domingo, 31 de octubre de 2010

El Eternauta somos nosotros



No es la primera vez, ni será la última que rescatamos en este blog una nota de Oscar Taffetani, colega y amigo cada día más entrañable. Quizá, hoy, particularmente logra sacar los mejores recuerdos de mi infancia, y redoblar la apuesta al futuro, inspirado en el "heroe colectivo" de El Eternauta, con el rescate de Oesterheld, ese hombre, secuestrado/ asesinado, al igual que sus cuatro hijas durante la dictadura, y por cuya aparicion se difundiò en los '80 un cartel en Europa que acompaña, en la gráfica, a la cásica imagen del personaje-símbolo.

Voy a tratar de contar mi relación con Héctor Germán Oesterheld, que es la relación de un niño lector que va creciendo al tiempo que crecen en él los personajes de los libros que lee, y al tiempo que va creciendo en él la figura del autor, de ese amigo sin rostro y hasta sin nombre, que se queda detrás de la escena como esperando que el relato nos haga reir o llorar, o ambas cosas, y que podamos habitar sin límites ese mundo que ha podido construir especialmente para nosotros, nada más que con palabras.

Sé que la historieta –hermana menor y acomplejada del cine- está hecha de dibujos y palabras. Pero yo nunca necesité demasiados dibujos (perdón Solano López, perdón Alberto Breccia, perdón Hugo Pratt) para entender y disfrutar las historias de Oesterheld. Amaba y devoraba con fervor los libritos de Bull Rocket o Sargento Kirk, a principios de los ’60, con apenas una tapa color y el resto palabras, palabras, palabras. Justas, medidas, descriptivas y elocuentes palabras, salidas del genio de mi amigo invisible.

Oesterheld era generoso. A su manera, lo mismo que Borges, él me daba pistas, me mostraba sus fuentes, me dejaba viajar a los confines de su universo literario, para descubrir a Poe, a Stevenson, a Melville, a Salgari, a Jack London, a Joseph Conrad. Y a Homero. Y a John Reed. Y a Horacio Quiroga. Ésos eran sus grandes amigos, que podían también ser mis grandes amigos.

Dictadura y resistencia

Esta historia, como en un cut-up del cine o de la historieta, continúa a principios de los ’80, cuando un grupo de jóvenes ya crecidos (y golpeados) nos juntábamos en la trastienda de un kiosco platense, a conspirar contra una dictadura que ya estaba en retirada, desde el humilde espacio de una revista literaria.

Allí, en las paredes del kiosco, estaba el afiche compuesto por Saborido, enviado por un compañero desde Francia: “¿Dónde está Oesterheld?” Juan Salvo (el Eternauta), el sargento Kirk, Ticonderoga Flint, el corresponsal Ernie Pike, el viejo Mort Cinder, todos, todos esos héroes de tinta y papel, reclamando la aparición con vida de su autor. En la contratapa del número 3 de la revista, poco después de la derrota de Malvinas, aparecieron algunos cuadritos de El Eternauta. Era nuestra manera de resistir.

Nuevo cut-up y ya estamos en democracia. Las cosas le van bien a Cascioli y saca una revista de historieta y algo más, titulada Fierro, que pone bajo la dirección de Juan Sasturain. Recuerdo que escribí una carta de lector, a propósito de una tira de Trillo y Altuna y (para variar) se desató una polémica. Mi propuesta (un tanto ingenua) era volver a El Eternauta, volver a mirar “desde el Sur” y no comprar la decadencia y el quiebre moral del “Norte”.

Dos años después, en enero del ’86, trabajando como redactor del matutino La Razón, publiqué una columna de opinión titulada “De cómo invadieron los extraterrestres mientras la imaginación dormía”. Lo escribí a propósito de la serie norteamericana V. Invasión extraterrestre, pero en el final volvía a hacer la propuesta de rescatar nuestros propios tesoros: “En 1957, Héctor Oesterheld entregaba su primera versión de El Eternauta, historieta que quedará como una de las máximas obras de la ciencia ficción, como un alegato humanista de proyección universal formulado desde… Vicente López, Buenos Aires, Argentina. Es indudable que los guionistas de Invasión Extraterrestre leyeron a Oesterheld…”

Menemismo y resistencia

En 1989, cuando arrancaba el gobierno neocon argentino, publiqué en el diario Sur la nota “El Eternauta y sus amigos contra el vampiro negro”, contrastando al nuevo Batman llegado de Hollywood (de sesgo posmoderno) con la figura del héroe colectivo plasmada en El Eternauta.

Dos años después, colaborando con un artículo para el libro El Menemato (Letrabuena, 1992), asocié el héroe colectivo de Walsh con el héroe colectivo de Oesterheld. La cita es larga, pero vale la pena:

“Para hacer un poco de memoria, señalemos en principio que la analogía con la traición de la estética del tango, ya fue trazada, a la caída de Perón, por el escritor peronista Leónidas Lamborghini, en su perdurable poema Las patas en las fuentes (esa mujer, única, que nos abandona; ese delantero que nunca patea al arco; ese gran Conductor que ya no conduce, etcétera)”

“Quienes dan una magnífica vuelta de tuerca sobre la cuestión, unos años más tarde, son los escritores Héctor Germán Oesterheld y Rodolfo Walsh, ambos de militancia montonera y desaparecidos luego bajo el Proceso. Oesterheld da pie, con la primera versión de El Eternauta, para pensar en el héroe colectivo, el único capaz de llevar a cabo la tarea sin traicionar ni traicionarse. En las reescrituras posteriores, se hará explícita esa idea. Walsh, con su hermoso relato Un oscuro día de justicia (incluido en la serie de los irlandeses), habla de lo mismo: el líder es abatido, el pueblo comprende que está solo, y que solo debera llevar adelante la tarea”.

“Es sintomático que Pino Solanas, quien se ocupó del héroe colectivo en filmes decisivos como La hora de los hornos y Los hijos de Fierro, haya caído nuevamente en la tentación de confiar en un “líder” (Menem) para hallar al poquísimo tiempo que el líder –nuevamente- ha traicionado”. (Así lo escribimos en ese momento, y sería deshonesto omitirlo hoy).

Volver es la consigna

A través de Eduardo Guibourg, magnífico editor periodístico y amigo, recientemente desaparecido, tomé contacto en 1997 con Francisco Solano López (primer dibujante de El Eternauta) y con Elsa y Martín, viuda y nieto de Héctor Germán Oesterheld. El pretexto fue el lanzamiento, a través de la revista Nueva, de una pequeña historia que podía incluirse en la saga (tal como había hecho George Lucas con La guerra de las galaxias). El título para el dossier inaugural –salido de la imaginación de Guibourg- fue “La guerra gaucha de las galaxias”.

Pero la tira en color (concesión que hizo Solano, aunque después se arrepintió) y el guión muy fantástico (pero, a la vez, muy despolitizado) de Pol Maiztegui, pasaron sin pena ni gloria. El Eternauta estaba atravesada por la historia del país. Ya no era posible cambiarla.

Nuevo cut-up y estamos en la Argentina de la crisis, la de los patacones y lecops. Un amigo bahiense, remando contra la corriente, organiza la muestra Fancomix, en Costa Salguero, y me propone generar “contenidos”.

Aprovechando la intención de Solano López de continuar por su cuenta la saga (trayendo al Eternauta hasta nuestros días), organicé un panel de lujo con el mismo Solano, el escritor Germán Cáceres y esa leyenda viva de la ciencia ficción que es Pablo Capanna. Allí, en primera fila, estaba Elsa, cómo olvidarlo. Todos lloramos un poco cuando evocamos a Héctor y a mí se me ocurrió, sensiblero, decir que él, como Juan Salvo, acaso había aceptado convertirse en eternauta (es decir, en inmortal) para poder encontrarse con su esposa, sus hijas y sus compañeros, en algún vórtice del tiempo.

Mucho agua (y mucha tinta) ha corrido bajo los puentes. La tira El Eternauta, tal como salió en 1957, es reeditada en las contratapas de un matutino. Desde hace tiempo existe una agrupación que se llama, no casualmente, “La Oesterheld”. La nueva militancia se encuentra en 2010 con la figura del Eternauta y la vuelve a poner en los afiches, en la red y en las paredes, asociándola con Néstor y Cristina Kirchner, los líderes de esta hora política argentina.

Sin embargo, para mí (lo digo respetando cualquier otra opinión), el Eternauta es uno solo. Se llamaba Juan Salvo y era un argentino común, inadvertido, hasta que una invasión extraterrestre lo convirtió en líder de la resistencia humana en el cosmos.

