Las 300 personas más ricas en la tierra tienen más riqueza que los 3.000 millones más pobres, casi la mitad de la población de mundo, según un informe de Al Jazzera, publicado por los amigos del nuevo portal de noticias Meridiano Actual.
La crisis del capital, el crecimiento del Movimiento Occupy y el desplome del Sur de Europa han traído a la conciencia de los grandes medios occidentales el problema de la desigualdad del ingreso por primera vez en muchas décadas.
Ahora todo el mundo habla de cómo el 1 por ciento más rico captura una parte tan desproporcionada de la riqueza de sus respectivos países. Aunque esta información no es nueva, todavía asusta.
El dato alarmante señala que las 300 personas más ricas en la tierra tienen más riqueza que los 3.000 millones más pobres, casi la mitad de la población de mundo.
Esos números hacen una comparación clara y memorable, pero la verdad es que la situación es incluso peor: las 200 personas más ricas tienen cerca de 2,7 billones (millones de millones) de dólares, mucho más que los 3.500 millones de gente más pobre, que reúnen solamente 2,2 billones. Es muy difícil atrapar las mentes con tales figuras extremas.
Lo preocupante es que progresivamente la situación está empeorando. Un reciente informe de Oxfam muestra que “el 1 por ciento más rico incrementó sus ingresos en 60 por ciento en los últimos 20 años, con la crisis financiera acelerando el proceso en vez de frenarlo, mientras los ingresos del 0,01% superior obtuvieron incluso mayor crecimiento.
Un vídeo de Al Jazeera muestra cómo opera entre los países esta creciente disparidad. Durante el período colonial, la brecha entre los países ricos y pobres aumentó de 3,1 a 35,1, en parte por tanta riqueza extraída del sur global por las potencias europeas bajo la forma de recursos naturales y mano de obra. Desde entonces, esa brecha llega a casi 80.1. ¿Cómo esto ha sido posible?
Flujos de capital de pobre a los ricos
La brecha está creciendo en parte debido a las políticas económicas neoliberales que las instituciones internacionales, como el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), han impuesto en las últimas décadas a los países en vías de desarrollo.
Estas políticas están diseñadas para liberalizar los mercados a la fuerza, abriéndolos a fin de dar a las multinacionales un acceso sin precedentes a tierra, recursos naturales y mano de obra baratos.
Pero a un precio muy alto: que los países pobres pierdan alrededor de 500.000 millones de dólares por año de su PIB, según el economista Robert Pollin de la Universidad de Massachusetts.
Como resultado se ve un claro flujo neto de riqueza desde lugares pobres a zonas donde abunda.Es así como el Sur Global bombea hacia el Norte Global a un costo devastador.
Pocas personas saben sobre este sifoneo constante de riqueza. Una de las razones de esto es que el discurso sobre la ayuda ocupa demasiado espacio. Considerando la enorme publicidad capturada por Jeffrey Sachs y las Metas de Desarrollo del Milenio, o Bono y Bob Geldof, o aún las grandes caridades tales como Save the Children, Christian Aid y Action Aid.
Los gobiernos de países ricos celebran constantemente cuánto pasan en ayuda a los países en vías de desarrollo, y las sociedades multinacionales salpican las credenciales de la CSR (sigla en inglés de Responsabilidad Social Corporativa) a través de informes anuales y líneas de productos sin que ningunas de ellas confiese cuánto saca fuera de los países pobres (en vías de desarrollo).
El vídeo destaca el hecho que los desembolsos de esa ayuda de ricos a pobres palidecen con respecto a la cantidad de capital que fluye en la otra dirección. La evasión fiscal por sí sola representa más de 900 mil millones de dólares al año y es dinero que las corporaciones roban a los países pobres y esconden en paraísos fiscales (o más exactamente, países gobernados por ladrones), de los cuales la ciudad de Londres es el centro mundial.
Los pagos de servicio de la deuda por alrededor de 600 mil millones de dólares al año, que muchos países pagaron con interés compuesto por préstamos ilegítimos acumulados por dictadores largamente ya depuestos. Ambos flujos pueden entenderse como transfusiones directas de dinero en efectivo de los pobres a los ricos.
Los pagos de servicio de la deuda por alrededor de 600 mil millones de dólares al año, que muchos países pagaron con interés compuesto por préstamos ilegítimos acumulados por dictadores largamente ya depuestos. Ambos flujos pueden entenderse como transfusiones directas de dinero en efectivo de los pobres a los ricos.
Estas son las razones fundamentales de la pobreza y la desigualdad. Estos son los problemas que hay que abordar.
Fuente:
*) El Dr. Jason Hickel, PhD en antropología de la Universidad de Virginia 2011, es co-editor del libro Ekhaya: The Politics of Home in KwaZulu-Natal, South Africa, y contribuye a la crítica y al análisis políticos en publicaciones como Le Monde Diplomatique, Monthly Review y The Africa Report. En enero 2013 dictó conferencias en la London School of Economics, es consejero de la ONG The Rules (Las Reglas) y actualmente trabaja en un libro titulado The Development Delusion: Why Aid Misses the Point about Poverty (La Desilusión del Desarrollo: ¿Por qué la ayuda pierde el sentido de la pobreza).
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