Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Hèctor Zimmerman, Editorial Aguilar.
“La frase se explica por sí misma. Decimos que alguien anda de capa caída cuando se lo ve mustio, con el ánimo a la altura del zócalo. Muchos han tomado el dicho al pie de la letra y lo han atribuido a la época en que esa prenda era de uso habitual: a los hidalgos empobrecidos o que perdían el favor en la corte, se los veía, según esa interpretación, con la capa puesta al descuido, arrastrándola por el piso. Se trata, en realidad, de la deformación de una locución latina. En el Derecho Romano se denomina capitis diminutio a la pérdida parcial de los derechos civiles. A esa condición se llegaba por deudas, por enfermedad y, en el caso de las mujeres, al contraer matrimonio. En castellano se los llamó también derechos caídos. En boca de los legos, capitis pasó a ser capa y la locución quedó como “andar de capa caída”. Dar muestras de haber sufrido un bajón en la consideración social, hallarse con el humor a media asta. Una expresión que hoy se oye con gran frecuencia, aunque los antidrepresivos estén de moda. Y nadie lleve capa”.
Excelente, Alberto. Para la próxima, un desafío: ¿Por qué se dice "estómago resfriado" a los que no saben guardar un secreto? Yo no lo sé, pero me acuerdo de que se usaba mucho cuando era chico. Abrazo.
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