Metafóricamente, con esa marca clara que nos dejaron Oesterheld, Rodolfo Walsh y tantos otros compañeros- el Eternauta encarna al héroe colectivo. Nos encarna a todos. El Eternauta somos nosotros.

Comerse un garrón

En medio del dolor popular y la esperanza, seguimos, también con nuestra nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.

“Garrón es el espolón del ave. Y también, según el diccionario, ‘la parte de la pata de las reses contigua a la pezuña, por donde se cuelgan después de muertas’. Se trata de algo inútil para el consumo e imposible de tragar. La frase comerse un garrón surgió en nuestro campo y se incorporó después al lenguaje de entrecasa para significar que se quiere atribuir a alguien en una actuación en la que no tiene arte ni parte. Es también una expresión carcelaria que implica sufrir una condena por culpa de otros. Así, en una noticia policial publicada por La Nación, puede leerse que un individuo ‘se comió un garrón’ por salvar a la mujer que había sido su instigadora. Que la frase connota la idea de un hecho gratuito lo confirma la existencia del verbo garronear, que significa conseguir algo a fuerza de pedidos y malas artes. Y garronero es quien cultiva tal sistema. Comerse algún garrón de vez en cuando es parte inevitable del trato con seres humanos que se empeñan en devaluar a cada rato la moneda de una convivencia amable”.

lunes, 25 de octubre de 2010

Cuba: "Revolucionar la revolución"


El blog de Silvio Rodríguez es fuente inagotable de (buenas) sorpresas. Este texto sobre la coyuntura y el futuro de Cuba, de una profundidad política casi tan impactante como las belleza de las palabras con que se expresan, son la transcripcion de las palabras del cineasta Alfredo Guevara, el pasado 20 de octubre de 2010, en la Universidad Central de Las Villas, al serle entregado el Doctorado Honoris Causa, bordeando ya los 85 años.

Compañeros en el Amor al Saber, en la Filosofía.
Rector de la Universidad Central de Las Villas.
Profesores y alumnos.

Agradecer sí, agradezco con emoción muy especial el Reconocimiento que recibo, esta gentileza propia de quienes saben mirar hondo y han descubierto más allá de mis cualidades intelectuales y formación y dedicación, que en definitiva se repiten en otros estudiosos y maestros, algo que me hace aceptar la altísima distinción de Doctor Honoris Causa en la Universidad de Las Villas, la que tuvo entre los suyos a Samuel Feijoo y a Nuñez Jiménez. Sé que en ese mirar más hondo habéis descubierto la carga de eticidad, diré que amorosa y diré que plotiniana-martiana que anda por todas las veredas que me recorren. Tal vez no sea muy cuerdo pero esa flecha que habéis centrado en las esencias acaso fue centrada desde su morada, en el corazón mismo de esta Universidad, por aquel poeta no importa si escribiese en prosa o cubriese de “surreales” dibujos una cuartilla, que fue mi Samuel Feijoo. Gracias mi Samuel inspirante. Los dos sabemos de ese sentido plotiniano-martiano de la eticidad. Fundar que es nuestra tarea pero fundar desde y para la Belleza. Y andamos por la tierra desde la obra y debe serlo, porque no podrás ser olvidado ya que lo ennobleces todo con solo mencionarte; hacerlo debiese tener y acaso tiene, así lo hago, sabor de invocación. Y fundar, fundar, fundar el amor al saber, al ser verdadero, ser desde lo más humano y hacerlo para y entre los jóvenes; no solo (y es obra hecha) fundar instituciones que pudieran y deben disolverse en movimiento artístico y ya no ser, para que ser si ya no fuesen, no son, o no serán. ¡Silencio! Fundar, fundar, fundar en las conciencias en la conciencia joven, una a una, fundar-sembrar desde el saber si es aquel que ya integrado en la eticidad puede atreverse a proclamar y entonces se sabrá otra vez escuchado, que la mano que otra, todas las manos estrecha, es la que se propone la Belleza en y desde el Socialismo.

Lo hemos olvidado. Es la Belleza el esplendor supremo ese que pudiera cegar de tanta luz que llega pero que en lucecitas va marcando el camino. La fealdad merece el rechazo del hombre; es enemiga de nuestro ideal. ¿Dime por qué se infiltra entre nosotros y es cosecha de cuanto “el Socialismo” toca? Es el de entrecomillas ese que estatizado-estatizante, la creación de cada individuo-persona o la de aquellos que se asocian por afinidad, esteriliza o mata; el arma que ese entrecomillado “Socialismo” estatizado emplea es la más simple: reglamentarlo todo con regocijo extremo.

¿Y qué nos llega hoy, en estos días, cada instante? doy respuesta, una revolución que la revolución revoluciona en términos reales y en dimensión histórica aún no perceptible. Desestatizar la Sociedad es refundarla. Y refundarla supone andar alertas porque ella, cuando llegue a existir y existirá de nuevo, definirá sus propios rasgos y devendrá por fuerza de un modo u otro control del Estado, de sus funciones (para las que sus funcionarios-representantes habrán sido elegidos). Y entonces el Estado, organizador-regulador hará otro tanto, y si nombrado o elegido, elegido-nombrado tendrá que estar armado por la Ley y otros medios, para exigir y hacer cumplir leyes y normas. Si estamos ya al desestatizar fundando-refundando nuestra Sociedad y no importa el término, haciéndole nacer “de Nuevo”, no desde su Antagonista, La Fealdad, sino desde su posible Señor e inspiración, La Belleza.

Es por eso que me atrevería a proponer que la refundación de nuestra Sociedad se hiciera con espíritu Renacentista todo embelleciendo calculadamente La refundación, ese resurgimiento natural a partir de la desestatización, no permite que tal resurgimiento que llamo refundación, tenga lugar sin un cierto clima de espontaneidad inevitable, eso ya lo sabemos, y también sabemos que la acompañará otra dosis de obligada regulación. Pensar ese futuro ya presente exige muy seria reflexión, observación, espíritu de aprendiz y de piloto, y un diseño bien pensado, tan bien pensado que se apoye para si necesario en opciones, opciones en plural, varias, diversas opciones, porque nada va a ser fácil.

Arduo el camino del Socialismo, nada parece posible sin echar cimientos y para afrontar la experiencia social, estructural, económica, política y ética que nos hará crecer espiritual y materialmente y enfrentar no solo nueva hazaña sino nueva vida y para la juventud que está y para la que va llegando, un mundo que le ofrece lo que ansía, protagonizar la historia y es un modo de decir para hacerme comprender, pasar a co-protagonizar y protagonizar la vida tal y cual corresponde. Es que la vida individual y social es solo vida real, acción, posibilidad de creación combate y solo el que la afronta y protagoniza y en ella debe hacer y decidir, crece. En ese crecer de nuestra juventud residen entrelazadas confianza y esperanza. Más tarde, esa vivencia será lo que llamaremos “historia”. Preparaos para esa gran tarea cuyas puertas, a mucho mucho riesgo y con toda decisión, convicción, seguridad y plenitud de esfuerzo, nuestras generaciones abren, la generación de Fidel, la de Raúl.

Desestatizar la Sociedad, no es negar el pasado es completarlo, seguir adelante y en cada época hacer lo que hacer toque ha señalado Fidel con claridad, con lucidez. Dirigir la flecha a la diana obligada reinventando el mundo; nuestro mundo de ahora y hacerlo como ejemplo singular y enriquecedor. No solo para nuestro pueblo, enriquecedor de la experiencia que supone como los vietnamitas llaman “irse acercando al Socialismo”. ¿Irse acercando? Sí, por qué no, acercándose. Tanto que cuando se le toca lo ignoramos de tan natural que resulta. Algunos de sus rasgos están en nuestras vidas, y en las de nuestros hijos. ¿O es que a esta etapa refundacional y que gustaré llamar Renacentista, pudiésemos siquiera acercarnos sin más de un millón de universitarios, millones de ciudadanos que comienzan a serlo en plenitud porque instruidos disciernen con mayor claridad; sin un analfabeto y con una juventud sana, sin niños o ancianos desamparados? No, no pudiésemos. Esa es la patria nuestra, la que nos permite un nuevo asalto al Cielo, con un pueblo dueño de la hazaña de haber roto para siempre el horror de apartheid en África y de haber dado miles de sus hijos a ese combate en el curso de la liberación de varias naciones de aquel continente todavía sometidas al régimen colonial. Hay otro muchos miles de cubanos universitarios o muy bien formados entregan con el saber el espíritu solidario internacionalista de nuestra Revolución. Ellos también se van forjando.

