Realmente como hincha de
Boca siento con dolor que lo que sabía un sueño imposible no se
concretara, como era previsible por los intereses en juego, y Juan Román
Riquelme no nos deleite más a los xeneizes que vemos en ese tipo de jugadores y hombres lo que nos gusta
del fútbol: el contenedor ofensivo, que pisa la pelota, pisa el césped y ordena
la cancha, que lo extrañará, pero ya no lo verá acariciarla con su paso.
Nadie tiene por qué
compartir ni mi bandería ni mi opinión futbolística, pero reclamo un poco de
coherencia para quienes denunciamos diariamente el macrismo depredador y la manipulación
mediáticas, dentro de los cuales algunos no alcanzan a percibir que se están masticando
y digiriendo en el terreno futbolístico –que también es político— el mismo veneno
que critican/amos.
Siempre fue igual, y que
alguien me lo desmienta: siempre es una fuente no identificada, un paseador de
perros o un paracaidista húngaro el que dice que Riquelme dice las barbaridades
que hemos escuchado durante años: internas, malestar, “conspiración” contra tal
o cual jugador. ¿Alguien tiene una declaración publicada o grabada de Román
contra Martín Palermo, parar tomar un ejemplo paradigmático de las crónicas,
perdón carroña gráfica y audiovisual de toda una década? Y luego, cuando a él
se le antojó, no a las corporaciones mediáticas, dar su palabra, y en ellas
nunca una palabra contra un compañero, en todo caso solidaridad y
acompañamiento.
¿Saben que pasa amigos y
compañeros?
Pasa que Riquelme, como en su momento Bianchi,
enfrentó el poder absoluto de Mauricio Macri en el club, no le aceptó su
trato patronal, sino que le fue de igual
a igual sin pedir la ayuda de ningún medio, solo con su talento y el cariño de
la hinchada. Y el patrón del club perdió. Y la patronal no perdona.
Pasa que Riquelme se negó
sistemáticamente al juego de las grandes corporaciones de medios de tenerlo “en
exclusiva”, de pagarle por cada declaración exclusiva, y eventualmente
explosiva, y a su vez apoyarlo en las pulseadas con las directivas, o inflarlo
para las negociaciones de los pases. Y eso la patronal, y sus “esquiroles”, los
cronistas y comentaristas que cobran por más de una ventanilla tampoco se lo
perdonaron.
La misma información para
todos y a todos, en el mismo período de tiempo, sin cobrar ni pagar. Inaudito e
inaceptable. Ni “El Diego” se salvó de esta, por necesidad o por revancha, y
aparecen irreverentes como el Diego en el horizonte del futbol profesional.
No pretendo historiar, simplemente
decir que esta semana le inventaron, sí, le inventaron a Riquelme todo tipo de
planteos que negó (cuando él decidió hablar), definición que el mismo Bianchi,
junto con los hinchas los únicos dolidos por la ya anticipada decisión de JR, avaló.
Además de manipular groseramente, generando clima adverso hasta en los que lo
quieren, con la “novela de Riquelme”, novela que EL nunca siquiera esbozó, nos
vendieron que para volver “exige” extensión del contrato, luego “dólar blue”, y
el mismo sábado –horas antes de que confirmara su partida, el matutino más
querido por la militancia titulaba en tapa, e “informaba”, sin ninguna fuente,
salvo una cobarde referencia a “la dirigencia”, asegura que ésta valerosa
pléyade de desinteresados luchadores por los colores del club “le contestaron
que no (al dólar blue) y ofrecieron un año más de contrato si gana la copa y
juega el 80% de los partidos”. Si claro, si ese medio miente, pero no es el único,
muchachos.
Un desconocido periodista de
Clarín, Enrique Gastañaga, recibió vía libre para una nota que habrá soñado
ilevantable, definitiva para JR. Con la panza medio llena ya de su gloria, el escriba tituló “10 preguntas que Román seguro le hizo a Riquelme”. En realidad fue
definitiva, pero para él, que por vergüenza no debería firmar por varios años.
