechos del Parque Indoamericano, la xenofobia del gobierno porteño y una parte, demasiado grande para nuestro gusto, de la sociedad argentina.

Una foto de Luisito y de Tony, dos niños bolivianos que ya deben estar bastante más grandes, sentados en una salita del Jardín. Y acompaño con un pasaje del libro que escribí sobre las colectividades, donde ya hablo del proyecto de crear el Hospital Boliviano de Buenos Aires, un centro de excelencia sostenido por la misma comunidad boliviana en la Argentina, y con auspicio de los gobiernos de los dos países. El proyecto ya tiene status parlamentario en La Paz, y lo impulsa la senadora por Santa Cruz (y compañera y amiga) Gabriela Montaño, médica sanitarista que participó en la búsqueda, exhumación e identificación de los restos del Che, en la década pasada. De este tipo de cosas no tiene la menor idea el niño Maurizio. Para él (como para Daniel Hadad y toda esa cría) los bolivianos vendrían a ser una "raza inferior" que hay que mantener esclavizada o bien expulsar al país de origen. No entienden nada. Son ignorantes y prepotentes. Y la historia los va a sepultar.

Por razones presumiblemente semejantes a las de otros inmigrantes de países limítrofes –vecindad, ausencia de barreras idiomáticas, mejores oportunidades de ascenso social y económico–, los bolivianos, descendientes directos de los antiguos kollas del Imperio del Huari y custodios por siglos de la lengua y la cultura aymara, eligieron primero el Noroeste argentino, frontera sur del denominado "Alto Perú", para extender sus presencia y sus raíces. Más tarde, acompañando el curso de los grandes ríos y el flujo económico y comercial, tomaron dirección sudeste, para llegar hasta Rosario y Buenos Aires.

Por último, aprovechando las oportunidades que ofrecía en los años '60 la explotación petrolera y gasífera en la Patagonia, marcharon hacia Mendoza, Neuquén y el sur del país. Curiosamente, fue el ingeniero boliviano y argentino José Estenssoro, hijo de un presidente boliviano que nacionalizó los yacimientos del Altiplano en los '30– el artífice de la privatización de Y.P.F., la mayor empresa estatal de la Argentina.

Laboriosos y confiables, los braceros bolivianos ayudaron en la zafra tucumana y jujeña, en la vendimia mendocina y en la recolección de fruta en el Alto Valle. Los que se asentaron en el gran Buenos Aires –lugar donde hoy se concentra aproximadamente un millón y medio de residentes bolivianos– optaron por sumarse a los ejércitos de la construcción, en obras públicas y particulares. Pero también –sobre todo– optaron por convertirse en prósperos quinteros y horticultores, llenando el vacío dejado desde mediados del siglo por los inmigrantes italianos. Tan sólo en el bonaerense municipio de Escobar, donde funciona un importante Mercado Concentrador de Frutos, viven 30 mil inmigrantes bolivianos.

Hoy la colectividad estable boliviana –dos millones de individuos según sus propios cálculos, un millón doscientos mil para el registro oficial– se halla radicada principalmente en el gran Buenos Aires, aunque tiene presencia en casi todas las provincias argentinas.

Pacíficos por naturaleza –como sus ancestros de la costa sur del Titicaca– los bolivianos defienden viejas tradiciones (el culto a la Virgen de Copacabana es una de ellas) y celebran alegres sayas, diabladas y chichadas al sonar de charangos, pinkullos y zampoñas.

Aunque las asociaciones de residentes bolivianos comenzaron a actuar en 1933, puede decirse que recién se institucionalizaron a partir de 1959, cuando el presidente Arturo Frondizi otorgó con decreto de su firma la personería jurídica a la ABBA (Asociación Boliviana de Buenos Aires).

Actualmente, la preocupación principal de FACBOL (Federación de Asociaciones Civiles Bolivianas) es extender los alcances de un Acuerdo Sanitario firmado con el gobierno argentino al conjunto de los residentes, ya que aproximadamente 650 mil todavía no cuentan con cobertura médica o social. Un documento de FACBOL, difundido a través de Internet, expresa mejor que cualquier síntesis los ideales y objetivos de los líderes de esa colectividad:

"...no es necesario inventar la pólvora, ya que éste es el país en donde los sistemas comunitarios son los que mejor funcionan, como por ejemplo los españoles y sus centros Galicia y centros gallegos, los judíos con la AMIA y la DAIA... Quien está familiarizado con Buenos Aires sabe, sin vacilar, que los diez mejores hospitales del país son el Italiano, el Español, el Suizo-argentino, el Británico, el Sirio-Libanés, el Francés, el Alemán... Estos hospitales son fruto del esfuerzo puesto al servicio de la institucionalización... Hagamos caso a aquellos viejos y conocidos dichos: la unión hace la fuerza y querer es poder..."

Cuando la colectividad lo logre (y lo va a lograr, porque tiene los recursos humanos y materiales para hacerlo) existirán en la Argentina centros de excelencia bolivianos, para atender a la salud y la educación de sus compatriotas y mejorar la calidad y prestaciones del sistema sanitario argentino

Parque Indomamericano: lo que va de ayer a hoy


Las cosas van quedando claras en relación al Parque Indoamericano. Por un lado, represión, xenofobia para ocultar la ineptitud, vidas que ya no volverán. Por el otro, pese a todas los cuestionamientos, idas y vueltas, la conviccion de que no debe reprimirse el reclamo por los derechos basicos garantizados por la Constitución, así no se hayan emprendido aún los caminos efectivos para resolverlos efectivamente. Esta nota de Oscar Taffetani, escrita hace cuatro meses permite comprender el hoy, despreciado ayer, hoy y mañana por una gestion ineludiblemente antipopular como la del hijo de inmigrante, Mauricio Macri.

