Le tuve un gran
afecto a “Pajarito”, alimentado por su generosa personalidad pese a la diferencia generacional, en la vida y en
la profesión.
Ella no me privó de
sus atrapantes relatos -era un inagotable archivo andante, de hechos y
detalladas biografías- ni de su aliento solidario mientras durante toda la
dictadura formé parte de la corresponsalía argentina de Prensa Latina, agencia
que Rogelio García Lupo fundó junto a Masetti, García Márquez y Walsh, luego
del triunfo de la Revolución Cubana, en 1959.
Su “ultima primicia”
me la dio en agosto de 2011. En un encuentro de tantos, le comenté que mis hijas
(Yamilé y Giselle) estaban terminando una investigación que luego terminaría en
la publicación de su libro Montoneros, Ideología y Política en El Descamisado.
Si dudarlo, les
reveló algo que jamás había hecho público, y que ellas incluyeron en el libro:
el, que no pertenecía a la organización, había sido el autor de la nota central
del primer número del mítico semanario, el 22 de mayo de 1973, sobre el fin de
la dictadura: “Chau milicos” fue el titular central, en fondo rojo sobre la “P”
y la “V” del “Perón vuelve”.
En realidad, desplegando
parte de su profundo conocimiento de las “internas” militares, García Lupo lo había
titulado “Chau Caballería”, en alusión a la entonces poderosa arma del Ejército,
de la cual formaba parte el general Alejandro Agustín Lanusse, tercer mandamás
del golpe de 1966. La nota aportaba a la comprensión del complejo cuadro que se
abría con el gobierno de Héctor Cámpora, aunque la redacción optó por el menos preciso,
pero más abarcativo, “Chau milicos”.
Curioso, la amplia bibliografía
acerca de aquel período, y particularmente de la revista, no ha recogido este
dato trascendente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario