Hoy, 16 de agosto, se cumplen cinco años de
la muerte de mi amigo Juan Carlos “Cacho” Scarpati, militante de la Resistencia, miembro de
las Fuerzas Armadas Peronistas, oficial mayor de Montoneros, quien murió a los
68 años, el 16 de agosto de en 2008.
Luego de años en los que quizá no hubiéramos cruzado
precisamente palabras, lo conocí con la vuelta de la democracia en 1984 y me
tocó compartir con él –como representante de mi partido—los primeros pasos del Peronismo
26 de Julio, organización que fundó en 1985 y donde aún se lo cita como su secretario
general”, y que apoya decididamente el actual proceso nacional y popular.
“Cacho” fue secuestrado el 28 de abril de
1977, luego de recibir ocho balazos, incluidos dos en la cabeza que le hicieron
perder el conocimiento mientras lo trasladaban a Campo de Mayo. Durante veinte
días en estado de coma, cuadro que no impidió interrogarlo, fue asistido por
una cautiva que se negó a quitarle la vida.
El destino unánime de quienes caían en manos del general Riveros era “el traslado”: subían a 40 o 50
cautivos adormecidos a un camión, que los llevaba hasta la cabecera de la pista
del Batallón de Aviación 601, donde los embarcaban en aviones con destino a
alta mar. Antes les sacaban la ropa y la quemaban.
Cacho comenzó a planificar la fuga. El 17 de septiembre,
en La Plata, donde un compañero había sugerido que el “Loco César” podía marcar
una emisora de Radio Liberación, aprovechó un descuido, redujo a un guardia y
escapó. Recuperó a su hija y a los tres meses logró salir a Brasil.
En 1979 hizo su primera denuncia pública desde España
ante la Comisión Argentina de Derechos Humanos, la Cadhu.
El 24 de marzo de 2006 habló en Campo de Mayo. “No se
entiende la saña y las desapariciones sin la historia previa”, dijo, y enumeró:
bombardeos de Plaza de Mayo, secuestro del cadáver de Evita, secuestro y
desaparición de Felipe Vallese, fusilamientos en José León Suárez, en la cárcel
de Las Heras, en Campo de Mayo y en Lanús; presos del Conintes, traición de
Frondizi, cárcel “por querer traer a Perón”. “Hoy todo el mundo reivindica la
lucha de los ’70, pero algunos no estuvieron”, advirtió, y reclamó “que cada
agrupación levante a los caídos con su identidad política”. Eso hago Cacho,
como nos juramentamos alguna vez. Mi abrazo eterno y Hasta la Victoria Siempre.
CACHO Y ESA COMPAÑERA QUE LO AYUDÓ A SOBREVIVIR EN EL CAMPO SON EL MEJOR EJEMPLO DE LO QUE TANTO INSISTIMOS, AÚN EN EL MAS TERRIBLE MOMENTO, LOS Y LAS COMPAS PUDIERON HACER LA DIFERENCIA. CACHO SCARPATI ES UNO DE LOS HOMBRES QUE HUBIÉSEMOS QUERIDO CONOCER, PERO NO LLEGAMOS. HASTA SIEMPRE, COMPAÑERO.
ResponderEliminarComparto totalmente. Y no me cabe duda que hoy, que quizá no es tiempo de "acciones heroicas", salvo el heroísmo cotidiano de construír una patria mejor, son LOS COMPAÑEROS Y LAS COMPAÑERAS, la militancia la que hace la diferencia. Espero que se entienda antes que sea tarde, nuevamente.
ResponderEliminar