miércoles, 22 de febrero de 2012

Grecia: ¿Rescate o colonización?


El presunto rescate de Grecia se parece a aquél chiste según el cual "salimos de Guatemala para entrar en Guatepeor". El país de Sócrates debe ahora 360 mil millones de euros, el 160 por ciento de su PBI. Si todo va bien y aplica el ajuste al pie de la letra, en 2020 deberá solamente el 120 por ciento, lo mismo que ahora debe Italia y un 20 por ciento más de lo que debe España.

Si este es el rescate prefiero ahogarme, diría Perogrullo, aunque el ministro de Finanzas lo dijo de manera más dramática: "Era esto o el abismo". Le faltó explicar cuánto peor sería el abismo, ya que "esto" supone una quita del 30 por ciento en los salarios, haberes jubilatorios y pensiones, el despido de 100 mil empleados públicos, el remate del 40 por ciento de los créditos hipotecarios y prendarios, y siguen las firmas.

Grecia es un pequeño país de Europa del sur que vive del turismo y las aceitunas, con escasa industria, casi nula tecnología propia y con pocas posibilidades de sobrevivir con dignidad a un ajuste despiadado. Cinco sobre once millones de griegos (jubilados incluidos) están en situación precaria: con poco o ningún trabajo, sin casa o sin nada. La quita del 30 por ciento en sus ingresos supondrá la reducción del consumo en aproximadamente un cuarto del actual.

Aún con todo lo malo que supone "esto", para Varizelos es preferible a "lo otro", que según él sería intolerable. Habrá que creerle, aunque si nos atenemos a la experiencia argentina, lo peor era "esto" y no "lo otro", como lo demostró el crecimiento sostenido de la economía en el período 2003-2011, con un avance promedio del orden del 7,5 por ciento después del default y la quita del 65 por ciento de la deuda, obtenida por Néstor Kirchner.

Grecia es un experimento del siglo 21, como lo fue Guernica durante la guerra civil española. ¿Qué pasará si hacemos esto?, parece preguntarse la troika que forman el Banco Central Europeo (cabeza de la banca acreedora), Bruselas (¿o Berlín?) y el Fondo Monetario Internacional (el estado mayor del capital financiero). Porque si el ajuste despiadado funciona en Grecia también podría servir para disciplinar a España, Italia, Portugal e Irlanda. El espejo griego es aquel donde nadie quiere mirarse, pero delante del que casi todos deberán peinarse si el ajuste generalizado continúa.

Los deudores pedirán algunas concesiones, como ya adelantaron España e Italia. Si nos atenemos a lo ocurrido con Grecia, la respuesta de Alemania será negativa, es decir que la respuesta será negativa. Con Inglaterra fuera del euro, la postura germana, acompañada por Francia, es la nueva ley de Europa.

En el viejo continente conviven los diecisiete países que conforman la eurozona, más otros diez que están fuera. En conjunto viven allí unos 400 millones de personas, que constituyen la segunda economía del mundo, por delante de China y Japón, aunque, si se calcula el PBI por país, el segundo lugar detrás de Estados Unidos lo ocupa la gran potencia asiática. Com fuere, Europa todavía es muy fuerte, aunque aparentemente se está debilitando.

No obstante hay que tener cuidado. Toda crisis del capitalismo se basa en la precarización hacia abajo y la concentración hacia arriba. Por eso Alemania y Francia saldrán fortalecidas, el resto no. Esos dos países tirando en conjunto podrían ser las locomotoras del próximo tren europeo, pero siempre y cuando queden vagones que arrastar. Norberto Colominas

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