Carlos Oviedo Jefe de Gobierno, y junto a Nadra, por LA CHE, Francisco Giardineri y Daniela Eyriey. |
Para los que no me conocen, me llamo Alberto Nadra.
Milito desde los 13 años. Fui dirigente estudiantil y sindical; miembro del
Comité Central del Partido Comunista y director de su semanario hasta mi
renuncia, en 1989.
En los años ’70 fui uno de los fundadores de las
Juventudes Políticas Argentinas (JPA) y jefe de Redacción para la agencia
cubana Prensa Latina durante la dictadura, labor que me valió el premio de la
Organización Internacional de Periodistas (OIP), por la defensa de los derechos
humanos en ese período.
Soy docente universitario y periodista. Jamás ocupe un
cargo público ni fui candidato por ningún partido. Sin embargo, he decidido aceptar
la invitación a participar en las PASO del Frente para la Victoria (FpV), como
candidato a legislador por la agrupación LA
CHE, en la lista Espacio Abierto-ALUVION.
Para los que me conocen, nada debo agregar. Todos saben
que sigo siendo marxista; que jamás aflojé y que no vacilé en poner en juego mi
libertad y mi vida para defender a muchos compañeros en la Argentina y en el
mundo.
Digo
con esperanza a mis ex camaradas, y compañeros de militancia de las Juventudes
Políticas Argentinas de los 70, que la izquierda que no bajó sus banderas dirá
presente con sus hombres y mujeres en una lista combativa para participar de la
interna del Frente para la Victoria, junto a peronistas combativos y radicales
probados, que tampoco renuncian a sus ideales nacionales y populares.
No se trata de un rayo en cielo sereno. Es el fruto de más de un cuarto de siglo de reconstrucción
y construcción de muchos compañeros quienes, como yo, fueron raleados de los
espacios públicos, pero jamás de la lucha.
Asumimos este nuevo compromiso en un contexto de hechos
políticos y desafíos más abarcativos en la ciudad y en la Nación, donde nuevamente se disputa si se continúa
construyendo la Patria hacia el futuro o se retrocede de manera nefasta hacia
la restauración conservadora.
No me mueve resentimiento alguno, y con mis compañeros pretendemos ser parte de una construcción
que no niegue la historia, pero que sea
luz de lo nuevo que debe nacer y no de lo viejo que ya murió.
Nuestro país nunca dejó de necesitar una izquierda que entienda los procesos de cambios estructurales como
“creación heroica” de nuestros pueblos, con humildad y respeto. Hoy, después
de una ardua tarea, comenzamos a ver los primeros frutos.
Somos
la izquierda que construye y no se diluye. No nos disfrazamos de lo que no somos. Somos, simplemente, quienes somos. Del
mismo modo en que lo éramos cuando decirlo significaba perder la libertad y,
para cientos de los nuestros, la muerte. Y sólo en tanto
sigamos siendo podemos visualizar la
construcción de una nueva identidad en este siglo XXI. Una que nos contenga,
junto a otros afluentes del pensamiento y la lucha del campo popular.
Más de 12 años han pasado desde que un hombre me convocó a la formación de un frente nacional y popular, encabezado por un
peronismo que recuperara el compromiso con los humildes, y sus banderas de
Justicia Social, Independencia Económica y Soberanía política. Pero también con
activo protagonismo de fuerzas y personalidades no peronistas, para lograr un
modelo de producción y trabajo contrario al neoliberal.
“Si este compromiso se lleva a los hechos, estamos
ante una ineludible oportunidad para quienes buscamos una alternativa distinta
en el país”, declaré ante la agencia Télam aquel caluroso 5 de febrero de 2003, luego de visitar al entonces gobernador de Santa Cruz, y candidato presidencial, Néstor
Kirchner. Y de ese modo, aunque las encuestas lo ubicaban muy por debajo de
un dígito, manifesté mi apoyo y el mis compañeros. Porque “La opción es
vagar entre el principismo testimonial y la observación críticamente académica
de los hechos, o embarrarse en la construcción de un espacio que conjugue la
voluntad de tantos malheridos por las sucesivas derrotas y frustraciones del
campo popular, y de mi generación en particular, para incidir en los
acontecimientos y crecer en el proceso”.
