Por Oscar Federico Taffetani
Publicado
en por la agencia Télam, el 19 de Diciembre de 2015, reproducido hoy por
Rebelión de Nicaragua, entre otros medios.
Hay secretos que hoy no
podría revelar Wikileaks, ya que al momento de acontecer
los hechos no había
comunicaciones vía web entre los embajadores norteamericanos y su casa matriz
en Washington; secretos que tampoco podría revelar una "desclasificación"
de archivos en la Unión Soviética (entre otras cosas, porque la federación de
repúblicas socialistas así llamada no existe más); finalmente, si los secretos
de marras tienen que ver con operaciones de una organización política llamada
Partido Comunista Argentino, que navegó buena parte del siglo XX en las aguas
mixtas de la superficie y la clandestinidad, entonces, la posibilidad de
acceder a la verdad histórica se vuelve aún más lejana...
"El libro de Nadra por momentos nos recuerda "Gente, años, vida", del gran Ilya Ehrenburg" |
Es
allí cuando resultan imprescindibles los relatos vivenciales, como estos
"Secretos en Rojo" que nos entrega Alberto Nadra.
Hijo
de un dirigente histórico del PCA y militante y dirigente él mismo, hasta su
renuncia al Comité Central del partido en 1989, Alberto Nadra vivió décadas
intensas, esperanzadas y trágicas, de la vida política argentina, con una
privilegiada cercanía y un contacto directo con los centros de decisión y los
avatares de otros protagonistas de esa historia que fue nacional, fue regional
y siempre, por supuesto, mundial.
En
el nutrido índice del libro, que por momentos nos recuerda "Gente, años,
vida", del gran Ilya Ehrenburg (aunque también la autobiografía
"Banderas, pasiones, camaradas", de la más próxima Fanny Edelman),
hallamos infaltables tópicos de la literatura comunista de América, como la
Guerra Fría, la Revolución Cubana y la guerrilla del Che en Bolivia. Sin
embargo, hay también en este libro temas y problemas inesperados, con
revelaciones sorprendentes y que constituyen su verdadero atractivo.
Una
de las sorpresas es "La otra orga. El desconocido aparato militar del
PC", relato con el que comienza el capítulo 1 del libro. Allí nos
enteramos que desde los años 20 -aunque fundamentalmente a partir de la
experiencia de las Brigadas Internacionales en la guerra civil española y,
luego de ésta, en la Resistencia del "maquis" francés a los nazis- el
PC argentino desarrolló un aparato militar de autodefensa con el que llegó,
incluso (a partir de la saga de golpes militares inaugurada en los '30) a
plantearse la posibilidad de una insurrección popular en nuestro país, con
milicias organizadas como para la toma del poder.
Así
como la segunda guerra mundial llevó a todos los países del orbe las tácticas
empleadas por el franquismo, el fascismo y el nazismo (un ejemplo preciso es el
bombardeo criminal a la Plaza de Mayo y adyacencias, en 1955), así también
extendió las guerrillas y formaciones militares antifascistas en todo el mundo
y particularmente en América latina. Dos ejemplos claros de esto último fueron
las precursoras experiencias de Luis Carlos Prestes en Brasil -a partir de los
'30 y hasta los '70- y las de las FARC colombianas desde los años '60 (aunque
su origen debe rastrearse a partir del Bogotazo de 1948).
Hasta
en la epopeya cubana de la Sierra Maestra fue decisiva la influencia de las
tácticas militares antifascistas. Basta con saber que brigadistas de España
actuaron como instructores del Ejército Rebelde, y que el armamento utilizado
en la defensa de Bahía de los Cochinos, en 1961, era en gran parte armamento
soviético ya utilizado en la segunda guerra mundial.
Pero
lo bueno del relato de Alberto Nadra es que echa luz, justamente, sobre el
capítulo argentino de esas experiencias guerrilleras comunistas en el
territorio nacional, en escenarios impensados como el Chaco y la provincia de
Córdoba.
Otra
revelación de las muchas que nos trae el libro -y nos detendremos en ella
porque es muy importante- tiene que ver con el trabajo secreto de un grupo de
periodistas y militantes comunistas para denunciar los primeros hechos del Plan
Cóndor, en las mismas barbas de las dictaduras instauradas en Chile, la
Argentina, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Brasil, desde principios de los '70.
Describamos
el escenario, en toda su complejidad. Si bien el terrorismo de Estado
argentino, lo mismo que el de Chile y Paraguay, nació bajo el signo del
anticomunismo, como una expresión regional y local de la Guerra Fría, tuvo en
1978 un giro importante en relación con la política del PC argentino. Ocurrió
que la entonces Unión Soviética decidió invadir el Afganistán de los talibanes,
dominado por saudíes como Bin Laden y que contaba con respaldo de la CIA.
