Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.
En el Evangelio según San Mateo se lee: “Antes pasará un camello por el ojo de una aguja que un rico entrará en el reino de los Cielos”. La frase, que alude a los poderosos que no comparten nada con su prójimo, ha llamado la atención de los comentaristas bíblicos por lo inusitado de la comparación.
Algunos suponen que en Jerusalén había una puerta que por su forma y su estrechez era llamada “El Ojo de la Aguja”. Pero nunca se comprobó su existencia. Para otros se trata de una confusión entre dos palabras que en hebreo suenan muy parecido: camello se dice gamal, y cable, gavel. Enhebrar un cable (una soga), por inconcebible que ello sea, resulta menos disparatado que enhebrar un camello.
Pero la Biblia es rica en metáforas que asombran. ¿Por qué no admitir también ésta? Sobre todo si se piensa que, desde hace veinte siglo, integra el más vívido repertorio de nuestras expresiones.
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