lunes, 2 de febrero de 2015

La manipulación de cada día

Si bien la primera y gran manipulación que se ha impuesto en estos años es el relato, este sí que es un relato para incautos, de que existe un periodismo “independiente”, ya sea de sus convicciones o de los grupos concentrados de poder, días como el de hoy son un verdadero muestrario de cómo se ejerce cotidianamente, en forma casi impune.

     Millones de argentinos,  verdaderos “analfabetos funcionales” al decir de la UNESCO, asimilan diariamente este rosario de mentiras. Para el organismo de las Naciones Unidas, “analfabeto funcional” es aquel –simplificamos la definición al aspecto que nos ocupa-- que aun sabiendo las normas básicas de la lectoescritura, es incapaz de descodificar los mensajes educativos y culturales, sobre todo, a través del lenguaje, quedando expuestos a una relación de dominio similar a la que sufren los analfabetos totales.

     No pretendemos teorizar, sino ver prácticamente como los matutinos opositores hoy “construyen” una vigencia del “caso Nisman” para proseguir con un ataque sistemático contra el Gobierno, en este caso sin una base, o justificación, informativa alguna.

     No hay noticias nuevas, pero sí nuevos titulares centrales.

     Es mucho más útil, pensamos,  explicarle estos "manejos" a la ciudadanía, diario en mano para que se haga cargo de sus decisiones, que rompérselo en la cara, para que se victimice la nave insignia de la corporación de la desinformación, como es su costumbre.

Titula, titula, que algo quedará
     Clarín, persistente en su campaña, fuerza como titular central que “Nisman involucró a Venezuela en la protección a Irán”. La conclusión es del propio matutino, pero el cuestionado informe del fiscal se conoce desde el 20 de enero (casi dos semanas atrás), cuando la Corte Suprema autorizó la difusión del documento completo, disponible para cualquier ciudadano, incluido cualquier periodista.

     Como si se tratara de una revelación de último momento, escribe en bajada que el ex fiscal “Dice en su escrito que el embajador de Chávez dio apoyo a un acto de D’Elía. Fue en 2006, en repudio al pedido de captura del juez a iraníes por el ataque a la AMIA. Lo señala como muy vinculado a Teherán”.

     Es tan poco seria la "acusación" de Nisman y su titular, que el diario de los Noble-Magneto, busca reforzar en la misma portada su engañoso encabezado, con un cable del exterior (en avance destacado en tipografía roja), que anuncia que “Los opositores al chavismo reclaman que se investigue”. Cartón lleno.

    
En todo caso, lo que crece es la
manipulación.
 La Nación también elige forzar titular central con el caso, apelando a la angustia de su impacto sobre la opinión pública y titula centralmente que “Crece la tensión por el reemplazo de Nisman en la causa AMIA”.

     Nada de tensión surge de la nota del diario de los Mitre-Saguier, salvo la que exacerban las cabriolas de la oposición para tratar de aprovechar políticamente la muerte. Por el contrario, con total conciencia del peligroso desfiladero de medios y partidocracia, Gils Carbó se propone sacar el caso de la órbita individual e impulsar el seguimiento por un grupo de experimentados fiscales. Ellos mismos lo reconocen.

     Pero es el titular el que queda, junto al cuerpo de una nota plagada de condicionales para filtrar especulaciones sin sustento, y su propia intencionalidad.

     
Profunda deformacion de la información
La Prensa, finalmente, sorprende a los menores de 50 años con un título de espionaje estadounidense de 1972: "Oreja Profunda", en inexplicada e inexplicable alusión a "Garganta Profunda”, la mítica fuente anónima que reveló a dos periodistas del  Washington Post el escándalo de las escuchas ordenadas por el ex presidente republicano Richard Nixon a la sede del partido Demócrata, en lo que se llamó Watergate.

     Vinculado a lo más conservador de la jerarquía eclesiástica, el diario trafica sin disimulo su opinión al decir que: “De las usinas kirchneristas se propalan en las redes sociales infamias y mentiras" sobre Nisman,  y en una parte de la nota de tapa dice, al pasar, que "El juez Lijo explico el asunto de las tachaduras”.

     Omite un pequeño detalle, no se "explicó", sino que tanto el juez federal Ariel Lijo como la fiscalía de Viviana Fein desmintieron la nota de tapa de Clarín de ayer, domingo, en la que aseguraba que se había descubierto una versión del documento de Nisman, tachado en la parte en que "pedía el desafuero y la prisión" de la Presidente.