¿Cómo será ese nuevo Asalto, cómo lograrlo? No fácilmente, solo lo veo posible afrontando este inmenso riesgo, riesgo inmenso que es, va a ser, comienza a ser, la revolución profunda de la Sociedad que supone si Desestatizante, ese reencuentro consigo misma que tantos bienes de todo tipo nos depara, y entre ellos, no solo bienes ha de entregarnos, también sorpresas y tal vez dolores que el Estado, bajo la dirección del Partido, tendrá todavía que afrontar.

No sé si sueño o si ando bien despierto; les aseguro estarlo; pero no sé si pueda, de tanto ansiar, andar envuelto en nuevas formas visionarias. Y me pregunto si por si acaso no debiese callar llegado el punto a que he llegado y mejor, esperar. Si me equivocase echémosle culpa a esa tendencia que los que creen en Utopía aun padecemos.

¿Será que en día no lejano, despiertos ya sin duda, nos tocará apreciar la Sociedad que se refunda ya dueña de sí misma, ya desestatizada, la Sociedad que rediseña su rostro de persona, una a una, individuo que crea y que descubre en el otro al hermano de su hermano, hermanos todos y todos desplegando cualidades y rasgos que pese a lo diverso en uno han de fundirse? Y que ya entonces los CDR volverán a serlo y el Poder Popular en esa similar instancia, la cuadra, el barrio, circunscripción y municipio dirán adiós (y sin dolor) a ceremonias y como base de la base irán reconstruyendo ese tejido que es la imagen real de esa la desestatizada Sociedad que hemos soñado y que reencuentra todas sus potencias.

Para entonces la Sociedad Civil, la que somos nosotros, se encargará de estornudar más fuerte y de hacerse sentir como parte de vida. Los Sindicatos, las Mujeres, las Asociaciones rurales, la UNEAC y las Asociaciones de Científicos, los jóvenes creadores, artistas, investigadores también de las artes y las ciencias, los pedagogos y los etcétera, etcétera, etcétera. He descubierto tantos y tantos grupos hiperactivos en los últimos tiempos, hiperactivos y casi silenciosos, en todas las ciencias sociales y para mi asombro, en la Ecología, la Antropología, la Historia de zonas, áreas y comunidades que creía olvidadas, todo lo que demuestra que la arrogancia estatal, su burocracia, el paternalismo y todas esas hidras imaginables no lograron callar nunca la sana creatividad de nuestra gente-pueblo, ese tesoro.

Y sabréis entonces ¡y a soñar se ha dicho! será entonces posible la descentralización que sea deseable ¿cuál y hasta dónde? Ahora sí que callo; a otros tocará decidir, consultar, aplicar. No logro ver tan lejos pero sueño y por ahora soñaré despierto.

Marx y Lenin explicaron, describieron, definieron el Socialismo como periodo de transición. No hay término previsible. Las circunstancias deciden. Como en todo. Pero más lejos o más cerca todo resultará si en un primer instante es derrotada desde su entraña misma la Oligarquía local; su fuerza militar; el dominio económico y estratégico extranjero (es el caso de Colonias y semi-colonias) y en fin, los resortes fundamentales. Los lenguajes cambian, las palabras, a veces, se elastifican. Las condiciones concretas son lenguajes de otro carácter, más que concretas, y no suelen disfrutar de aquel privilegio. Y es por eso que me atrevo a decir que el rasgo de nuestra Contemporaneidad Latinoamericana, el que inunda la realidad con la esperanza, nos permite decir, todo es posible. Y decir también de modo más matizado y prudente que conviene no olvidar que el Imperio acecha desde sus bases militares, apoyando oligarquías maltrechas pero actuantes, incapaz de renunciar al terrorismo de Estado y lastimado el mismo por la descomposición interior (la fiera herida suele hacerse más y más peligrosa).

Cuando éramos muy jóvenes aprecié que Fidel, como Martí, se había dicho que la Revolución radical solo es posible desde el Poder cuando se derrota y desenraiza al enemigo.

Somos el caso aparte. Podemos y debemos a todo riesgo desencadenar el salto cualitativo ya iniciado revolucionando la Revolución y por tanto la Sociedad toda. Es que el Partido es su Vanguardia y sabe que llegó el obligado y saludable, salvador instante.

Desde el Poder, con el Poder, por el Poder, será posible este revolucionar la Sociedad sin permitir asalto alguno del oportunismo acechante y que pudiese encontrar dos vertientes, la del burocratismo escritorial-funcionarista, que desde el escritorio todo lo complica, enreda en papeleos a veces lucrativos y que será de menor ralea y desechable si se le enfrenta; o la de los que sueñan en ir empujando de mil maneras y a veces, como ya hemos visto, con argumentación mecánicamente marxista y ejemplos apoyados en las luchas teóricas, internas y válidas para y en los tiempos en los que todavía la esperanza fundacional del Socialismo, y con razón, residía en la experiencia soviética principalmente leninista. La riqueza del debate teórico marxista de la época no tendría que ser olvidada o subestimada jamás. Fue tarea de cíclopes encontrar caminos y resolver problemas en aquel país y circunstancia. En ellas Lenin se creció sin cesar hasta casi su muerte. Duró menos que lo necesario y dio y dejó en textos más de lo concebible. Recuerdo a nuestro Mella, que tanto dejó, igualmente en tiempo igualmente convulso y como para siempre.

¿Cuál sería la lección de uno y otro, la muy legítima de Lenin y para nuestra realidad tan cercana, la de Mella? Es la lección de Carlos Marx que no debiésemos borrar ni un minuto del pensar que debe llevar a la acción consciente y eficaz, y que en ellos parecía incorporada orgánicamente: “Para transformar la realidad hay que conocerla”.

Estamos nuevamente, como el primer día ante una realidad que ya no es ni remotamente la misma. La Oligarquía fue destruida y desterrada y esta vez y ya, por allá, bien enterrada, su presencia no existe; la destrucción fue desde la raíz. Y el Imperio igualmente derrotado. “Cuba territorio libre de América”, “Cuba territorio libre de analfabetismo”, tantas Cubas libre territorio de enfermedades endémicas y abierto a la salud general y hoy dueña Cuba de un pueblo instruido y ansioso de ese salto que nos hará más libres y plenos. Y para darlo, no sé si previniendo su necesidad, Fidel, artífice de aquellas deslumbrantes hazañas nos hizo la advertencia previsora y movilizante de la conciencia el 17 de noviembre del 2005 y desencadeno la Batalla de Ideas, que es hoy la de todo el pueblo.

Si la transformación de la realidad que es la nuestra de hoy, la que hemos construido supone conocerla, no en bloque, no hay realidad en bloque, referirse a ella supone aceptarla en su complejidad y permanente movimiento, y capacidad de sorpresa. Toda acción revolucionante, si socialmente comprensiva es también conmoción y posible desgarre. Sé de Raúl, de su método, y ando seguro de que le acompañan, a él, y a toda la dirección, grupos de trabajo, investigación y estudio que aseguran hasta donde posible la factibilidad de “la descomunal” decisión política, económica, espiritual y ética que supone arrebatar al Estado la apretada presencia física y no física de la Sociedad para que, desestatizada, reaprenda a respirar y a crear. Y al Estado ofrecer la oportunidad de servir a la Sociedad de un modo tan orgánico y eficiente que vaya, en alguna medida (y sin tiempo prefijado) disolviéndose en ella.

Confieso que en este instante debo detenerme porque aprecio que es tema de mucha, larga, delicada reflexión. También porque se me sale el componente libertario de mis concepciones socialistas. ¡Qué maravilloso sería ver el proceso de disolvencia!, como en el cine, acto de magia técnica. Nada propicio en la vida social; ni la técnica ni el planeamiento excesivo le son aplicables. La Sociedad supone urdimbre tan compleja que solo la combinación de la delicadeza y la firmeza le son afines.

Ese Socialismo Renacentista, que tome como uno de sus componentes la Belleza. Lo que no es bello no es socialista; bello moral y por qué no, materialmente. El espíritu humanista que hizo decir más de una vez de un modo u otro a José Martí “patria es humanidad”. Andar por ahí, subtextualmente, en el Fidel que establece en sus escritos más actuales la obligación de todos y, sobre todo, de los que en el mundo en que vivimos pueden influir en los acontecimientos, la obligación de salvar el Planeta y con el Planeta a la especie humana. Este Fidel de humanismo inegoista, de la fraternidad universal, nos da el rasgo esencial del Socialismo del Siglo XXI, su prioridad internacional que, si adoptada, será en su práctica renacer del Humanismo.

Ellos son símbolos, Fidel, Raúl. Todos somos partícipes. Los símbolos movilizan y en sus tareas organizan, fijan plazos, buscan opciones, etcétera. Ellos entregan la lucidez del estadista. Nosotros, cada uno, tenemos que actuar y ser, ser de veras, actuando.

