Una reflexión de Norberto
Colominas.
La Argentina
no podía tener el mismo tipo de cambio que Estados Unidos, por las mismas
razones que España, Portugal, Italia y Grecia no pueden tener el mismo tipo de
cambio que Alemania. Esta es una verdad sistemáticamente ignorada, porque la mayor parte de la información que
circula enmascara una realidad: la burguesía
europea utiliza la crisis para defender sus intereses de clase.
Abatido el
comunismo, tanto
la burguesía alemana como la española, la griega como la italiana, la
belga como la francesa entendieron que el estado de bienestar fundado por la
socialdemocracia era anacrónico, caro e innecesario; por eso lo están desmontando hasta reducirlo
a su mínima expresión.
En promedio, los salarios
de Europa son diez veces mayores que los de China y el Asia-Pacífico y cinco
veces superiores a los del Mercosur. En la perspectiva de esas burguesías, Europa
necesita volver a ser competitiva, es decir que los salarios de sus
trabajadores y profesionales deben ser reducidos sustancialmente.
El objetivo que la crisis posibilita es dejar poco y nada del viejo estado de
bienestar --introducido después de la segunda guerra mundial para enfrentar la
amenaza soviética-- y reducir los salarios. Esa es la cuestión. Lo demás son
los intereses de los bancos, el desprecio por el ciudadano de a
pie --igual que aquí durante el corralito-- y los ocultamientos de cierta prensa, que pretende
ignorar la crisis al tratarla como una cuestión de suma y resta, meramente económica.
La presencia del euro significa la imposibilidad de manejar una moneda nacional (ya sea la peseta, la lira, el escudo o el dracma) para
enfrentar la crisis. España, Italia, Portugal y Grecia no tienen ya
sus monedas nacionales, pero sí todos los problemas de una virtual convertibilidad. Inglaterra, en tanto, mantuvo la libra esterlina y tiene unos cuantos problemas menos.
Europa del
sur tiene dos caminos: renuncia al euro o renuncia al
equilibrio social. Todo indica que lo primero no ocurrirá, porque la extinción del estado de bienestar y la reducción de los salarios están en el interés de esas burguesías. Y conocemos el precio que esos pueblos deberán pagar: desempleo extraordinario, deterioros en salud y educación, salarios en caída libre y
recesión por una década. España es un botón de muestra. Al decir de Mariano Rajoy, "estamos mal pero vamos bien". De eso se trata.
En efecto, en esto Argentina es un (o el) modelo. Ya en los 90 Menem eliminó el amplio sector público y las varias "reformas" bancarias y monetarias sirvieron para disfrazar la pauperización de la clase media. Lo que Grecia o España pasan, Argentina, país de delantera en materia de irse a la ... ya lo pasó.
ResponderEliminar