Gloso en minúscula al empleado,
omitiendo comienzo y final (para no ensañarme, y abrumar con su pretenciosa y
hueca pluma, pero pueden leerse en la edición
del 5/1/2013, Pág. 65) y respondo yo, Alberto Nadra, a mi nombre, y no el de Riquelme, al que no conozco
personalmente:
1) ¿Dejás
de ser un hombre de palabra al regresar a Boca luego de cansarte de repetir:
“Como jugador no vuelvo”? NO DEJÓ DE SER UN HOMBRE DE PALABRA.
2) ¿Por
qué te sentías “vacío” nada menos que antes de la segunda final de una Copa
Libertadores, hace apenas 6 meses, y ahora estás tan “lleno” que pedís primero
la extensión de tu contrato hasta fines de 2015 y luego que te eleven el tope
del dólar? NO ESTABA ‘LLENO’ Y NO PIDIÓ NINGUNA DE LAS DOS COSAS.
3) ¿Por
qué te sentaste a negociar con el presidente que, según tus dichos, no te
quería en la Bombonera? NO NEGOCIO CON LA PATRONAL MACRISTA: HABLÓ POR RESPETO
A BIANCHI.
4) ¿Cómo
aceptás convivir con un presidente que, según declaraste, permite que la barra
controle las tribunas y, por ejemplo, impida a otros hinchas colocar banderas
apoyándote? SIMPLE, NO ACEPTÁNDOLO.
5) ¿Cómo
mirarás a la cara a Paredes, ese chico al que marcaste como tu sucesor y cuyo
crecimiento no querías tapar? DE FRENTE LO MIRA GASTAGÑÁ, ALGO QUE VOS JAMÁS
PODRÁS HACER CON ROMÁN.
6) ¿Qué
pensarán de vos los compañeros que aún siguen en Boca y compartieron esa final
perdida con Corinthians que jugaste sabiendo que te irías? LO QUE SIEMPRE
PENSARON, Y CON MAYOR RAZÓN, PESE AL DOLOR.
7) ¿Cómo
negás que te fuiste hace seis meses por Falcioni? NO NEGÒ NI TIENE QUE NEGAR
NADA.
8) ¿Cómo
desmentís que la cadena nacional previa a Godoy Cruz no fue
para impedir la renovación de Falcioni? ESA PREGUNTA, DON ESCRIBA, ES PARA LOS
HINCHAS QUE HICIERON LA CADENA NACIONAL NO PARA ROMÁN.
9) ¿Podrás,
a los 34 años y tras 6 meses sin jugar, darle al equipo lo que espera de vos?
NUNCA LO SABREMOS. ESA PREGUNTA TE LA HICISTE SOLO.
10) ¿Tenés
ganas reales de retornar o tus pedidos son para que Boca te diga que no? NO
HUBO PEDIDOS Y HACE TIEMPIO QUE LA DIRIGENCIA DE BOCA, NO BOCA, DIJO QUE NO.
¿Qué hacés ahora con tus "tremendas"
diez preguntas Gastagña? ¿Dónde meterlas?
Te las responde EL VIRREY,
Carlitos Bianchi, el recuperado técnico de Boca:
“Román es libre y tiene
derecho de hacer lo que él desea. Lógicamente a mi me hubiera gustado contar
con él. Quién no quiere tener a Riquelme en su equipo, es uno de los mejores, o
el mejor jugador que actúa en el fútbol argentino, pero respetó la decisión que
tomó. El nunca me había prometido que iba a volver a Boca”.
“En una sociedad que se
vende por cualquier cosa y no le da valor a la palabra, Riquelme, a pesar de
todas las ganas que tiene de jugar al fútbol, respetó su palabra. El había
dicho una frase que lo condicionó y tomó una decisión lógica. Cada día lo respeto
más”.
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