Santiago Senén González de una nota publicada el 29/5 en el suplemento El Observador, del matutino Perfil, con motivo de los 50 años del Cordobazo.
Estimado Fabián:
He leído la nota que escribiste sobre
el Cordobazo para Perfil, con el querido –y ahora galardonado-
Senén, y como supongo que no será la última me permito compartirte algunas
reflexiones, sin otra pretensión que acercarnos al rigor en el tratamiento de
un hecho trascendente.
1) Aunque no resulte
simpático al peronismo combativo, y a mí mismo por caso, el papel de Atilio
López fue secundario, aunque como bien subrayan ustedes luego “adquiriría
pronto un decisivo protagonismo en la provincia”.
2) No se explica el
cambio del “participacionista” y vandorista Elpidio Torres sin tener en cuenta
la fuerte represión a la asamblea del gremio en Redes Cordobesas, y sobre
todo el papel fundamental del dirigente de la UOCRA Jorge Canelles,
para convencer a Tosco que lo hable para pedirle transformar el paro “matero”
en activo.
3) Mucha presunta
historiografía habla del “estudiantado” pero no de su central estudiantil,
la Federación Universitaria de Córdoba (FUC), convocando a numerosas asambleas
en las que participaron casi 10.000 estudiantes. Sólo en Medicina lo hicieron
más de 4.000, y sólo se pierde la votación a favor de la participación en el
paro en Filosofía y Letras, y Arquitectura, pues el FAUDI (Partido
Comunista Revolucionario), el trotskismo y los sectores influenciados por el
grupo de Pasado y Presente, se oponen a la convocatoria.
4) Dentro de la
subestimación al papel del estudiantado organizado, cabe señalar que es éste, a
pocos meses del golpe de 1966, el que inicia la resistencia a la dictadura, que
culminaría en el Cordobazo: el 18 de agosto de ese año es baleado por la
policía el estudiante de Medicina Alberto Cerda, se toma el Hospital de
Clínicas y se inicia una huelga que se extendería hasta fin de año, dentro
de una lucha que se cobra la vida de Santiago Pampillón el 12 de septiembre.
Ahí se reinicia la colaboración del movimiento obrero y estudiantil, sobre todo
por la solidaridad de Foecyt (Correo, que justamente por ello fue
intervenido) y de Luz y Fuerza.
5) Creo que en el
“ninguneo” del papel del movimiento estudiantil, que luego se naturaliza, tiene
originalmente dos fundamentos: a) jerarquizar el papel del justicialismo e
intentar reducir el Cordobazo (como se hizo con la histórica toma del
Frigorífico Lisandro de la Torre) a una expresión de la Resistencia peronista,
del “Perón vuelve”, disimulando la amplitud de la convocatoria y la aún mayor
pluralidad del acontecimiento, sin desmerecer el papel protagónico del
peronismo. Es la posición de Garzón Maceda, e incluso, aunque atenuada, la de
Feinmann o Laclau. Una visión tan sesgada como la de cierta izquierda que
pretende apropiárselo; b) El anticomunismo que se mantiene pese a la
desaparición del PC: Canelles era comunista, la dirección de Foecyt también,
y la FUC era dirigida por la juventud comunista (FJC- Fede).
6) Ultima referencia,
y ésta en virtud de un recuadro destacado del diario, que no veo en el cuerpo
de la nota: Tosco no fue condenado a tres años, sino a 8 años y 3 meses;
Elpidio Torres y el estudiante comunista Miguel Ángel Miró a 4 años y 8 meses,
mientras Jorge Canelles (es obvio que por poderosas razones) a 10 años, la pena
más alta de los Tribunales Militares.
Espero que estos datos y sintéticas
reflexiones, acerca de las cuales mucho se puede hablar y escribir, te sean
útiles.
Un gran abrazo para vos y Senén, cuyo
mail debo tener desactualizado…
Alberto Nadra
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