Mostrando entradas con la etiqueta detenidos-desaparecidos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta detenidos-desaparecidos. Mostrar todas las entradas

domingo, 8 de noviembre de 2020

La mirada de Enrique Raab

     No fui amigo de Enrique Raab, aunque pude charlar largamente con el en las visitas que realizaba a la oficina de la agencia Prensa Latina, donde trabajé durante toda la dictadura.

Allí, en el Edificio Safico (Corrientes 456, casi Reconquista), donde compartíamos horas -y nos protegíamos mutuamente- con periodistas de todo el mundo, en aquel abril de 1977 lo sentí abrumado, con ese “optimista desaliento” de los que están jugados.

No tenía dudas, acerca de que -pasara lo que pasara- debía ocurrir aquí, en su tierra, y me lo repitió en nuestro ultimo encuentro, mientras lo acompañaba unos metros por Corrientes, para que él tomara por Reconquista hacia Lavalle, a ver -y criticar, claro- una película que ya hace tiempo olvidé.

¿Por qué Enrique Raab no figura entre esos grandes periodistas y militantes que recordamos cotidianamente? Lo ignoro, pero celebro que esta nota de Claudio Zeiger nos imponga reflexionar sobre su mirada de la sociedad y el periodismo actual.

sábado, 30 de mayo de 2020

Mimi




    Peronista ella, comunista yo, nos vimos por última vez a principios de 1974, en una marcha de las Juventudes Políticas contra aquellas reformas represivas al Código Penal.

    Entonces, apenas cruzamos una mirada, un gesto de reconocimiento en medio de las corridas y los gases lacrimógenos descargados en la represión policial.

    Hoy, una foto carnet, típica de los primeros DNI, publicada por el compañero Alejandro Ángel Salvagno Olmedo me devuelve, distorsionada, su imagen con la escueta información:

María Ángela Elena Gassmann de Crea. 31 años. Secuestrada-desaparecida el 30 de mayo de 1978 conjuntamente con Marta Alicia Caneda en la localidad de florida, zona norte del GBA. Integrante de la columna oeste de Montoneros en la provincia de Buenos Aires”.

    Una y otra vez busco relatos, fotos, cualquier testimonio que supere la frialdad de esos datos, algo que rescate algo de su vitalidad y compromiso.

    No los encuentro, aunque logro un inesperado encuentro virtual con su hermano Augusto, quien me revela su alias, "Mara", Jefa de Subunidad del Ejército Montonero, apresada violentamente en la casa de Marta Caneda, entonces  compañera de Augusto, y me estremece al relatar que el secuestro incluyó a la hija de Mimí, de apenas cuatro años, que apareció a los dos meses en San Martin, y hoy es médica como lo fue su madre.

    Luego, para el y para mí, apenas la abrumadora certeza de su asesinato en el Centro Clandestino de Detención que funcionó en la Unidad Penitenciaria N.º 9 de La Plata.

    Se juntan piezas del tenebroso rompecabezas, pero me encuentro muy lejos de la imagen que guardo de ella en mi memoria, de aquellos años de amores y pasiones urgentes: una bella médica de 24 años, en un febrero de 1971 en el Chile de Salvador Allende.

    En mi caso, apenas en primer año de Sociología, había partido de Buenos Aires al frente del segundo contingente de la Brigada Santiago Pampillón, convocada por la Federación Universitaria Argentina (FUA) para realizar trabajos voluntarios, solidarios con el proceso iniciado en noviembre de 1970.

   Cientos de jóvenes de todas las geografías del país, conformábamos un inédito arcoíris de matices políticos e ideológicos: formidables seres humanos con claras convicciones y, en ese momento, la decisión de aportar al “camino chileno al socialismo”.

    Corría el mes de febrero, y apenas unas semanas antes, la llegada del primer contingente de la brigada había logrado un fuerte impacto de ese lado de la cordillera, en una experiencia de inmensa riqueza, furiosamente atacada por la derecha entonces, pero todavía ignorada totalmente en la historia escrita de aquellos años.

   Mimí -siempre para mí fue Mimí- no viajó con nosotros, sino que se incorporó al grupo de la mano de “Luba”, el inolvidable encargado de cuidar la seguridad de la Brigada por parte de los camaradas chilenos.

    Pasamos unos pocos días en Santiago y el contingente que yo coordinaba se repartió en cinco “minibrigadas” que partieron a distintos puntos del país hermano. Con Mimí y dos socialistas nos incorporamos a una a cargo de “Lucho”, con quien viajamos a Gualleco, un pequeño pueblito en la Región de Maule. Nos acompañaban jóvenes chilenos de varias de las fuerzas de la Unidad Popular y también dos bolivianos vinculados al Ejército de Liberación Nacional (ELN).

    Única mujer en este grupo, la voluntad de “la doctora” dejó en el camino a varios en los trabajos de alfabetización o construcción y salió (literalmente) mucho mejor parada que yo del viaje que juntos realizamos a una localidad campesina perdida en los cerros, situada a un día de viaje a caballo.