Mucha
agua corrió bajo el puente desde entonces, incluidas zancadillas con tufillo macartista de
personajes menores de este proceso histórico que, como todos, los tiene, y con
poder.
El
proceso que inició Kirchner en el 2003 avanzó con decisión en la promesa de lograr un modelo de producción y trabajo
contrario al neoliberal que nos llevó a esta situación. Pero no logramos (lo digo en plural) concretar el segundo compromiso: su
convocatoria a la formación de un frente nacional y popular con
participación de fuerzas y personalidades no peronistas.
Los
candidatos de LA CHE en la lista Espacio Abierto-ALUVION (Francisco Giardineri y Daniela Eyriey) acompañamos a Néstor en 2003, mientras que otros se
encargaban de llamar a votar en blanco, o a diferentes candidatos, aunque ahora
posen de cruzados del proyecto nacional y popular, que ostenta el liderazgo de
Cristina.
Bienvenidos fueron cuando llegaron, y respetados
son hoy. Pero no admitimos que ninguno pretenda juzgar desde la obsecuencia el
compromiso con el proyecto nacional y popular de los que pusimos el cuerpo y las
ideas desde el primer momento. Sin abandonar nuestras
críticas ni nuestro reclamo por el “Siempre
más”; convencidos que no podemos
consolidar lo conquistado sin avanzar con decisión en lo que falta.
El
enfoque que nos permitió, en esa ocasión, estar seguros de que Néstor podía ser
presidente de los argentinos, e iniciar un proceso de transformaciones inéditas
en nuestra historia, es el mismo que, en estas elecciones, nos permite afirmar
que Carlos Oviedo implica la posibilidad
de un profundo cambio en la presencia del Frente para la Victoria en la Ciudad y,
particularmente, dentro del peronismo, en cuya ala combativa milita hace tantos
años.
Aluvión Ciudadano, la Agrupación Vallese y La Che enfrentamos al neoliberalismo
depredador en la Ciudad, en algunos casos, avalado en la legislatura por varios
de los que votamos para oponerse. Nosotros impulsamos
la REVOCATORIA DE MANDATO DE MACRI Y VIDAL, a través de un referéndum, como
contempla la Constitución porteña, en
intensas jornadas militantes en parques, plazas y calles, promoviendo la
democracia directa y el protagonismo popular. Mientras tanto, el resto de
las fuerzas del campo nacional y popular en la ciudad se limitaban a observar u
oponer una mezquina mirada sobre lo factible; a veces con la ilusión de
fortalecer a un adversario para debilitar a otro.
“A la derecha ni un tantico así”,
advertimos parafraseando a nuestro Che. No
se puede dejar crecer a la derecha. Tampoco, confiar en las maniobras de
cúpulas, ni desconocer que la participación popular es la manera de frenar al
neoliberalismo. Hoy enfrentamos las consecuencias, y la presentación de nuestra lista implica esa crítica, pero con la mano
tendida a nuestros compañeros de las otras listas, y un único compromiso: con la defensa del
presente y con las conquistas futuras.
Seguros
de que la Ciudad es la primera batalla
para enfrentar la restauración conservadora que expresa el acuerdo de la
derecha de la UCR y el PRO, los candidatos que integramos la lista Espacio
Abierto-ALUVIÓN, unimos nuestros esfuerzos para un nuevo camino de construcción
política colectiva, de profunda vocación frentista y transformadora.
Lucia Medina y María José Lubertino, candidatas a legisladoras porteñas, a la izquiera de Oviedo, a la derecha Belem Sarubbi y Nadra. |