El reto que afrontamos es decisivo. Para sobrevivir creando y para asegurar el camino del Socialismo, afirmar y continuar todo lo ya forjado, y acercarnos cada vez más a ese ideal de fraterna sociedad re-humanizada. Retorno a Carlos Marx y a ustedes, profesores y alumnos, aprecio recordarles un texto que considero fundamental porque nos entrega lo que toda su obra y vida ratifica, la esencialidad ética, humanística, del marxismo. Me refiero a su reflexión-análisis de las formas de producción pre-capitalista cuando aprecia que ese Capitalismo naciente debió aplastar la que precedía, la producción artesanal diferenciada y no-alienante. Ese Capitalismo destructor del hombre productor, sustituido por la máquina de forma dominante encontró síntesis cinematográfico en una imagen del filme de Charles Chaplin Tiempos Modernos que tendría que exhibirse en las clases de filosofía cuando de Marx se trate. Chaplin ha sido uno de sus mejores intérpretes, le dio la imagen y en ella un poder de comprensión y trasmisión sintética, privilegio del Arte.

Esta Revolución nuestra que se revoluciona merece ese Vale la pena si bien se comprende la dimensión histórica que desde ya tiene, como audacia y diseño de futuro. ¿De futuro? De futuro presente. Es este arco multicolor el que define la verdadera Contemporaneidad la que propondría a nuestra intelectualidad. Y digo propongo, y solo propongo. En todo caso no me tomo más allá de la condición de propagador de ideas.

Doy gracias más que sentidas a la Universidad Central de las Villas y a su Claustro en el Día de la Cultura Nacional y en tiempos de revolucionante espíritu revolucionario por detenerse en mi persona en período tan exaltante. Es mucho, demasiado Honor. Gracias.

domingo, 24 de octubre de 2010

¡Chau!

Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.


“Es curioso que esta rápida forma de despedirse tenga relación con a esclavitud. La clave está en la palabra schiavo, que en la antigua Italia era una manera de decir adiós. Algo similar a lo que ocurre en español con servidor, que algunas personas emplean para señalar cortésmente que estan a disposición de otros, tratamiento que subsiste en la fórmula Su seguro servidor, habitual en el cierre de ciertas cartas muy formales. ‘En algunos países europeos se dice servus, siervo, con análogo sentido’. Con el tiempo schiavo quedó abreviado como ciao (ciau, en genovés) y pasò a nuestro paìs como chau, modo informal de despedirse que resume en una sìlaba el ‘hasta pronto’ o ‘hasta la vista’. Chau agrega énfasis al adiós, como sucede cuando un romance o una amistad terminan bruscamente. O liquida una esperanza, como lamenta Cadícamo en ‘Anclao en Paris’: ‘acaso una noche me encane la muerte/y, chau Buenos Aires, no te vuelva a ver’. Los argentinos hemos encontrado también la manera de endulzar las despedidas y cuando queremos que todo resulte más suave nos valemos del chaucito. Un adiós en diminutivo, que expresa junto con la pena el deseo de un reencuentro”.

viernes, 22 de octubre de 2010

Escrito a mano


Sin duda Guillermo Jaim Etcheverry ha sido un personaje polémico, pero eso no impide pensar estas lineas de advertencia, publicadas hace unos meses en Lengua y Libertad, y dignas de una seria reflexion, no sólo para los que frecuentamos las redes sociales.

¿Cuánto hace que no experimentamos el placer de recibir una carta manuscrita en letra cursiva? La caligrafía es una habilidad humana en rápida extinción, porque ya casi no se enseña en las escuelas.
Cuando se emplea una lapicera, en general se lo hace para escribir con letra de imprenta. Stefano Bartezzaghi y María Novella de Luca, periodistas italianos interesados en el tema, se preguntan si la preocupación por el ocaso de la escritura cursiva responde a la nostalgia o constituye una emergencia cultural. Muchos expertos se inclinan por la última alternativa.
En Inglaterra se vuelve a usar la estilográfica para que los estudiantes aprendan la grafía. En Francia también se considera que no se debe prescindir de esa habilidad, pero allí el problema reside en que ya no la dominan ni los maestros.
Aunque el mundo adulto no está aún preparado para recibir las nuevas inteligencias de los niños producto de la tecnología, la pérdida de la habilidad de la escritura cursiva explica trastornos del aprendizaje que advierten los maestros e inciden en el desempeño escolar.
En la escritura cursiva, el hecho de que las letras estén unidas una a la otra por trazos permite que el pensamiento fluya con armonía de la mente a la hoja de papel. Al ligar las letras con la línea, quien escribe vincula los pensamientos traduciéndolos en palabras.
Por su parte, el escribir en letra de imprenta, alternativa que se ha ido imponiendo, implica escindir lo que se piensa en letras, desguazarlo, anular el tiempo de la frase, interrumpir su ritmo y su respiración.
Si bien ya resulta claro que las computadoras son un apéndice de nuestro ser, hay que advertir que favorecen un pensamiento binario, mientras que la escritura a mano es rica, diversa, individual, y nos diferencia a unos de otros.
Habría que educar a los niños desde la infancia en comprender que la escritura responde a su voz interior y representa un ejercicio irrenunciable.
Es ilógico suponer que la tendencia actual se revertirá, pero al menos los sistemas de escritura deberían convivir, precisamente por esa calidad que tiene la grafía de ser un lenguaje del alma que hace únicas a las personas. Su abandono convierte al mensaje en frío, casi descarnado, en oposición a la escritura cursiva, que es vehículo y fuente de emociones al revelar la personalidad, el estado de ánimo.
Posiblemente sea esto lo que los jóvenes temen, y optan por esconderse en la homogeneización que posibilita el recurrir a la letra de imprenta. Porque, como lo destaca Umberto Eco, que interviene activamente en este debate, la escritura cursiva exige componer la frase mentalmente antes de escribirla, requisito que la computadora no sugiere.
En todo caso, la resistencia que ofrecen la pluma y el papel impone una lentitud reflexiva. Muchos escritores, habituados a escribir en un teclado, desearían a veces volver a realizar incisiones en una tableta de arcilla, como los sumerios, para poder pensar con calma. Eco propone que, así como en la era del avión se siguen tripulando barcos a vela, sería auspicioso que los niños aprendieran caligrafía, para educarse en lo bello y para facilitar su desarrollo psicomotor.
Como en tantos otros aspectos de la sociedad actual, surge aquí la centralidad del tiempo. Un artículo reciente en la revista Time, titulado Duelo por la muerte de la escritura a mano, señala que es ése un arte perdido, ya que, aunque los chicos lo aprenden con placer porque lo consideran un rito de pasaje, "nuestro objetivo es expresar el pensamiento lo más rápidamente posible. Hemos abandonado la belleza por la velocidad, la artesanía por la eficiencia. Y, sí -admite su autora, Claire Suddath-, tal vez seamos algo más perezosos. La escritura cursiva parece condenada a seguir el camino del latín: dentro de un tiempo, no la podremos leer". Abriendo una tímida ventana a la individualidad, aún firmamos a mano. Por poco tiempo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Chaco: Prevención contra la Tortura


La criminologa Claudia Cesaroni, autora del libro "La Vida como Castigo", que trata el caso de los adolescentes condenados a cadena perpetua en las cárceles argentinas, valoró como un importante paso adelante que Chaco sea la primera provincia argentina que implementa un Mecanismo local de Prevencion de la Tortura. Reproducimos la informacion original, difundida por el portal ChacoDiapor Dia.com