    En medio de una “trilla a yegua suelta” nos esperaban la desconfianza de los pobladores, entre los cuales el Partido Nacional –y la derecha de la DC– había sembrado el terror pues, decían, veníamos a “socializar tierra y propiedades”, incluidos (¡nada menos!) los animales.


    Allí “Mimí” se arremangó para separar la paja del grano de cereal. Juntos afrontamos un aluvión de todo tipo de guisos, carbonaras, pantrucas y caldillos, con sopaipillas a modo de pan, y en la fiesta de cierre, que también fue de despedida, fue ella el que salvó el honor argentino al animarse a la cueca, pañuelo en mano.

    Fue la gracia y la sonrisa de esa bonaerense de 9 de Julio, la que despejó el camino, enterró sospechas, abrió oídos -y corazones- a nuestro trabajo.

    Semanas después volvimos a Santiago, una corta visita a Valparaíso, esa multicolor “ciudad colgada de los cerros” y surcada por escaleras para, en mi caso, emprender el regreso a Buenos Aires.

    El relato de la experiencia de quienes fuimos brigadistas hace casi 50 años, sigue siendo una asignatura pendiente en la reconstrucción de la memoria histórica de una generación y de la Patria Grande.

   Hoy, en estas líneas es, también la reivindicación de una vida, pues por la vida luchó María Ángela Elena Gassman, Mimí, generoso legado para los pueblos de ambos países en la lucha por Memoria, Verdad y Justicia.



viernes, 23 de marzo de 2018

"El Grupo SOMU"

La recuperación del Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU) por auténticos dirigentes de los trabajadores permitió
reconstruir la historia del “Grupo SOMU” toda una conducción sindical –plural, con peronistas, comunistas, independientes--, secuestrada por la dictadura entre 1976 y 1977, que "descabezó" el sindicato, Secretario General, Prosecretarios, Delegados....Peralta; Bonanno; Saracho; Faraldo, López, Toledo...apresados muchas veces al bajar de los barcos de la histórica ELMA.

Torturados y asesinados por la dictadura genocida, ocultados por quienes usurparon su lugar hasta hace días, en muchos casos cómplices de su entrega.

El “Cholo” Luis Bonanno fue uno de ellos, Prosecretario de Acción Social, militante del Partido Comunista, entonces mi partido, y el “Cholo” mi camarada por siempre, a quien no conocí personalmente, pero sí de su lucha por organizar la resistencia de los marítimos a pocos días del golpe asesino, en la cara del grupo Albatros de la Prefectura que lo secuestró. A quien jamás arrancaron una palabra.

Los compañeros me invitaron al primer homenaje que a puro pulmón realizaron el 22 de marzo, tal vez por mi pelea de aquellos años por su aparición, o más seguro una nota de homenaje que escribí en este mismo blog hace ya tiempo, pero que permitió que Adrián Bonanno tuviera noticias de su abuelo; que viajara muchos kilómetros y que hoy nos juntáramos en Perú 1668, al colocar la baldosa que los recuerda frente a la vereda que gastaron militando, y en la que hablamos, entre lágrimas, con las hijas de Saracho, el hijo de Toledo, tratando de recordar juntos, todavía buscando toda esa memoria que todavía sigue oculta, oculta tras 42 años.

Yo apenas los miraba y contaba algo de lo mucho que los suyos hicieron. Ellos, al principio en silencio, luego balbuceando recuerdos y dolores, empezaran a buscar en común, con enorme esfuerzo caminos para unir anécdotas, pistas, alguna foto, un legajo, la declaración en un juicio.


Adrián Bonanno (última foto, abajo) lo dijo cuándo --junto a Abuelas, Hijos, Familiares, la nueva conducción—hablaron hace unas horas en San Telmo:
“..hoy nos juntamos por primera vez y entre todos empezamos a armar ese rompecabezas y a reconstruir la historia que nos fue negada durante tantos años. MEMORIA para no olvidarlos; VERDAD para saber qué pasó con ellos y JUSTICIA para castigar los culpables. ¡NUNCA MAS...!


sábado, 21 de marzo de 2015

Parar a Macri y la restauración conservadora

Este 24 de marzo tenemos que convocar a impedir el plan del PRO, la derecha
de la UCR y la Coalición Cívica para con Macri imponer la restauración
conservadora en el país.


No vivimos un 24 de marzo más.

El pacto antipopular de la UCR y el PRO puso en marcha el más peligroso intento de restauración conservadora, incluida la abierta impunidad para los genocidas proclamada por Macri, quien anunció que pretende “terminar con el curro de los derechos humanos”.

Como siempre recordamos y honramos a nuestros 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos y sus familias, a nuestros asesinados y martirizados.