Presentaciònde la primera ediciòn (2012): Osvaldo Nemirovsci, AN, Norberto Colominas, Eduardo Sigal, y el fallecido Hèctor Valle. |
No
tardó Washington en decretar un embargo cerealero a la URSS, que fue acatado
por la mayoría de los países de la "alianza atlántica". Sin embargo,
la Argentina de Videla y Martínez de Hoz, que dependía como nunca de la
exportación de las cosechas cerealeras, resolvió no respetar el embargo y
seguir exportando granos a la URSS. A partir de ese momento (como suele pasar
en tiempos de realpolitik) la URSS comenzó a ser "amiga" de la junta
militar argentina y, consecuentemente, la dirección del Partido Comunista
Argentino (algo parecido a lo que pasó con la jerarquía de la Iglesia Católica
argentina) profundizó la línea de la "convergencia cívico-militar" y
comenzó a distinguir entre "halcones" y "palomas" en el
seno de las FFAA. Desde Moscú también salieron "instrucciones" para
la diplomacia cubana y otras diplomacias comunistas del hemisferio. Fue el peor
momento para los organismos de DDHH de nuestro país y el exterior, que
intentaban llevar las denuncias de los crímenes de la dictadura a la ONU y a la
comunidad internacional.
Sin
embargo, en ese contexto tan adverso y utilizando la relativa inmunidad que
tenían las agencias de noticias soviéticas, un grupo de militantes entre los
que se contaba el autor de este libro acometió la peligrosa empresa de
"filtrar" hacia los medios del mundo, sistemáticamente, las denuncias
sobre el Plan Cóndor (investigado por primera vez por el comunista Valentín
Mashkin) y sobre los crímenes de la dictadura. Notables documentos de
resistencia, como la conocida "Carta de un escritor a la junta
militar", de Rodolfo Walsh, salieron del país gracias al arriesgado trabajo
de un grupo secreto que utilizaba como lugar de trabajo y reunión la oficina de
Córdoba 652 11E, en la ciudad de Buenos Aires.
Razones
para tener miedo no faltaban. En agosto de 1976 fueron secuestrados por un
grupo de tareas los funcionarios de la Embajada de Cuba Crescencio Nicomedes
Galañena Hernández y Jesús Cejas Arias. Mientras estaban siendo torturados en el
CCD "Automotores Orletti", un anónimo enviado a la agencia Associated
Press contenía la supuesta carta de "deserción al comunismo" de esos
diplomáticos, cuyos cadáveres se recuperarían e identificarían muchos años
después.
Otra
militante comunista, que trabajaba como empleada de limpieza en la Embajada de
Cuba -la argentina María Rosa Cancere-, fue secuestrada en aquel duro agosto de
1976. El autor del libro nos refirió personalmente la pesadilla de que lo
llamaran a altas horas de la noche, poco después de emitir algún despacho de la
agencia criticando a la Junta, para decirle que "María Rosa te agradece el
artículo. Cada cosa nueva que publicás, nosotros le subimos el voltaje a la
picana".
Esta
pequeña historia, que todavía hoy estremece, está contenida en este
imprescindible libro autobiográfico que escribió Alberto Nadra, con la
colaboración de su hermano Rodolfo y de otros familiares, amigos y camaradas.
Si
la licencia retórica de la sinécdoque -ya estudiada por los griegos- nos
permite hablar de la parte por el todo; o si expresado en una nomenclatura más
actual cada parte de este libro contiene el ADN que permite establecer la
filiación y reconstruir la totalidad, entonces cada pequeña historia de estos
"Secretos en Rojo" nos permite acercarnos a la gran historia, para
hacer el necesario aprendizaje vivencial y político.
A
principios de este mes de diciembre, la Legislatura porteña declaró esta obra,
por unanimidad, “de interés cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
para la promoción y defensa de los derechos humanos". Merecida distinción.
Y no
vamos a contar más. Entreabrimos las hojas de este libro sólo para insinuar la
riqueza que contiene. Completarán esa tarea cada lectora y cada lector.
2015, Centro Cultural Kirchner, Presentaciòn de la segunda ediciòn, ampliada:Jorge Elbaum, Miguel Nuñez, AN, Raúl Rizzo, y D. Rilo. |
...cuando el "amor" por lo que hacemos cava profundo en nuestro existir, genera un infame dolor las heridas que deja en nuestro ser ante el engaño...en estas intensas lineas en ROJO, Alberto Nadra de manera autobiografía revela los SECRETOS de un pensamiento como "filosofía" que su propio creador, el hombre, destruye en el egoísmo de la perpetuiduad...gracias ALberto.Ing. Jorge Pinelli.
ResponderEliminar