- Plan
contra el hambre
- En
relación con los jubilados, se aplicó el aumento correspondiente a diciembre,
la devolución de parte del IVA en compra de alimentos y una
compensación de $ 10.000 en dos pagos para los que cobran la mínima, que será
de $2.000 en el caso de la AUH.
- Es
falso que se congelan los haberes. El beneficio, que alcanza al 70% del total,
no llega a devolver la dignidad, ya que, sólo para recuperar los ya
insuficientes niveles de 2015, debería ser del 100%. Sin embargo, es un
paso para reacomodar toda la escala, la que recibirá incrementos
trimestrales -eran semestrales- hasta la aprobación de una nueva fórmula
de movilidad.
- Se
postergaron hasta abril las cuotas del primer trimestre de los créditos Argenta
y se redujeron 12 puntos porcentuales sus tasas de interés. Esta medida
supone un importante alivio para los casi cuatro millones de
“damnificados" por estos préstamos usurarios que el anterior
gobierno, todos jubilados, pensionados y beneficiarios de ayudas sociales.
- Habrá
aumento salarial a privados y estatales, a cuenta de paritarias, para las
que se fijará un monto o porcentaje mínimo, por debajo del cual no podrá
acordar ningún gremio, y todos podrán convenirlo por encima sí. Es otra
mentira impuesta que se suspenden las paritarias.
- Ya
se congelaron las tarifas de electricidad y gas, un punto clave en la
desdolarización de la economía. Tampoco se aplicarán los aumentos otorgados
por Macri para enero, una bomba de tiempo a estallar en 2020.
- Se
recupera la gratuidad de los medicamentos para 2 millones de jubilados, hay
una reducción mínima del total, y se controlarán los aumentos de los que
consume toda la población.
- Un
porcentaje fijo de los fondos de algunos de los nuevos impuestos
sancionados irá directamente para financiar el PAMI.
- Aquellos
empresarios que pretendan despedir sin causa a trabajadores incorporados antes del
23 de diciembre deberán pagar doble indemnización.
- Se
reglamentarán beneficios para las Pymes -principal fuente de empleo
y de abastecimiento del mercado interno- más de 20.000 de las cuales ya desparecieron,
y otras 700.000 se encuentran en situación crítica: moratoria de sus
deudas con el Estado, condonación de multas, intereses y extinción de la
acción penal.
jueves, 26 de diciembre de 2019
15 días de Gobierno: Amanece, que no es poco
lunes, 2 de diciembre de 2019
La Primera Linea en Chile
jueves, 14 de noviembre de 2019
Un dialogo con Néstor Kirchner
Vivimos tiempos de autoproclamadxs defensores de la República, que sin embargo la destruyen día a día, y no dudan en apoyar golpes de Estado; de supuestos izquierdistas que consideran iguales a Scioli/Macri, a Macri/Fernández, o a Evo y Jeanine Añez; incluso de peronistas que -al decir de mi entrañable compañero de la “gloriosa JP”, Lucio Aberastain Ponte- pretenden ser cruzados infalibles de la doctrina, y se escudan en ello para ningunear a cualquier otro luchador del campo nacional y popular.
Tal vez para aportar un poco de claridad, solo tal vez, rescato este tramo de mi relato de las conversaciones con Néstor Kirchner, entre 2003 y 2004, tal cual la publiqué años atrás en el libro “SECRETOS EN ROJO. Un militante entre dos siglos”, Ediciones Corregidor.“Ahora, el establishment se cree con derecho a discriminar sin vergüenza entre autoritarios y demócratas, para formar un ‘Partido de la República’, lo que en política suele simplificarse como ‘una nueva Unión Democrática’. Tenés algunos (malos) defensores que también creen que "polarizar" la contradicción es conveniente para afirmar el rumbo emprendido. Pero esa posición es funcional a la anterior. La izquierda de la que provengo históricamente ya cayó en esa trampa, y no cejaré en el empeño para impedir que muchos compañeros –que han probado largamente su pertenencia al campo popular– vuelvan a quedar atrapados, y del peor lado, en falsas antinomias”.