Como siempre nos movilizamos por la Memoria, la Verdad y la Justicia, sabiendo lo mucho que hemos avanzado en ese camino, un trecho tal vez inimaginable 12 años atrás en los  juicios a los genocidas, pero conscientes que la resistencia en la corporación judicial y los dueños del poder es permanente, casi brutal cuando de juzgar a los responsables civiles y económicos y por juicios a los crímenes de la triple A, que también fueron de lesa humanidad.

Como siempre estamos jugados en la defensa de nuestros pibes, que sufren el poder punitivo de la policía y las fuerzas represivas, todos los días en los barrios, cuando son víctimas del gatillo fácil; y levantamos con el gobierno nacional  y popular lo hecho por los derechos humanos actuales, para exterminar la pobreza extrema, para avanzar irreversiblemente en la conquista de una vivienda digna, la educación de calidad, el protagonismo popular y la democracia participativa.

Pero este 24 de marzo requiere como nunca de todas nuestras fuerzas individuales y colectivas, pues vienen por  las conquistas obtenidas durante la democracia y estos 12 años de gobierno de clara definición nacional y popular.

En estos meses se juega buena parte del destino de nuestra Patria, de generaciones de argentinos que no estamos dispuestos a que nos roben nuevamente la esperanza, ya no con un golpe de estado clásico, pero sí con la restauración conservadora más brutal.

El peligro es concreto.

No se trata de teorizar en abstracto sobre nuestra ideología y los sueños de nuestros compañeros asesinados.

Se trata de defender la posibilidad de seguir soñando, construyendo una Argentina mejor para todos los que la quieran, particularmente para los humildes y vulnerables.

La Unión Cívica Radical acaba de arriar una vez más las banderas de Hipólito Yrigoyen y los intentos de Raúl Alfonsín, para impulsar en cambio una nueva y reaccionaria Unión Democrática con la empresa partidaria de Macri; y llevarnos así a una la brutal desnacionalización y deterioro humano, a fin de revertir el proyecto nacional y popular encabezado por Néstor y Cristina Kirchner.

Nosotros, que alertamos, sin ser escuchados, a nuestros compañeros sobre la necesidad de frenar el avance conservador, local y nacionalmente,  mediante el reclamo constitucional de lograr la REVOCATORIA DE MACRI Y VIDAL, mediante un referéndum que juzgara su política de violación permanente de la Constitución, de represión brutal como en el Borda, de abandono criminal de los ciudadanos en las inundaciones, la escuchas ilegales a dirigentes populares y familiares de la AMIA, decimos que ya no es tiempo de especulaciones.

Cualquier duda o inmovilismo puede ser fatal. No es tiempo de especular nuevamente, sino de sumar al mayor número y diversidad de porteños a esta lucha a favor de la recuperación de la ciudad, de su espacio público, para que la democracia participativa profundice los derechos y la inclusión social. Pero también para darle una lección a este agresivo intento PRO-UCR para imponer la restauración neoliberal en la Argentina, de la mano de Mauricio Macri, el representante más genuino de la derecha antipopular y la sumisa antipatria extranjerizante.

Este 24 de marzo de 2015 debe ser el inicio de una batalla por la conciencia de los porteños, sin restar a nadie, sumando a todos los sectores y corrientes nacionales y populares, contra este grave contubernio para llevar a nivel nacional la política de restauración neoliberal ya aplicada en forma desastrosa en lo social por el macrismo en la Ciudad de Buenos Aires.

Es, a su vez, parte del enfrentamiento contra una ofensiva del imperio y las oligarquías locales, tal vez la más brutal, aunque adaptada a la época, desde la noche negra que ahogó en sangre la rebelión setentista de la Patria Grande.

Eso fueron y son los golpes encubiertos contra los presidentes Zelaya en Honduras y Lugo en Paraguay, los fracasados intentos de voltear a Evo Morales en Bolivia, o a Rafael Correa en Ecuador;  las conspiraciones para derrocar al Comandante Hugo Chávez y, actualmente a Nicolás Maduro en Venezuela, así como la descarada y orquestada ofensiva contra Dilma en Brasil y el permanente hostigamiento contra Cristina Kirchner en Argentina. Pretenden, nuevamente, ahogar todo atisbo de profundización democrática o justa distribución de la riqueza en el cono sur.

No se trata, siquiera, de una cuestión fuertemente ideológica, sino que Washington no soporta gobiernos que no se sometan a sus directivas. Estados Unidos es más peligroso hoy, cuando teme perder su hegemonía, que en tiempos de expansión de su imperio.

No vivimos un 24 de marzo más.

Es el día del redoblar el combate continental contra la restauración conservadora.
Es el día de redoblar la lucha por todas las banderas que mantuvimos en alto estos años, muchas de las cuales empezaron a transformarse en conquistas que no nos dejaremos arrebatar.


Es el día de tomar partido en la confrontación electoral porteña de abril y julio, parte de una pulseada en la que nos va nuestra suerte como pueblo y Patria,  y que tendrá en octubre una definición ineludible: Patria o Colonia, Liberación o Dependencia.