miércoles, 26 de octubre de 2016

"Pepe", Radio Moscú y "La caza del Cóndor"

La red que rescatò el ùltimo poema de Victor Jara

     Pude ver, con lágrimas en los ojos, una síntesis de dos horas de un Seminario realizado en la Universidad de Paris Nenterrre, Francia, concretamente en la BDIC (Biblliothèque de Documentation Internationale Contemporanie), que es testimonio del papel de los medios audiovisuales durante la dictadura pinochetista, y a la vez homenaje a la Resistencia y la Solidaridad Internacional

 José “Pepe” Maldavsky, luchador incansable, brillante periodista y reconocido documentalista,   quien ---como dije hace poco-- se nos fue en septiembre (¡negros septiembres, negros!) en un nunca tan lejano París, cuenta en una de esas intervenciones detalles absolutamente desconocidos de la red montada desde las mismas horas posteriores al golpe (y una infraestructura seguramente anterior), en lo que calificó como "La Guerra Informativa" contra el régimen.

    Lo que prefirió reservar con su exacerbada modestia en su testimonio para el capítulo A la Caza del Cóndor, de mi libro SECRETOS EN ROJO, decidió realizarlo, a “cuentagotas” es cierto,  en apenas 20 minutos en una de las Mesas de la Jornada, de la que en su momento me contó en un mail, pero ignoraba su trascendencia aunque, sí, me adelantó el impacto de las revelaciones entre las autoridades universitarias y los asistentes, incluidos miembros de otras organizaciones de la Resistencia chilena.

  Pepe, como siempre soslaya su propio drama y apela a su àcido humor para relatar hechos y circunstancias.
"Pepe": testimonio de la Resistencia

 Relata el nacimiento de “Escucha Chile” por Radio Moscú, rinde homenaje al equipo de argentinos que ejerció la solidaridad antipinochetista, desde el golpe hasta la derrota de Pinochet, trabajo que mantuvimos durante la dictadura de las Juntas,  e incluso "reta” amablemente a sus camaradas que rindieron numerosos homenajes en Chile y el exterior al papel del programa y Radio Moscú y “se olvidaron de estos argentinos, de su solidaridad y entrega”. "Nadie todavía les rindió el merecido reconocimiento”, lamentó.

   Imperdibles detalles, absolutamente inéditos, ni siquiera hasta ahora relatados en forma oral, impactan y merecen otra difusión:


  • ·         Cómo –en lo que le tocó y supo de ese sofisticado entramado-- se armó la transmisión clandestina desde Chile a Buenos Aires y de Buenos Aires al mundo.

  • ·         El rescate del ultimo poema de Víctor Jara, ya destrozado por la tortura y antes de su asesinato.

  • ·         La información las acciones antipinochetistas y el estímulo moral que significó “Escucha Chile” entre los resistentes dentro y fuera de la antigua Unidad Popular,  a lo largo y ancho del país hermano, donde llegó a tener “corresponsales” en los pueblos más pequeños.

  • ·         La denuncia precisa, los nombres y apellidos de víctimas y victimarios, a horas de los hechos, con fecha, hora y lugar.

  • ·         El aliento que cada emisión brindaba a los luchadores, incluso a los prisioneros que buscaban (y encontraban) la manera de escucharlo.

  • ·         La furia y el odio de Pinochet y sus secuaces, el desconcierto de los carceleros que –al día siguiente de una requisa, una detención, el ingreso de un prisionero en tal o cual lugar—escuchaban la denuncia por Radio Moscú.

     Luego preguntas, y algunas movilizadoras anécdotas,  entre ellas las de un ex dirigente del MIR cuyo nombre no pude captar, sobre el impacto de Radio Moscú en las mazmorras del régimen y en los propios cuarteles militares, donde se escuchaba todos los días.

   Doy testimonio de lo escuchado, y solo ruego que las autoridades de la Universidad puedan hacernos llegar una copia/enlace a la síntesis de dos horas que realizaron.


Alberto Nadra



sábado, 1 de octubre de 2016

Sicilia, Marin, Maldavsky: hasta pronto amigos, hasta la victoria, camaradas

Luis Sicilia y su apasiónate recuerdo de personalidades
y procesos políticos que marcaron la historia de la
Patria Grande. También,
un manual de los secretos del oficio.
Dice Vallejo:

Hay golpes en la vida, tan fuertes...
¡Yo no sé! 
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos, la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma...
¡Yo no sé!
Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras 
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte. 
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.


Pues bien, son tres en pocos días. Hace pocas horas Luis “Tino” SiciliaDías atrás Jaime Marín. A comienzos del mes, en París, José Maldavsky. Partidas inexorables a las que me niego, contra las que me rebelo, pues con sol pensarlas décadas caen sobre mi alma y mi espalda ya algo cansadas, no de los golpes del enemigo y el rencor de los adversarios, si por el odio visceral de los traidores.

Josè Maldavsky, periodista chileno, documentalista distinguido internacionalmente,  héroe de la resistencia a Pinochet, mi compañero en ir “Tras la garras del Cóndor”, cuando nadie se atrevía.
 
Jaime Marin y un clásico
Jaime Marin, inmenso director real (siempre relegado en los “títulos” por las “figuras” que se imponía de arriba, esas que a veces no podían unir dos párrafos) de Juventud, y luego Jefe de Redacción de Que Pasa, uno de los últimos nombres de los tantos prohibidos y reprimidos semanarios del Partido Comunista. No siempre acordamos, ni política ni periodísticamente, pero que tipazo, que tremendo ser humano, cuanto sacrificio por los demás. Su vida se apagó en soledad, no de los suyos, sí de los mismos que lo postergaron, o sus “herederos”, que no es lo mismo pero es igual. No me cabe revelar los libros que escribió para que firmaran otros. Si su Misión Secreta en Brasil (1988) donde reconstruye el papel de Rodolfo Ghioldi hasta su larga cárcel en la “Isla del Diablo” en Brasil, luego de apoyar y acompañar a Luis Carlos Prestes y su legendaria columna.

Luis Sicilia, hermano menor de mi padre, un maestro excluyente del periodismo que yo soñaba con ejercer. No puedo, aunque sé que debo rescatar su memoria escondida, ocultada, escribir hoy sobre “Tino”, mientras me destroza el recuerdo de su mirada cómplice, su eterna pipa en la mano y el bloc de notas. Comparto, hasta que extraiga fuerzas, la frase final de la crónica que “Le Monde Diplomatique” escribió sobre su libro Un cronista recorre América. Del Che Guevara a la Guerra de Malvinas (2007): “A través de los destinos que transitó, Luis Sicilia nos devuelve en sus textos la idea de un periodismo que se hace cerca de las personas, y construye con ellos la noticia”. Habla del periodista, apenas del hombre y el revolucionario.
 
Un documental de Jose "Pepe" Maldavsky
Chau muchachos, hasta que nos encontremos, Hasta La Victoria Siempre

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna adorable que el Destino Blasfema,
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema
Y el hombre....pobre...¡pobre!
Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos,
y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa,
en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes...

¡Yo no sé! 

Alberto Nadra