Insisto. Nada como el "periodismo independiente" para saber la verdad.

     Quien quiera escuchar otra campana, claramente alineada con el Gobierno, pero que no pretende posar de “impediente”, puede consultar hoy interesantes reflexiones de Hernán Brienza, en página 25 de Tiempo Argentino,  nota titulada “Política pública mata operación”:

(…)
Tan clara fue la intención del gobierno nacional de retomar la agenda de trabajo previa a la locura propuesta por la operación política, mediática, de inteligencia, de la risible denuncia del fiscal Alberto Nisman y su posterior muerte, que el Grupo Clarín, como un nene caprichoso y haciendo pucherito, "zocaleó" en TN: "La presidenta habló por cadena nacional y no se refirió al caso Nisman" y le dedicó su tapa del domingo a intentar repudiar algo que había pasado hace más de diez días. Es que era evidente que la operación no tenía sustento, que nadie en su sano juicio podía creer con honestidad intelectual que el gobierno pudiera estar involucrado en la muerte de Nisman
(…)
El único que pareció verdaderamente compungido fue el embajador de Estados Unidos, Noah Mamet, quien aparentemente tenía razones para extrañar a Nisman, ya que el fiscal era un asiduo concurrente a la embajada de la calle Colombia.
¿A mí sólo me parece un escándalo que el fiscal del caso AMIA se dejara pasar revista en la Embajada de Estados Unidos periódicamente? ¿Nadie va a investigar –en términos políticos, me refiero– los vínculos de Nisman con los servicios de inteligencia locales –el tan mentado Jaime Stiuso–, con la CIA y la Mossad? ¿Por qué razón un "Fiscal de la Nación Argentina" firma un documento insubstancial contra la presidenta alineándose con los intereses geopolíticos de Estados Unidos e Israel en un mapa lejanísimo para nuestro país como es Medio Oriente? ¿No es utilizar a los muertos de la AMIA intentar culpar a Irán sin pruebas contundentes sólo para seguir la agenda bélica de dos países que apuntan a Irán como el Eje del Mal? 
Si el kirchnerismo fuera un poder omnímodo, un fiscal, por más importante que fuera ¿se atrevería a arremeter contra la presidenta sin pruebas? ¿Usted lo haría, estimado lector? 
Porque si la denuncia tuviera algo más que vaguedades podría afirmarse que Nisman era un investigador valiente, pero leyendo el documento atentamente se llega a la conclusión de que sólo un kamikaze podría firmarlo, y sólo Patricia Bullrich y Laura Alonso –financiadas por ONG`s estadounidenses ligadas a los fondos buitres y posiblemente por la CIA– podrían darle entidad.
La pregunta obvia es la siguiente: ¿qué poder por encima de la presidenta de la Nación le dio cobertura a Nisman para que se animara a presentar ese papelón jurídico en el que ni siquiera existe delito perpetrado por Cristina, por Andrés Larroque o por Luis D'Elía?
Y es justamente por estas cuestiones que el caso Nisman no generó una crisis política para el gobierno. Porque no movió a nadie de sus convicciones, fanatismos u opciones ideológicas.
Los antikirchneristas pasearon su furioso antikirchnerismo. Los kirchneristas salieron a blandir su espada kirchnerista. Y los que nunca tomaron partido miran, dudan, se confunden, se quedan callados y optan por meter las patitas en el río o leer a la orilla del mar comprando cosas bonitas
(…)
La presidenta lo sabe. Por eso cambió la agenda el viernes. Por eso se quejó Héctor Magneto desde sus medios.
Pero ¿por qué es inefable Cristina? Sencillo, porque el lunes, con el proyecto de ley de poner a la Agencia de Inteligencia del Estado en la órbita del Parlamento, dejó fuera de juego a la oposición
(…)

La Operación Yabranización del kirchnerismo ha fracasado. Seguramente, los periodistas y políticos que armaron la acusación contra la presidenta nunca pagarán por tantos males generados a la democracia y seguirán siendo bien remunerados por sus empresas cuando todo esto termine. Ni siquiera la memoria popular los va a andar sacudiendo por allí.
Pero ellos saben que han mentido. Como lo supieron quiénes acusaron a Arturo Illía de "tortuga", los que tapaban las desapariciones en la dictadura, los que informaban especulando contra Raúl Alfonsín.
La semana pasada escribí que "sentido común mata teoría conspirativa. Criterio mata sobreabundancia de datos embarradores". Ahora cabe agregar: política pública mata operación política
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