La tasa de mortalidad infantil en la ciudad de Buenos Aires -publicaron varios medios- aumentó por primera vez en cinco años. En 2009 murieron 45 bebés más que en 2008. Dicho de otra manera: en 2009, la tasa fue del 8,3 por mil, cuando la de 2008 había sido de 7,3.

Para el gobierno municipal, la explicación es que hubo “nuevos asentamientos” y que allí los chicos nacen con “malformaciones congénitas” y están más expuestos que otros a los virus y a las enfermedades… (por ejemplo, la enfermedad de no tener cloacas; la de carecer de agua potable, la de ser pobre).

Pero la responsabilidad política por cada niño que muere -por causas evitables- en una ciudad, es de aquellos que gobiernan esa ciudad. Hoy ciertos dirigentes se entrenan para eludir responsabilidades, y no para asumirlas

Además, la comuna con mayor tasa de mortalidad infantil es la 8, correspondiente a Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo, pleno sur de la ciudad. Allí se mantiene desde mucho el índice de 12,8 por cada mil, mientras que en barrios del norte -como Palermo- está en un 5,2.

¿Se ha planteado hacer algo, el gobierno de Macri, para eliminar -o por lo menos, achicar- esa brecha? Los hechos demuestran que no.

El Parque y las dos ciudades

Aceptando la propuesta de la Fundación Memoria Histórica y Social Argentina, el municipio porteño aprobó en los ’90 la creación del Paseo de los Derechos Humanos, retazo del Parque Indoamericano inaugurado en la zona sur de la ciudad, sobre lo que alguna vez fueron basurales y terrenos baldíos.

Ese Paseo, al que aportan distintos colectivos de Memoria, quiere recordar, bajo la forma de pequeños bosques de árboles actóctonos, a los desaparecidos de la última dictadura. Otro espacio de esas características es el Paseo de las Malvinas, donde fueron plantados 649 cipreses (uno por cada uno de los caídos en la guerra austral)

Sin embargo, los paseos y el parque mismo sufren una doble maldición: se hallan en la zona más pobre de la ciudad (es decir, un área poco rentable para el gobierno de Macri) y están consagrados a dos asuntos que el gobierno de Macri, por su propia filosofía, desprecia: la memoria de los desaparecidos y la memoria de Malvinas.

A la doble maldición, le corresponde un doble abandono. El Gobierno municipal no aplica las partidas ni los recursos asignados; al mismo tiempo, aprovechando la falta de vigilancia, vándalos de distintas clases depredan el lugar. Así, se van perdiendo las estelas y placas que recuerdan a los soldados de Malvinas, las esculturas que homenajean a los desaparecidos, las columnas de alumbrado y hasta los árboles.

Las plazas y parques del centro y norte de la ciudad, en cambio -como cualquiera puede verificar- cuentan con vigilancia y atención, noche y día.

Rendición de cuentas

Más allá de las disputas y competencias de la dirigencia política, lo cierto es que los Derechos Humanos con mayúsculas (aquellos que proclamó y lanzó al mundo la Revolución Francesa) no se cumplen, ni dentro ni fuera del Parque Indoamericano. Pero tampoco se cumplen los derechos humanos con minúsculas, ésos que son, a nuestro juicio, más importantes. Y por eso en Villa Lugano, donde está el parque, la tasa de mortalidad infantil es la más alta de la Capital Federal.

Quizá debiéramos empezar al revés esta lucha. Y reclamar a los gobiernos -no sólo al de Mauricio Macri- que tomen como causa patriótica y de unidad nacional bajar la tasa de mortalidad infantil. Eso sí que sería un golazo, para usar una metáfora de estos días.

Y ya que estamos, dar vivienda digna a los niños vivos (por ejemplo, aplicando las partidas presupuestarias aprobadas, para terminar obras como el conjunto edilicio Los Piletones, en uno de los bordes del parque). Y también -por qué no- dar trabajo a los padres de esos niños. Para enseñarles a todos -para enseñarnos- que la educación, la salud, la vivienda y hasta los paseos y los parques, son derechos humanos. Derechos difíciles, y humanos.

Macri tendrá que rendir cuentas, algún día, por esos parques y paseos que hoy deja morir en el sur de la ciudad. Pero antes, deberá rendir cuentas por esos miles de niños que se malogran, que se caen del mapa, y que no llegarán nunca a ser vecinos, ni ciudadanos, ni dueños de su destino.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Darse dique



Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.

“Cuando una persona hace ostentación de algo o se da una importancia exagerada decimos que se da dique. La expresión nada tiene que ver con dique alguno (palabra que nos viene de Holanda, país experto en ponerle barreras al agua). El dique de nuestro dicho surgió por alteración y posterior inversión del término gitano diquelar –que la Academia registra--, la que, al igual dicar, en la jerga de los singaros quiere decir ver o darse cuenta. Diquelar fue mal interpretada por los porteños que la oyeron como diquedar. De diquedar a dar dique no había más que un paso que los habitantes dieron muy pronto. A fines del siglo pasado dar dique se aplicaba en lunfardo a una estafa que consistía en dejar ver un objeto en venta para cambiarlo rápidamente sin que el sujeto lo advirtiera. La idea de falsa apariencia dio lugar a la de exhibir, hacerse ver, que el dicho expresa hoy. Vanidad de vanidades. No existe obra hidráulica capaz de oponerse al afán de darse dique.