Funcionarios provinciales y diputados provinciales anunciaron este martes la implementación del Mecanismo de Prevención de la Tortura y otros Tratos y Penas Crueles, Inhumanas y Degradantes, cuya ley marco fue sancionada por unanimidad en diciembre de 2009. A partir del 20 de este mes y hasta el 29 se abrirá la inscripción para la creación del Comité que dedicará a inspeccionar de manera sorpresiva cárceles, alcaidías, orfanatos, entre otros lugares de encierro.
El Presidente de la Legislatura Juan José Bergia consideró que esta medida dará “un puntapié de inicio en lo que es una política de Estado que apunta a prevenir malos tratos a personas privadas de su libertad cuando están detenidas y donde se encaró un trabajo conjunto entre los Poderes Legislativo y quien deberá ponerlo en marcha como es el Poder Ejecutivo”.
Por su parte, el diputado de Proyecto Sur, Carlos Martínez informó que a partir de este miércoles se llamará a inscripción de aspirantes a integrar el Comité que está integrado por nueve miembros, cuatro que forman parte del Estado y cinco serán de la sociedad civil. “Posteriormente de la inscripción de los aspirantes, se procederá al análisis de las personas aspirantes, pasarán por un proceso de preselección, selección final y un dictamen en el mes de diciembre se pondrán a consideración en el Recinto los nombres de las personas seleccionadas para ocupar este lugar dentro del Comité para obtener la aprobación de los legisladores”, explicó.
Martínez resaltó que lo importante de este Comité es que da la posibilidad a sus integrantes para realizar “visitas periódicas o urgentes, sin aviso previo y sin restricciones a todos los centros de detención en la provincia del Chaco, ya sena comisarías, centros de encausados, unidades penales o centros de detención de menores, sin la presencia de agentes del Estado a los detenidos y se podrá tener acceso irrestricto a los expedientes con conocimientos de la autoridad competentes y en consecuencia establecer un registro de personas que hayan padecido tratos crueles o inhumanos”.
El ministro de Gobierno, Juan Manuel Pedrini, celebró la decisión de implementar este tema “cuyo principal impulsor es el Gobernador que incorpora esta iniciativa entre los temas prioritarios que se remitieran a la Legislatura para ser tratadas en sesiones extraordinarias y creo que en este sentido es necesaria una mayor participación de la sociedad civil y control en los centros de detención”.
“Nos falta para mejorar esta situación inaugurar las Cárceles de Sáenz Peña y de Laguna Limpia, para liberar las actuales alcaidías que tenemos, mejorarlas y en un futuro próximo cuando la Policía detiene a una persona, la misma sea entregada a las autoridades del Servicio Penitenciario y que se puedan constituir oficinas de fiscales para evitar el traslado de los presos de las comisarías a los juzgados y tendríamos con estas dos organizaciones y la participación de la sociedad civil dar un paso importante para prevenir cualquier tipo de apremio o tortura en estos centros de detención”, señaló.

domingo, 17 de octubre de 2010

Demoledora carta de "Chicha" Mariani a Ernestina Herrera de Noble


La Plata , 14 de octubre de 2010

A la Directora del Diario Clarín,

Señora Ernestina Herrera de Noble:


He leído en la edición de hoy del diario Clarín, que usted dirige, un artículo sin firma titulado “Caso Herrera Noble, desmienten vínculo de una abuela”.

En ese artículo su medio de comunicación dice que “es cronológicamente imposible que la hija de la directora del diario Clarín, Ernestina Herrera de Noble, tenga algún vínculo identitario con Clara Anahí Mariani Teruggi”. Luego sostiene que “lo cierto es que Clara Anahí Mariani fue secuestrada el 24 de noviembre de 1976 mientras que la guarda de Marcela Noble Herrera fue otorgada por la justicia a la Señora Ernestina Herrera de Noble el 14 de mayo de 1976, es decir 6 meses y 10 días antes del secuestro de Clara”.

Finalmente continúa diciendo que “la imposibilidad es aun mayor si se toma en cuenta que la convivencia entre Marcela Noble Herrera y su madre, Ernestina Herrera de Noble, es anterior a la desaparición de la nieta de la señora Mariani, según surge de la propia documentación oficial y del juzgado federal de San Isidro. En ese expediente consta que el 15 de junio de 1976, el Registro Nacional de las Personas de la Provincia de Buenos Aires otorgó el documento nacional de identidad a Marcela y el 29 de julio de 1976 la Policía Federal expidió su cédula de identidad”.

Quiero decirle que la única manera de comprobar o descartar un vínculo identitario son los análisis genéticos que usted viene obstaculizando desde hace muchos años. Por eso le pido, con todo respeto, que si usted quiere demostrar la inexistencia de tal vínculo, coopere con la Justicia y contribuya a que los análisis de sangre se realicen tal como lo establece la ley, sin que las pruebas sean contaminadas y evitando cualquier tipo de artilugio tendiente a evitar el conocimiento de la verdad.

Tengo 86 años y no quiero morirme sin reencontrarme con mi nieta, y creo que es posible que Marcela y Clara Anahí sean la misma persona. Pero también soy conciente de que tal vez Marcela no sea mi nieta, y que sea la nieta de alguna de las mujeres que me acompañaron desde noviembre de 1977, cuando fundé Abuelas de Plaza de Mayo. En cualquiera de los dos casos, cuando se conozca la verdad, sentiré la satisfacción de que se haya recuperado la identidad y la historia de una joven que aún hoy sigue siendo víctima del daño producido por quienes perpetraron el Plan Sistemático de Robo de Bebés.

Como usted sabe, he pedido a la Justicia que los datos de Marcela sean cruzados con todo el banco de datos. Por un lado, esto es lo que corresponde porque así lo indica la ley, pero además, usted misma admitió en un editorial publicado en Clarín el 12 de enero de 2003 que Marcela y Felipe posiblemente sean hijos de desaparecidos. En esa oportunidad usted escribió: “Me encuentro frente a dos realidades muy diferentes. Primero, el deseo legítimo de las Abuelas de saber si mis hijos fueron arrebatados a detenidos-desaparecidos. Segundo, los abusos del juez Marquevich. Muchas veces he hablado con mis hijos sobre la posibilidad de que ellos y sus padres hayan sido víctimas de la represión ilegal”.

El argumento mediante el cual hoy, en el artículo periodístico del diario a su cargo, se sostiene una supuesta imposibilidad de que Marcela sea mi nieta por existir 6 meses de diferencia, nada dice: hemos comprobado que la emisión de documentación apócrifa y de datos falsos por parte de los funcionarios que servían al poder dictatorial, ha sido una táctica frecuente por quienes robaban bebés de modo sistemático.

En tal sentido, el ex juez Marquevich -que la detuvo a usted en el año 2002 por “falsificación de documentos públicos, inserción de datos falsos y uso de documento público falso” declaró en diciembre pasado que “resulta paradigmático el caso de Herrera de Noble, porque se trata de expedientes de adopción absolutamente falsos desde su inicio hasta su finalización”.

Sólo a modo de ejemplo de la documentación falsa producida con el fin de robar niños, citaré un caso entre los más de 50 niños que recuperamos durante los años que presidí Abuelas de Plaza de Mayo. Paula Logares -nieta de Elsa Pavón, cuya identidad restituimos en 1984, nació en 1976 y fue inscripta por sus apropiadores como nacida en 1978, es decir que en este caso, la supuesta “imposibilidad cronológica” que hoy se menciona en su diario, era de dos años, es decir, mucho mayor a seis meses.

Por todo eso le pido que en vez de utilizar los falsos datos producidos por la dictadura, permita que Marcela se realice los exámenes científicos que la ley indica para que se sepa de una vez y para siempre quién es esa joven. Al igual que yo, muchas otras mujeres están sufriendo desde hace 34 años buscando que se sepa la verdad.

Atentamente,

María Isabel Chorobick de Mariani

DNI Nº 8.319.665

Cabeza de turco


Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.


"Al promediar el siglo XVII, y durante largo tiempo, la moda de lo turco se apoderó de buena parte de Europa. El café a la turca, los divanes (llamados otomanas en Occidente), las pinturas con sultanes y odaliscas invadieron los salones. Personajes de ese origen eran presencia habitual en las farsas, como ocurre en algunas de las que escribió Moliere. También los vieneses se dejaron ganar por esa influencia y crearon una masa cuya forma imita el símbolo de Turquía y que hasta hoy se llama medialuna (croissant, en francés); una manera algo burlona de celebrar un triunfo sobre los otomanos a las puertas de Viena (en la ilustración del post, escena de la batalla). La expresión “ser cabeza de turco” (servir de tête de turc) nació en Francia y pronto se difundió en España y América. Proviene de las ferias de diversiones y se debe a los juegos de tiro al muñeco. En ellos nunca faltaba alguna vestido de turco: quien lo descabezaba o le volteaba el fez rojo ganaba un premio. Hoy, hacer de alguien la cabeza de turco es endilgarle la culpa de otros. Una cabeza fácil de arrancar y que siempre viene bien para no perder la propia".

jueves, 14 de octubre de 2010

Mineros: luchando por la vida, respirando la muerte


Pasados 30 minutos de este jueves 14 de octubre todos festejamos el rescate de los 33 mineros enterrados por la avaricia de un régimen que basa su riqueza en la explotación. Mi amigo Fran me dice que denuncie como viven, y mueren esos héroes anónimos. Informan, pocos, que uno de los rescatados es albañil y fue a la mina por el doble de su salario (entonces de 200 dólares mensuales, al momento del “accidente” de 400, poco menos que 1.600 pesos argentinos) y uno de ellos tiene silicosis; que el último en salir por decision propia y con su puño izquierdo en alto, es su lider indiscutido, "el capitan" Luís Urzúa, hijo de un comunista asesinado por la dictadura de Pinochet –a la que todavía elogia Piñera—y cuyo padrastro socialista siguió la misma suerte. Y no puedo evitarlo, pienso en otro octubre, el de 1982, cuando escribí estas notas luego de una semana de convivir con hombres y mujeres muy parecidos a ellos, en el campamento de la legendaria mina de Siglo XX en Bolivia, donde en La Paz fui invitado a la asunción de la frustrada esperanza de Hernán Siles Suazo. Entonces, como ahora, 28 años después, alegría y orgullo mezclado con rabia e impotencia, me dictaron este relato, cuyas páginas –ya amarillentas en mis manos—comparto.