Sus respuestas (de NK), sus comentarios sobre la compleja relación con los “Barones del Conurbano” y su precisa caracterización de las dificultades para construir la ‘transversalidad’, las limitaciones propias y ajenas, fueron esclarecedoras, aunque el encuentro no estuvo exento de matices, incluso de claras diferencias, pero no seré yo quien ponga en boca de Kirchner las palabras que él dijo. Sí, con autoridad, puedo revelar, lo que yo consideré importante decirle en aquel momento.
“En 1946 –insistí– nos dividieron mal y no quiero que vuelvan a lograrlo. Preocupados por las libertades democráticas, y por la acción de sectores autoritarios que rodeaban a Perón, buena parte de la izquierda y de lo que hoy se conoce como progresismo perdió de vista que el centro de su llamado estaba en las banderas de justicia social, soberanía política e independencia económica. Y con esa posición no se abrió paso a la Democracia y a la República. Se ejerció una oposición sistemática que permitió que hegemonizaran el proceso los sectores más retrógrados, que terminaron masacrando al pueblo en el bombardeo a Plaza de Mayo y el golpe militar. No querían libertad –como no la quieren ahora sus sucesores– sino enfrentar el proceso de transformación y dignidad popular que se iniciaba. Y es nuestro deber contribuir a que esa historia no se repita”.
Kirchner me miraba entre sorprendido y, creo, satisfecho. Pero sentí, íntimamente, que descreía del camino o la posibilidad de concretarlo, al menos con la correlación de fuerzas que él evaluaba.
Como siempre, yo redoblaba la apuesta, con un tema poco confortable: “Pero tampoco aceptaremos ingenuamente que, agitando las banderas del pueblo peronista, vuelvan a vestirse con los ropajes del movimiento nacional los que entonces, y ahora, en realidad querían lo mismo que los liberales y los conservadores. No queremos de nuevo sus grupos de choque. Ni a la Alianza Libertadora Nacionalista de Juan Queraltó y Guillermo Patricio Kelly, en aquellos tiempos; ni la Triple A de José López Rega y Jorge Osinde en los ’70; como no queremos a los que manejan sus territorios como feudos donde vale todo, desde los desarmaderos hasta el paco asesino. Esos no querían ni quieren Justicia Social ni una mejor Argentina”.
“Por mi parte, te garantizo que no voy a cometer los mismos errores, pero debemos trabajar para que muchos compañeros, con sobradas muestras de pertenecer al campo nacional y popular, queden nuevamente del lado de la antipatria. Tenemos que lograr que la contradicción se manifieste a partir del debate de ideas y proyectos de país”.
miércoles, 30 de octubre de 2019
2019: Después de las presidenciales
No perdonaron que Felipe Solá insinuara la necesidad (apenas la necesidad) de un Estado alerta ante los ruinosos manejos de los grandes exportadores de granos. Se indignaron por la reivindicación solitaria de una reforma agraria por parte de Juan Grabois. Transformaron en atentado contra la República la respetable propuesta para cambiar el ineficiente y parcial sistema judicial, realizada por Mempo Giardinelli, a la vez que condenaban por anticipado cualquier intento de reforma constitucional progresiva. Sobreactuaron la preocupación ante una inviable “Conadep del periodismo”, término con el que Dady Brieva expresó su indignación por las mentiras de la prensa canalla.
Las condiciones para hacerlo son menos favorables que entonces, pero por eso mismo su necesidad es mayor.
viernes, 31 de mayo de 2019
Cordobazo: seis puntualizaciones para una nota
Santiago Senén González de una nota publicada el 29/5 en el suplemento El Observador, del matutino Perfil, con motivo de los 50 años del Cordobazo.
Estimado Fabián:
He leído la nota que escribiste sobre
el Cordobazo para Perfil, con el querido –y ahora galardonado-
Senén, y como supongo que no será la última me permito compartirte algunas
reflexiones, sin otra pretensión que acercarnos al rigor en el tratamiento de
un hecho trascendente.
