No siempre, aunque son imprescindibles, develar la realidad requiere de un análisis rigurosamente teórico. Hay días, como el de hoy, en el que una simple lectura atenta de los diarios permite ver la pata de la sota…
Salvo el resultado final de la moratoria y el blanqueo hay pocas coincidencias en las variadas portadas de los matutinos pero es evidente la decisión de los principales matutinos del país de profundizar el choque con el gobierno, priorizando noticias, o interpretaciones, que lo afecten, aunque el verdadero trasfondo es la desesperada resistencia al avance de
Cita un trabajo que ayer difundió
Carlos Pagni, también desde tapa, aprovecha para apuntar que “Ayer se conocieron dos datos que revelan que los Kirchner no consiguen superar su crisis política. Al contrario, la están profundizando”. Cita el estudio publicado y añade que “La imagen del matrimonio, según las encuestas más serias, tampoco se recuperó.
Clarín, tomando una de las informaciones centrales del día, la presenta en su titular central con abierta intención de cerrar el balance con su opinión desfavorable: “Sólo se blanqueó un 3% del dinero que está afuera” titula, para añadir que “Los contribuyentes declararon bienes y dinero por una cifra equivalente a US$ 4.380 millones. Es un monto bajo frente a los US$ 128.000 millones que los argentinos tienen en el exterior”.
La seguidilla de tapas claramente cuestionadoras del oficialismo del matutino, habitualmente ha podido entenderse mejor leyendo su sección cuasieditorial Del Editor al lector, publicada en Pág. 2. Como si a sus voceros designados le exigieran una prueba de virtud permanente, ayer comentamos el caso de Ricardo Roa, que supo escribir en El Descamisado (después se olvidó…) y hoy lleva la firma de su Editor General, Ricardo Kirschbaum. Opina que, con las encuestas claramente desfavorables a la conducta del Gobierno, “…el control de los medios que se propone el oficialismo apunta a que esa parte del universo, crítica a la gestión del Gobierno, sea domesticada y colabore en la tarea de volver a hacer digerible y posible otra candidatura Kirchner en 2011. Puede ser una ingenuidad, pero se asienta en la fabulación sobre la influencia negativa que han tenido los medios –y se supone que seguirán teniendo– en las elecciones. Ese estereotipo es funcional al intento de avanzar con una ley de medios que, paradójicamente, proviene de un Gobierno que ha opacado cuando pudo la información pública, aún la más burocrática, ha cegado las fuentes informativas y ha presentado al periodismo como un peligro”. Kirschbaum, otrora referente de la “izquierda nacional” tucumana, se encarga de expiar errores y marcar diferencias con su pasado. Opina, ahora, que “La revisión comparada demostrará lo obvio: la derecha y la presunta izquierda coinciden en que los medios con credibilidad y audiencias masivas, apoyados en la autonomía económica, construyen una independencia muy molesta para el poder”.
Sin ser condescendiente,
El Cronista se alinea claramente en la oleada de cuestionamiento al oficialismo y toma una parte del discurso presidencial citado para encabezar su edicion: “Cristina amenazó con intervenir también el mercado de las ART. Al respecto, afirma que “Desde el día que estatizó las AFJP, los empresarios temen que el Gobierno se anime también a desarticular un sistema que nació al amparo de la jubilación privada: los seguros por accidentes laborales. Ante la falta de acuerdo para reformar la ley de ART, la propia Cristina Kirchner anticipó ayer que el Estado podría crear un nuevo modelo de cobertura”, en tanto otros medios dan cuenta que el ministro Tomada advirtió que, en tanto no haya definiciones, podrían triplicarse las indemnizaciones por accidentes laborales.
Sin embargo, como en el caso de sus colegas pro monopolio, en este caso en la franja superior de la tapa, puede encontrarse la explicación a la virulencia impresa: “De Narváez rechaza otra denuncia K: ‘Persiguen a los que piensan distinto”, para informar que el diputado rechazó una denuncia del titular del Comfer, Gabriel Mariotto, quien lo acusó de ocultar la composición societaria del multimedios América, dato que –dice—“se conoce hace cuatro años”, pero –no dice—es incompatible con sus funciones de legislador según la legislación vigente. El diario, también propiedad de Francisco De Narváez, desarrolla varios artículos críticos al respecto, el principal firmado por el Director Periodístico del matutino, el ex Clarín Fernando González: “La persecución, esa costumbre de los autoritarios”.
Crítica, con un claro posicionamiento, titula en forma de aviso clasificado “Canjeo deuda por prensa amiga. Perdono todo. Absoluta reserva. Interesados, favor de comunicarse con Balcarce 50. Preguntar por el señor Pepe Albistur”. La ilustración es más contundente que el titular: un conjunto de micrófonos frente a una mesa de conferencia con rotulo de supuestos medios: “Canal K”, “Radio K”, Cable K”, “Gaceta K”, www.k.com, entre otros. Revestida de un aparente enfoque analítico, la volanta apunta que “En plena guerra con Clarín, el Gobierno suma otra herramienta de persuasión:
Algunas pistas.
Las huellas de las fieras están a la vista, para quien quiera ver. Esta pelea no es fácil, pero es parte de lo decisivo.
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