Hay que conocer un campamento minero para descubrir cuánto pueden extremarse los sufrimientos del hombre.

La pobreza en las minas tiene su propio cortejo en medio de una naturaleza vestida de gris, envenenada por el mineral que contamina el vientre de la montaña, barrida por un frío que a veces supera los 14 grados bajo cero.

Allí, a cuatro o cinco mil metros de altura, la riqueza del mineral se transforma en muerte y miseria; en ese frío, en el regazo de la montaña, donde ni la cizaña se atreve, trabajan los mineros.

Desde Oruro, no sin mucho de emoción llegamos a Siglo XX, el legendario escenario de mil y un combates mineros, el de las masacres que se remontan a principios de siglo y continúan como un hilo rojo en el 65, en el 67, en el 71.

Siglo XX, el sindicato, los mineros que dinamita en mano enfrentaron a ejércitos bien armados y desde el socavón de la mina amasaron la derrota de tantas dictaduras.

Siglo XX se llamó una de las principales vetas explotadas por la “Compañía Estañífera de Llallagua” y luego por la “Patiño”, propiedad de Simón Patiño, quizá el más tenebroso de los “barones” del estaño. El nombre lo han hecho suyo el campamento de viviendas que se formó alrededor de la mina, vecino a la población de Llallagua, y el sindicato de mineros fundado en 1941, en el que se agrupan 3.000 de los trabajadores de la empresa Minera Catavi, hoy parte de la minería nacionalizada.

El campamento está alineado con la simetría de una prisión; allí viven hombres que muchas veces son bachilleres, en su mayoría mineros de segunda generación, hijos de los campesinos pauperizados que se volcaron a las minas en busca de trabajo.

Obreros con los cuales en el mismo socavón de la mina hablamos, de igual a igual, de lucha y de esperanza, de plusvalía y explotación, de liberación y socialismo. Obreros que difícilmente superan el promedio de vida de 40 años que alcanzan los mineros, quienes a los 31 ya son viejos.

Paramos en la casa de Emil Balcázar, “Ruli”, dirigente de la Juventud Comunista, ex-secretario del Sindicato Mixto (obreros y empleados) de Siglo XX, apenas 32 años y veterano de la resistencia al golpe del narcotráfico. Varias veces golpeado y torturado, celosamente cuidado por sus compañeros y recientemente reincorporado a la mina. Ruli, siempre con una sonrisa en el rostro cansado, animoso y combativo, del que el general García Meza dijo que iba a “ajustar cuentas personalmente”.

Su vivienda no difiere mucho de las demás. Dos minúsculos cuartos donde debe apiñarse con sus dos niñas –muchos mineros tienen cinco o más hijos--, su esposa y su cuñada.

Las paredes están semidestruidas, y si llueve el agua se filtra provocadora. En uno de los cuartos el calentador y el fuentón para lavarse. El agua hay que buscarla afuera, cuando hay…Los baños, compartidos y colectivos, están muchos metros fuera de la casa; la luz eléctrica tiene horario fijo: de 17 a 7 horas.

En estas condiciones viven y “descansan” los trabajadores para bajar al socavón, frío y humedecido por el goteo constante de un liquido amarillento y maloliente

–“copajira”, le llaman—que quema la ropa del minero y cala hasta los huesos.

En esa oscuridad trabajan “las veinticuatro” (horas) en los tres turnos rotativos de ocho horas a los que ellos llaman “puntas” (la primera “punta” es de 6 a 14, la segunda de 14 a 22 y la tercera de 22 a 6).

“¿Es justo vivir y trabajar así? ¿Te parece que se puede aguantar?”. Estamos en las galerías más profundas y no hace falta preguntarles mucho para que el drama --y no es exagerar—se dibuje crudamente.

Ningún trabajador de block –el núcleo del sistema obsoleto que tiene Siglo XX y que ya no se aplica en casi ningún lugar del mundo—puede aguantar más de cinco años el infernal ritmo de un turno de ocho horas, en el que hay que colocar una carga de dinamita cada tres minutos.

Cinco años, también, es el tiempo que normalmente tarda en manifestarse en un grado peligroso el temido “mal de minas”, la enfermedad profesional que mensualmente mata a tantos mineros en los hospitales. Pero, ¿qué es el mal de minas? “Las partículas de sílice –nos cuenta Ruli—están en al aire van matando los pulmones, los van petrificando hasta que ya no pueden cumplir su función. Todos los mineros tenemos esa enfermedad, combinada con al tuberculosis”. Es la silicosis.

Claro, son años de respirar en los túneles donde las partículas de sílice crean una saturación superior al 46%. Son años de mala alimentación miseria, de poca y ninguna seguridad en el trabajo, de insuficientes y muchas veces inútiles equipos de prevención, como las mascarillas que nadie usa. Son muy jóvenes pero se los ve demacrados, con fatiga constante. El rostro se les va marcando con un tinte morado y es que el veneno ya está firmemente incrustado en los pulmones. La mujer del minero sabe que cuando su compañero empieza a toser el fin está cerca y la muerte es horrible: asfixia.

Este es el destino de la mayoría. Incluso de los que después de muchos años de tremendo trabajo buscan reintegrarse a la sociedad y no alcanzan a completar el trámite jubilatorio antes de caer fulminados. “Y todo por 45 peso diarios”, nos dicen, casi no gritan en la mina, donde se están realizando asambleas por sección para discutir el salario y el desabastecimiento de pan, carne y demás productos.

Para conseguir un poco de carne, pan, arroz y azúcar, muchas veces el marido y su esposa deben turnarse en las colas que arrancan desde la noche anterior frente a la pulpería. Estos productos, que ahora escasean y a veces no llegan a los trabajadores, son parte de una conquista arrancada por años de lucha y que no pudo se barrida ni por las más brutales dictaduras: una parte del salario se paga en especies, a un precio congelado, y garantiza una porción del ingreso real.

Sin embargo, un minero tiene un jornal básico promedio de 40 o 45 pesos por jornada, cuando un tarro de leche cuesta 180, una arroba –aproximadamente 12 kilos—de papa 750 pesos, y un diario 20 o 25. La dosis diaria de pastillas para la tuberculosis llega a 500 pesos.

Sólo el salario en especie garantiza la subsistencia de los mineros. Sus necesidades se calculan en 40.000 pesos mensuales, pero el ingreso apenas supera los 6.500, incluyendo beneficios extras, premios y las boletas de las pulpería. Poco más de 30 dólares.

Estas son las condiciones de vida de los trabajadores que a lo largo de este siglo han producido miles de toneladas de estaño, incalculables riquezas que para ellos siempre fueron sinónimo de dolor, desesperación y muerte. En esas condiciones ha crecido una combativa tradición que arranca de los albores de la lucha proletaria en Bolivia.

No es casual. El reconocido papel de vanguardia de los trabajadores mineros de Siglo XX tiene una base objetiva. En total la Catavi enrola a más de 5.000 trabajadores, agrupados en dos sindicatos –Siglo XX y Catavi—por razones productivas. Representan la más importante concentración obrera del país en una sola empresa. Son los principales productores de la exportación fundamental del país, el estaño; y finalmente, forman parte de un gran complejo industrial que los habitúa a la disciplina y la organización.

Aparte de los obreros regulares, muchas veces en condiciones aún más difíciles, está un conglomerado de casi 5.000 trabajadores “subsidiarios”, agrupados en los sindicatos “20 de octubre” –de locatarios y veneristas—y Canaleta Lamas. Los locatarios, surgidos principalmente de los desocupados y cesantes, no están sometidos a al disciplina de los regulares pero tampoco cuentan con muchas de sus conquistas sociales. La empresa no invierte un solo centavo, compra el material y se libera de cualquier responsabilidad con quienes lo extraen. Trabajan en condiciones tremendas, con medios ya superados y en mal estado, barreno, pala y picos manuales, y operan dentro de parajes abandonados, estrechos y semiderruidos donde la muerte ronda a cada instante. Si es en el cerro, en lugares donde el derrumbe es común, llevando al fondo de las galerías toneladas de roca confundidas con sus víctimas.

Este sector súper explotado de los trabajadores subsidiarios ha marchado siempre con los mineros regulares, los más conscientes y organizados, política y sindicalmente. Es característica –en efecto—la politización, vinvulada a la acción de los principales partidos bolivianos, y particularmente la fuerza e influencia del Partido Comunista; su alto grado de sindicalización.

En el Sindicato, las elecciones se realizan anualmente por voto secreto: cuentan con el cuerpo de delegados, especie de parlamento consultivo integrado por representantes por sección, hasta la máxima instancia de discusión y consulta que es la asamblea general, que se realiza en las puertas del sindicato y en la que la participación llega al 100% e los afiliados.

La heroica tradición de la resistencia minera, se prolongó en base a la unidad y la acción en lucha por el salario y contra la dictadura en los años de García Meza y aportó a la huelga general que terminó con el fascismo narcotraficante.

Hoy, vigilantes, los mineros tienen “esperanza en que el nuevo gobierno va a tomar las medidas por las que venimos luchando, que emprenderá los cambios populares y antiimperialistas”. El que vuele a hablar es Ruli. Estamos en el “block”, a 650 metros debajo de la cima de la montaña, alumbrados sólo por las lámparas de los cascos. De testigo está el “tío” de la mina, el presunto “custodio” de lo que pasa, inmensa figura tallada que se repite en las innumerables galerías.

“Está claro que así no podemos ni queremos seguir viviendo. A esto nos condenó e imperialismo, la burguesía y las clases dominantes, pero no va más. No hay soluciones ‘para todos’ como dicen algunos. Hay que aplicar el programa de la UDP (Unión Democrática y Popular). Las soluciones tienen que ser a favor de unos –los más, los que hemos sufrido siempre la explotación—y en desmedro de otros, los menos, las clases que hasta ahora dominantes en Bolivia”, dice con cierto desafío en la voz Ruli. Que así sea.

domingo, 10 de octubre de 2010

Aquí hay gato encerrado

Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.

“Forma muy común de expresar desconfianza ante cualquier asunto que no aparece del todo claro. Su protagonista no es el simpático felino que conocemos también como minino o micifuz. En el Siglo de Oro español, se llamaba gato al ladrón, nombre que evoca muy bien el sigilo y los movimientos ágiles y furtivos de los profesionales de ese oficio. Entre nosotros también, como explica José Gobello, el gato es un ladrón: ‘Aquel que se desliza en los comercios sin ser advertido y aguarda la hora propicia para cometer el robo’. Tiempo atrás los bolsos y talegos se hacían con la piel de estos animales, de modo que, en la jerga de los delincuentes, gato es el sitio en el que un individuo oculta el dinero que lleva encima y, por extensión, el dinero mismo. La frase hoy se ha generalizado y se aplica a modos de actuar que nos resultan altamente sospechosos. Las razones escondidas, los manejos secretos al servicio de causas no muy transparentes, despiertan la inquietud de que la malicia o el fraude estén a punto de dar el zarpazo. De que en algún escondrijo y, entre sombras, el gato del engaño, esté relamiéndose los bigotes”.

viernes, 8 de octubre de 2010

Servicio Cívico Voluntario: el proyecto no positivo de Cobos

Los amigos, por suerte, invaden el blog. El periodista, para simplificar ese universo de facetas que abarca, Oscar Taffetani escribiò para su querida Agencia de Noticias Pelota de Trapo (APe) esta esclarecedora nota sobre el deplorable proyecto de Servicio Cívico Voluntario.

David Viñas -ensayista, novelista, dramaturgo- destacó alguna vez la paradoja, muy argentina, de que la Ley Riccheri de Servicio Militar Obligatorio, sancionada en 1901, preceda en más de una década a la Ley Sáenz Peña de sufragio universal. “O sea -apuntaba el profesor- que aquellos jóvenes veinteañeros reclutados para servir a la patria y morir por ella, no estaban habilitados para elegir a sus gobernantes”. Incoherencias de este tipo se repiten a lo largo de nuestra historia, hasta llegar a este curioso (y filantrópico) presente en el que un niño de 14 o 16 años, preferentemente pobre, puede ser considerado imputable para la Justicia y a la vez ser impedido de tener un empleo, puesto que el trabajo -en palabras de Martín Fierro, Carlos Gardel y la OIT- es cosa de hombres.

Las maniobras militares de 1898 en Curamalán, cuando ya el ejército roquista había reclutado a jóvenes criollos para una hipotética guerra con Chile, costaron un número indeterminado de muertos, que fueron sepultados como NN bajo un montículo de piedra. “¡Ni una cruz, ni el más modesto monumento -leemos en un libro de la época- recuerda los nombres de estos humildes servidores de la patria que descansan en la soledad de la montaña!”.

Los conscriptos muertos en las maniobras navales de 1914 tuvieron más suerte. Los sepultaron también como NN, pero en el cementerio de Martín García (a diferencia de los hijos de Sayhueque y de Pincén, cuyos cuerpos “apestados” eran arrojados al río por los enfermeros del lazareto).

Una interminable serie de muertes inútiles e injustas, que pasa por la represión a las huelgas y manifestaciones obreras, por los enfrentamientos entre azules y colorados de los ’60 y por la obediencia criminal debida en los años del Proceso, finalizando con el asesinato del conscripto Carrasco en 1994, jalona la peor historia del servicio militar argentino, como una contracara oscura de sacrificios heroicos que sin duda existieron, durante las guerras de la independencia nacional o en la última defensa de las Malvinas.

Entrado este siglo, cuando el servicio militar obligatorio se halla suspendido (después del crimen de Carrasco) y cuando algunas instalaciones militares se han vendido para construir shoppings, el Ejército sigue buscando, entre neodoctrinas de seguridad y acechanzas, un nuevo papel y un destino.

Hacemos esta referencia a propósito de un proyecto de ley de Servicio Cívico Voluntario que ya ha sido aprobado en la cámara alta y que agitará las aguas políticas y legislativas en las semanas que vienen.

Vigilar y castigar… a los pobres

El proyecto de marras lleva las firmas de Ernesto Sanz y Laura Montero (UCR, Mendoza), Adolfo Rodríguez Saá (PJ, San Luis) y José Pampuro (FpV, Buenos Aires). Ganó la votación en el Senado por 33 a 31, con las abstenciones de Norma Morandini y Eugenia Estenssoro y las ausencias poco claras del citado Pampuro, de Roxana Latorre y de Rubén Giustiniani, entre otros.

¿De qué se trata? El SeCiVo es un programa de capacitación en oficios para jóvenes de entre 14 y 24 años “que se encuentren en situación de riesgo”. Los jóvenes, a cambio de la inscripción contarán con una beca equivalente a tres asignaciones universales y recibirán una formación homologable a los estudios primarios y secundarios que brindan las escuelas del país. ¿Dónde se realizaría la capacitación? En cuarteles y unidades militares ociosas, en todo el territorio nacional.

El antecedente (no exitoso) del proyecto fue la experiencia del ingeniero Julio Cobos cuando era gobernador de Mendoza, en 2004. Allí, en sólo dos años, el programa de Servicio Cívico provincial obtuvo una deserción (perdónese la ironía) de un 50 por ciento. Según el informe elevado a sus superiores por el comandante de la VIII Brigada de Montaña, general Julio Pelagatti, entre 2005 y 2008 ingresaron al programa 816 jóvenes, terminando los cursos 409. “Falta de adaptación a las normas de convivencia, inasistencia provocada por la demanda de muchas horas de presencia en el cuartel e insatisfacción de los alumnos” fueron algunas de las desalentadoras observaciones que hizo Pelagatti.

El proyecto “made in Cobos” fue tratado en las comisiones de Justicia, de Asuntos Penales y de Seguridad Interior y Narcotráfico del Senado de la Nación. Curiosamente, nunca fue enviado a la Comisión de Educación (lo que revela que la situación de los pibes fue encarada como un asunto de Seguridad, antes que como un problema social).

Voces de rechazo se alzaron desde el arco del oficialismo (los ministros nacionales Alicia Kirchner, Nilda Garré, Florencio Randazzo y Alberto Sileoni; los legisladores Miguel Pichetto y Blanca Osuna; el gobernador Daniel Sciol, y otros), pero también desde los altos mandos militares y desde el campo educativo (“¿para qué consagra la Constitución la obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza primaria y secundaria, si después van a mandar a los chicos pobres a los cuarteles?”, escribió un joven educador en un post de una red social).