1) Aunque no resulte
simpático al peronismo combativo, y a mí mismo por caso, el papel de Atilio
López fue secundario, aunque como bien subrayan ustedes luego “adquiriría
pronto un decisivo protagonismo en la provincia”.
2) No se explica el
cambio del “participacionista” y vandorista Elpidio Torres sin tener en cuenta
la fuerte represión a la asamblea del gremio en Redes Cordobesas, y sobre
todo el papel fundamental del dirigente de la UOCRA Jorge Canelles,
para convencer a Tosco que lo hable para pedirle transformar el paro “matero”
en activo.
3) Mucha presunta
historiografía habla del “estudiantado” pero no de su central estudiantil,
la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), convocando a numerosas asambleas
en las que participaron casi 10.000 estudiantes. Sólo en Medicina lo hicieron
más de 4.000, y sólo se pierde la votación a favor de la participación en el
paro en Filosofía y Letras, y Arquitectura, pues el FAUDI (Partido
Comunista Revolucionario), el trotskismo y los sectores influenciados por el
grupo de Pasado y Presente, se oponen a la convocatoria.
4) Dentro de la
subestimación al papel del estudiantado organizado, cabe señalar que es éste, a
pocos meses del golpe de 1966, el que inicia la resistencia a la dictadura, que
culminaría en el Cordobazo: el 18 de agosto de ese año es baleado por la
policía el estudiante de Medicina Alberto Cerda, se toma el Hospital de
Clínicas y se inicia una huelga que se extendería hasta fin de año, dentro
de una lucha que se cobra la vida de Santiago Pampillón el 12 de septiembre.
Ahí se reinicia la colaboración del movimiento obrero y estudiantil, sobre todo
por la solidaridad de Foecyt (Correo, que justamente por ello fue
intervenido) y de Luz y Fuerza.
5) Creo que en el
“ninguneo” del papel del movimiento estudiantil, que luego se naturaliza, tiene
originalmente dos fundamentos: a) jerarquizar el papel del justicialismo e
intentar reducir el Cordobazo (como se hizo con la histórica toma del
Frigorífico Lisandro de la Torre) a una expresión de la Resistencia peronista,
del “Perón vuelve”, disimulando la amplitud de la convocatoria y la aún mayor
pluralidad del acontecimiento, sin desmerecer el papel protagónico del
peronismo. Es la posición de Garzón Maceda, e incluso, aunque atenuada, la de
Feinmann o Laclau. Una visión tan sesgada como la de cierta izquierda que
pretende apropiárselo; b) El anticomunismo que se mantiene pese a la
desaparición del PC: Canelles era comunista, la dirección de Foecyt también,
y la FUC era dirigida por la juventud comunista (FJC- Fede).
6) Ultima referencia,
y ésta en virtud de un recuadro destacado del diario, que no veo en el cuerpo
de la nota: Tosco no fue condenado a tres años, sino a 8 años y 3 meses;
Elpidio Torres y el estudiante comunista Miguel Ángel Miró a 4 años y 8 meses,
mientras Jorge Canelles (es obvio que por poderosas razones) a 10 años, la pena
más alta de los Tribunales Militares.
Espero que estos datos y sintéticas
reflexiones, acerca de las cuales mucho se puede hablar y escribir, te sean
útiles.
Un gran abrazo para vos y Senén, cuyo
mail debo tener desactualizado…
Alberto Nadra
domingo, 19 de mayo de 2019
Fernández-Fernández: el día después
Cristina, Perón y el diálogo
A su regreso, luego de ser perseguido y proscripto por casi 20 años, Perón concretó el más importante intento de sellar la "grieta" que falsamente dividió al país entre peronistas y antiperonistas, una brecha que fue irresponsablemente alimentada para cuestionar la gestión kirchnerista, y ahora para sostener al macrismo.
Frente a la difícil situación económica que dejó la dictadura de Onganía/Lanusse, Perón concretó la llamada Acta de Compromiso con los productores agrarios. Era el cierre de un lineamiento iniciado con el Pacto Social, durante el gobierno de Héctor Cámpora, que tuvo como protagonistas al ministro de Economía, José Ber Gelbard, el sindicalismo y el empresariado.
Ambas iniciativas recibieron rechazos dentro y fuera del Frejuli, pero no hubo cuestionamientos ante la mayor audacia de la etapa: la convocatoria presidencial para un diálogo, sin temario previo, con los ocho partidos que entonces tenían representación parlamentaria. En concreto la UCR, el Intransigente (PI), Comunista (PC), Demócrata Progresista (PDP), Revolucionario Cristiano (PRC), Socialista de los Trabajadores (PST), Socialista Popular (PST) y UDELPA.
El primero de los encuentros, realizado en abril de 1974 en la Quinta de Olivos, fue presidido por el propio Perón y permitió elaborar un documento en que las fuerzas participantes se pronunciaron por la defensa y consolidación del proceso democrático frente a "los poderes que desde antiguo han venido sometiendo a la República"; a favor del federalismo y de la integración latinoamericana, entre otros puntos. Otros dos ejes fueron la ratificación de la individualidad e independencia de cada partido y el compromiso de mantener una comunicación fluida, permanente.
Estas reuniones, de un estilo inédito, para dialogar francamente entre el gobierno y las fuerzas que no participaban de él, se mantuvieron regularmente, e incluso fueron ampliadas con la participación de distintos ministros del Gabinete que debían responder inquietudes o encarar soluciones a los problemas planteados. No volvieron a repetirse tras la muerte de Perón.
Tiempos difíciles entonces y ahora, aunque por razones distintas.
Entonces, junto a la ola de atentados y crímenes de militantes populares por bandas parapoliciales y paramilitares se empujaba el desabastecimiento, el sabotaje, la especulación y la desestabilización golpista por parte de los grupos concentrados, en sintonía con las ambiciones externas.
Este segundo aspecto fue el que motivó la convocatoria del presidente Perón a la acción organizada del pueblo en su último discurso, pronunciado el 12 de junio de 1974. Aquella pieza, una suerte de testamento político, dejó claro que había regresado "para lanzar un proceso de liberación nacional y no para consolidar la dependencia".
Ahora, con tres décadas con democracia formalmente consolidada, pero con sus conquistas en peligro, el desafío es superar el brutal endeudamiento, la destrucción del aparato productivo y el saqueo al bolsillo popular que prosigue la gestión de Cambiemos.
Plantear, hoy, un "contrato social" es asumir el reclamo de la hora. Implica retomar aquel legado político y profundizarlo, con una amplia participación y un protagonismo imprescindible, pero hasta ahora nunca logrado.
viernes, 3 de mayo de 2019
"El Canca", el amigo, el compañero
Tenía solo 25 años
cuando lo conocí. Yo, apenas cinco menos, que en aquellos años equivalían a un
siglo.
No fue fácil en el
arranque.
Él era orgulloso
dirigente de la JP. Yo, un no menos altivo militante de la Fede.
No teníamos dudas.
No era tiempos de
dudas, sino de liberación.
Junto a otros, con
distintos orígenes, pero similares convicciones, compartimos la construcción de
las Juventudes Políticas.
Algunos arrugaron.
Otros se quebraron.
Muchos redoblaron
la apuesta. Juan Carlos Dante Gullo fue uno de ellos.
La dictadura
secuestró y desapareció a su hermano y a madre, Ángela, en los días en que
reclamaba por la libertad del Canca, preso en Sierra Chica.
Era uno de nosotros.
Yo sigo siendo uno de ellos, los que no dejan de combatir.
Chau amigo, compañero de lucha.
viernes, 26 de abril de 2019
Acerca de "Sinceramente"
miércoles, 10 de abril de 2019
¿Es cierto que Fernando Nadra apoyó a Carlos Menem?
A casi 25 años de la muerte de mi padre, todavía
hay quienes repiten una y otra vez falsedades acerca de su trayectoria, o los motivos
de alejamiento del PC. Es el caso de un lector de mi muro de Facebook, quien luego
leer mi desmentida a su afirmación de un “acercamiento político” de Fernando
Nadra a Menem, me “invita” cordialmente a que lo demuestre. Transcribo el texto
de mi segunda respuesta.
