Caja es sinónimo de tambor. Lucio V. Mansilla, al narrar un fusilamiento, escribe en sus Cuentos del Fogón que “la caja batía marcha lúgubremente”. El tambor marca el ritmo en los desfiles y otras ceremonias militares. Como todo instrumento musical, debe estar afinado o templado, y ello se logra tensando adecuadamente el parche.
Cuando hace dos o tres siglos un diplomático extranjero era declarado “persona no grata”, se daba orden de acompañar su despedida con un cortejo en el que la banda hacía sonar las cajas con un redoble deliberadamente fuera de tono. De allí viene la frase “echar con cajas destempladas”. Lo que en un tiempo fue un desaire, hoy se expresa con palabras cortantes, cara de perro y un dedo índice que señala la puerta.
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