Corre, limpia, barre

“Sus estudios secundarios -dice el curriculum vitae del ingeniero Cobos- los realizó en el Liceo Militar”. Hay allí una clave. ¿Por qué debía pasar por el Liceo Militar un joven mendocino que quería estudiar Ingeniería Civil? No lo sabemos. No obstante, arriesgamos algunas respuestas: Porque en el Liceo se da una formación muy completa. Porque en el Liceo no entra la política. Porque en el Liceo se forman jóvenes derechos y humanos.

¿Y por qué mandar a los pibes a los cuarteles? Respuestas no autorizadas del ingeniero Julio Cleto Cobos: Porque el colimba corre, limpia y barre. Porque en los cuarteles es más fácil mantener la disciplina. Porque ¡ya le vamos a bajar los humos a ese mocoso!. Porque el soldado no piensa, obedece. Porque ahí van a aprender a respetar a la autoridad. El hombre se hace desde los cimientos. Un hombre se construye como una pared. Una pared es lo mejor para la infancia. Esos pibes, a la corta o la larga, deberán optar: la pared o el paredón.

No es necesario contar con un escáner cerebral para saber qué clase de pensamiento “vigilado y castigado” anida en las mentes de ciertos ingenieros.

jueves, 7 de octubre de 2010

¿Por qué la oposición política no puede unificarse?

Julio Godio, sociólogo y amigo, Director del Instituto Mundo del Trabajo, responde a la difícil pregunta con su solidez habitual.

La pregunta se plantea en diversos segmentos sociopolíticos de la sociedad argentina. Como es lógico, el interrogante suscita fuertes preocupaciones en el heterogéneo campo sociopolítico de los partidos y grandes organizaciones empresarias críticas del gobierno. También suscita entusiasmo en el campo sociopolítico kirchnerista, que confía en que la división de la oposición facilitaría el triunfo electoral del FPV-PJ y sus aliados en 2011.

Sin embargo, como diría Gramsci, las preocupaciones o el entusiasmo suelen ser respuestas generadas desde el "sentido común", no desde el "buen sentido". En efecto, el "buen sentido" nos remite a una explicación más profunda: la oposición todavía no puede unirse porque es la suma de fuerzas políticas que se derrumbaron producto de la crisis global (económica, social, política y cultural) generada en diciembre de 2001. En forma directa, esa crisis arrastró al descrédito y a la división de los partidos de la Alianza, y ahondó la descomposición del menemismo. Entre los damnificados también estuvo el PJ, reorganizado precariamente alrededor del duhaldismo y la Liga de Gobernadores.

La rapidez de Duhalde y el ex-presidente Alfonsín para reorganizar una especie de gobierno de emergencia compartido dio sustento al desvencijado PJ y permitió la instalación de un nuevo gobierno, preservando la democracia política. La sociedad argentina, si bien se movilizó, aspiraba a que la crisis se resolviera con nuevas elecciones, y sobre esta base se edificó una especie de gobierno "parlamentario", base de apoyo del duhaldismo.

La convocatoria a elecciones presidenciales en abril de 2002 abrió el cauce para restablecer el funcionamiento de los tres poderes del Estado. Pero pronto se observó que todas las fuerzas comprometidas con el colapso del sistema vagaban en la escena política como sonámbulas, sin capacidad de generar una alternativa que respondiera al reclamo popular: salir del neoliberalismo y pasar a aplicar desde el Estado una política nacionalista industrialista y redistributiva capaz de colocar en el centro la producción y el trabajo.

La mayoría de las fuerzas políticas no-peronistas aparecían como "retazos del pasado": radicales, frepasistas, menemistas y el propio duhaldismo, no atinaban a entender qué les había sucedido en diciembre de 2001. Es en este contexto de crisis de los partidos que emerge con ímpetu el peronismo kirchnerista: en enero de 2003, Kirchner sólo alcanzaba el 7% de intención de votos.

Las políticas económicas de Duhalde y Lavagna se fueron deslizando hacia el neodesarrollismo. Debe recordarse que este viraje dentro del duhaldismo aparece como afín a procesos similares anti-neoliberales en varios países de la región, entre ellos Brasil y Venezuela, para entonces.

Las elecciones presidenciales de segunda vuelta, de haberse presentado Menem, habrían culminado en un triunfo aplastante del kirchnerismo, no menor al 60% de los votos. El kirchnerismo se había apropiado del "buen sentido", lo que le permitió expresar políticamente el deseo profundo de la sociedad de cambiar el modelo económico-social. Con el kirchnerismo comienza en 2003 una "revolución desde arriba", es decir, un proceso de transformaciones con una fuerte impronta institucional "decisionista".

El kirchnerismo no declamó el cambio: se puso a la cabeza de las demandas populares en materia de derechos humanos, restablecimiento de los acuerdos tripartitos entre sindicatos (CGT), organizaciones empresarias (UIA) y Estado, puso en marcha a las empresas recuperando rápidamente los niveles de empleo, se mejoraron las jubilaciones y pensiones, se extendió el régimen de subsidios al desempleo y mejoró sustancialmente el gasto para educación y salud. El empleo fue considerado una variable fundamental del nuevo modelo económico, lo que se reforzó por la mejora en los precios de explotación de los commodities.

La "revolución desde arriba" fue encontrando formas de implantación en la sociedad. Entre estas formas se destacan los logros a través del sistema político-electoral (triunfos electorales en 2003, 2005 y 2007) y a través de las movilizaciones de apoyo de los sindicatos (incluido un sector de la CTA) y los movimientos sociales. Como hemos dicho, en 2007 el peronismo-kirchnerismo ganó las elecciones presidenciales con el 45% de los votos, llevando a la presidencia a Cristina Fernández de Kirchner.

El papel de la llamada "oposición política" al kirchnerismo fue lamentable en esos años. No podía reaccionar frente a las sucesivas iniciativas progresistas de los gobiernos kirchneristas. Agravaba la situación de desconcierto de la oposición el hecho de que no operaban desde partidos políticos, sino a través de resistencias de caudillos aislados. Con ese método era muy difícil atenuar las rispideces internas en un campo opositor en el que confluían corrientes ideológicas derrotadas históricamente: conservador-peronistas, radical-sociales, progresistas liberales al estilo de Carrió, etc.

La Iglesia Católica, desconcertada, sólo atinaba a declamar su poco creíble pesar por la pobreza, pero alentaba a resistir incipientes iniciativas en materia de aborto, matrimonio igualitario, etc., temas que se plantearían en la agenda desde 2008. Pero quien mostraba ya sus preocupaciones era la "derecha económica", que no veía con buenos ojos (desde un sector de la UIA, desde la Asociación de Bancos Argentinos, la Sociedad Rural y la Asociación de Empresas Argentinas) la institucionalización del rol de los sindicatos. Al mismo tiempo, alertaba sobre un supuesto peligro de "chavismo" en Argentina.

La derecha económica logró unirse, y se planteó crear una situación de "dualidad de poderes" y "guerra de posiciones" para frenar y desgastar al kirchnerismo. Comenzó en 2008 con la disputa por la Resolución 125, y le siguió la derrota electoral del gobierno en 2009. La resistencia al kirchnerismo fue asumida como una tarea de largo plazo por los principales medios de comunicación concentrados y los escuálidos partidos de la oposición.

La derecha económica, con el apoyo de los grandes medios de comunicación, salió a la superficie en 2008 y alertó a los partidos de la oposición que no tendrían destino dentro de la "guerra de posiciones" sino se plegaban a las operaciones mediáticas antikirchneristas y lograban constituir una oposición política "paralizante" desde el Congreso Nacional. Pero el gobierno mantuvo la iniciativa política y profundizó su rumbo con la estatización del sistema de jubilaciones, la nacionalización de Aerolíneas Argentinas, la sanción de la ley de ingreso universal por hijo, etc.

La derecha política tiende a las divisiones y está retrasada frente a la oposición convergente del gran capital concentrado. Pero especula con que nuevos cimbronazos políticos puedan llevarla al poder, en un contexto de inestabilidad institucional y desmoralización de la sociedad civil. Pero no puede escapar a la ley histórica que enseña que los "retazos" de la historia nunca pueden convertirse en una nueva hegemonía política democrática.

El kirchnerismo, por el contrario, sigue representando políticamente a la línea de fuerza nacionalista-industrialista surgida con la "revolución desde arriba". Sin embargo, para ser flexible tácticamente (agrupando mayorías), necesita construir rápidamente un centro de convergencia político-social "oficialista" capaz de frenar a la derecha económica y demostrar una vez más el anacronismo histórico de la oposición política.