Estimado LVS:
Agradezco la invitación, y probaré
que es totalmente inexacto que Nadra apoyara en modo alguno la presidencia de
Carlos Menem, y aún mucho más falso que fuera su asesor.
Sin embargo, debo aclarar que -tanto
en el derecho burgués como en la legislación socialista- es el que acusa y no
el acusado quien debe probar sus afirmaciones.
Nadra efectivamente se entrevistó
con Menem, a quien conocía desde mucho tiempo atrás, como a casi toda la
dirigencia argentina del siglo XX, el 14 de agosto de1989. Lo hizo para cuestionarle
en persona el anuncio del regresivo plan económico (Bunge Born) que anunció a
contramano de sus promesas electorales, y rechazar las primeras insinuaciones de
que decretaría un indulto a los genocidas, como finalmente hizo.
Esto queda comprobado con un comunicado
de prensa elaborado y firmado por mi padre, en el que también desmiente a "voceros del PC", y cuya copia fotográfica incluyo en primer
lugar, el que para despejar toda duda tiene sus propias correcciones
manuscritas.
Aquella cúpula del PC es la
que difundió esa versión a la prensa (que la reprodujo con entusiasmo y ocultó la desmentida de Fernando), para desprestigiarlo y enfrentarlo con los miles de militantes que lo acompañaron durante años, un ladrillo más en la pared de viles ataques a que lo sometieron para justificar el posterior desplazamiento
y suspensión de quien entregó buena parte de su vida a ese partido y
la causa revolucionaria, lo que pagó con años de persecución y prisión.
Otro dato que celosamente ocultó esa dirección, y omitió publicar la prensa canalla, es que Nadra volvió a rechazar expresamente esa versión en 1990, luego de una segunda entrevista con Menem en la que expresamente le fundamento su reclamo de un inmediato retiro de un proyecto para aplicar la pena de muerte en la Argentina. También, con sus correcciones manuscritas, incluyo la fotografía de este otro comunicado.
Con sus habituales códigos, fruto
de largos años de dirigir y ampliar las relaciones políticas del PC, no incluyó
un dato vital, pero que fue confirmado por el propio Carlos Menem: lejos de acercarse
a sus posiciones, Fernando Nadra rechazó su propuesta formal de ser embajador
argentino en la Unión Soviética o Cuba, una astuta maniobra de captación en la
que sí cayeron otros políticos como Jorge Abelardo Ramos, que aceptó y ocupó la
embajada en México.
Esta mentira -como otras tan
absurdas como cenas con el genocida Videla o una confrontación en la selva boliviana con el
Che Guevara, con quien estableciera una afectuosa relación, pero en La Habana- son
parte de la campaña a la que aludo.
En el caso de la supuesta
calidad de “asesor” de Carlos Menem, esta falacia fue lamentablemente reproducida
por el historiador Horacio Tarcus en su Diccionario biográfico de la
izquierda argentina: de los anarquistas a la “nueva izquierda” (1870-1976),
en 2007.
A los pocos días de su aparición,
me reuní con Tarcus, titular del Cedinci, al que nuestra familia donó buena
parte del archivo y biblioteca partidaria de mi padre, en su oficina porteña de
Fray Luis Beltrán al 100, y en esa reunión se comprometió a corregir el error
en futuras ediciones.
Conozco esta campaña de difamación
en detalle, no solo como orgulloso hijo de Fernando, sino como miembro del Comité
Central del PC elegido por el XVI Congreso, y director del periódico partidario,
afiliación y responsabilidades a las que renuncié públicamente en 1990, camino
que luego fue siguiendo el 90% de esa cúpula partidaria, una parte de ella para
seguir cómodos y redituables caminos, alejados de los ideales que decían defender.
La agradezco LVS, y lo invito
a publicar esta aclaración, junto a los comunicados, en su propio muro (cuyos
textos originales puede hallar en el Fondo Fernando Nadra de la Biblioteca
Nacional), pues todavía son muchos afiliados, o ex afiliados, que con dolor han
creído este tipo de mentiras.
Lo saludo cordialmente
Alberto Nadra