"El arte de nuestros enemigos es
desmoralizar, entristecer a los pueblos.
Los pueblos deprimidos no vencen.
Por eso venimos a combatir por
el país alegremente.
Nada grande se puede hacer con la
tristeza."
ARTURO JAURETCHE
Hay en el Frente para la Victoria (FpV)
quienes creen que todo está resuelto y que las elecciones presidenciales de
octubre están ganadas.
Los hay también quienes anteponen impecables
análisis “de clase”, o secundarias (al menos hoy) cuentas pendientes, para no
acompañar la decisión de impulsar a Daniel Scioli/Carlos Zannini como fórmula presidencial,
avalada por más de 8.7 millones de votos.
Ambas posturas ponen en serio riesgo un
triunfo del FpV en octubre, y de esa
manera comprometen no solo los las conquistas obtenidas, sino la posibilidad de
lograr mejores condiciones para poder sostener con fuerza propia su defensa y profundización.
Ambas nos llevan al inmovilismo cuando es
tiempo de disputar voto por voto, con argumentos y convicción. ¿Sus
beneficiarios? Los adversarios y enemigos, quienes entre balbuceos y
provocaciones, en un caso, o sumando
certeza y contundencia en el segundo, trabajan sobre el electorado que se denomina
independiente, y el mismo FpV.
Sobre algunos “referentes” del FpV, borrachos
de triunfalismo, no necesitan dedicar mucho esfuerzo: simplemente le hacen eco cuando
agitan el mito de la invencibilidad del pejotismo, suficiente para mantenerlos
quietos. De paso, con el mismo argumento, ahuyentan votantes hartos de tanta
soberbia, generalmente asociada a las peores, o aún nefastas, gestiones.
Para los que dudan, o incluso se disponen a
restarle votos al FpV, cuando la tarea de la hora es enfrentar al neoconservadurismo,
los medios dedican diariamente su dosis de estímulo.
Los argumentos pueden ser parcialmente ciertos,
o no; ese no es el tema de esta nota. Sí, que el objetivo es profundizar las
dudas, desmovilizar.
Se puede decir, por ejemplo, que Scioli se
entrevista con tal o cual personaje; que
en su entorno figuran otros de dudosos antecedentes neoliberales; que su
definiciones son insatisfactorias para el “kirchnerismo duro”; que se va “desplazando
a La Cámpora”; que el PJ tradicional y sus gobernadores, se han convertido en
sus voceros.
Hacia el electorado “independiente” la batería
es más audaz y constante. Pionera fueron “la valija” de dólares de un renegado
venezolano; la – ya clásica— “cada vez más
complicada situación de Boudou”; luego la inexistente bóveda y la nunca probada
“ruta del dinero K”; el “asesinato” de Nisman; el “astronómico” sueldo que
finalmente NO cobraba Kicillof; y otra
causa sin destino, Hotesur. Todo mientras callan que tenemos al primer
candidato a presidente de la historia argentina que compite procesado por la Justicia:
coimas, sobreprecios, contrabando, asociación ilícita, escuchas ilegales. Mentira
e impunidad absoluta.
En estos días cargan contra la intachable fiscal
Cristina Caamaño, a quien acusan del absurdo de “espiar opositores” mediante su
“manejo de las escuchas telefónicas”. Ninguna escucha puede aprobar la
funcionaria sin una orden judicial, emitida por el juez competente, y con los
fundamentos correspondientes. ¿Eso dice la ley? Sí. Pero no importa: denuncian,
ensucian, y luego lloran por la “grieta” que desune a quienes jamás estuvieron unidos.
En este cuadro, ¿cuáles son las principales líneas
de acción para desgastar al Gobierno y el FpV durante septiembre, mientras
preparan nuevas piezas de artillería para lanzar sobre el electorado durante
recta final de octubre?
En forma esquemática, pues
cada ítem agrupa variedad de “información” para instalar, actualizando y
reforzando su objetivo, podemos citar:
a)
Convertir
en tendencia que pueda mantenerse hasta octubre el daño que provocó/a la fuerte
campaña el tratamiento distorsionado de las inundaciones bonaerenses, que pueden repetirse; y la irresponsable
y peligrosa denuncia de fraude en Tucumán, mientras se prepara un escenario
similar para el 20 de septiembre en el Chaco (últimas, e influyentes, elecciones a gobernador antes de las
presidenciales), pese a que el triunfo del FpV en las PASO fue abrumador, con
casi el 60% de los votos emitidos.
b)
Denigrar
todos los espacios de racionalidad ofrecidos por el Frente para tratar mejoras
y modificaciones al sistema de electoral, presentándolos como “trabas” para la expresión
de las minorías, y una vía libre para el
“fraude”, que al parecer solo se produciría, ahora, por primera vez en 30 años de democracia, y 12
de gobierno de Néstor y Cristina. No importa si es malintencionado y ridículo, ni que se agitan reclamos de
imposible implementación en menos de dos meses. Menos aún el hecho que manosean
temas de tremenda seriedad que pueden comprometer la transparencia de los
comicios, si son tomados a las apuradas. Tampoco que la más económica de las “propuestas
inmediatas” implique un costo de unos 500 millones de dólares, ni que algunas ya
han sido ensayadas y abandonadas en los principales países del mundo. El voto electrónico,
por ejemplo, fue declarado inconstitucional en Alemania. ESTO ES PARTE DEL
VERDADERO FRAUDE, de la gran mentira y manipulación de la ciudadanía.
c)
Ningunear
a Scioli (“chirolita” de Cristina, “prisionero” de Zannini, “rehén”
de La Cámpora) o, a la inversa, posicionarlo como fino estratega (candidato de
las corporaciones y la devaluación, con la inteligencia y firmeza necesarias para
maniatar a Zannini y anular y desplazar, a la organización
juvenil que expresa más fielmente las posiciones de CFK).
d) En la decisiva provincia
de Buenos Aires, la táctica es acumular por la vía de restar importancia al
peso de Scioli, como de cualquier presidencial, que necesariamente arrastrarán las categorías inferiores, sobre
todo a Gobernador. Apuestan a la creación de una nueva “esperanza blanca”, que
sirva para arañar el pase a una segunda vuelta. Por eso nos venden todos los días la “sorpresa” y el “impactante crecimiento” de María Eugenia
Vidal. En realidad, el “huracán Vidal” ya PASÓ, sin consecuencias, en agosto.
Es más, Vidal sacó 115 mil votos menos
que Mauricio Macri. No hay que
subestimar ninguna acción, pero suponer que los votantes del FpV cortarán
boleta para no votar Aníbal Fernández para gobernador, y encima elegirán a la
candidata del PRO, es directamente absurdo, aunque es lo que están “vendiendo”,
sin decirlo claro, recientes encuestas por encargo.
Este
complejo cuadro, esquemáticamente presentado, muestra a los ideólogos de la restauración
conservadora con un objetivo claro. Insistimos: inmovilizar y desmoralizar a la
militancia y al pueblo que el 25 de octubre quiere consolidar el actual rumbo.
Por
eso conquistar la alegría del triunfo requiere de la previa alegría y convicción
en la militancia.
Alegría
consciente, sin ingenuidades, que también implica acumular fuerzas para los
nuevos tiempos.
Como decía
don Arturo Jauretche, con la convicción de que “Los pueblos
deprimidos no vencen/ Por eso venimos a combatir por el país alegremente/ Nada
grande se puede hacer con la tristeza”.
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