domingo, 28 de agosto de 2011

El Dinero no Tiene Olor


Seguimos con nuestra selección dominical de Tres mil historias de frases y palabras que decimos a cada rato, de Héctor Zimmerman, Editorial Aguilar.

Cuando alguien quiere justificar ganancias obtenidas de manera poco honrosa, suele alegare que el dinero no huele. El dicho –non olet, en su forma original—proviene de Vespasiano, emperador romano que en el siglo I de nuestra era. Vespasiano, que recibió de Nerón las arcas agotadas del Estado, necesitaba sumas enormes para costear sus guerras y obras monumentales como el Coliseo. Para ello echó mano a os impuestos más insólitos y llegó a gravar e uso de los mingitorios públicos imponiendo un tasa sobre la orina. Cuando su hijo Tulio tachó de inmunda la medida, Vespasiano ordenó traer una fuerte suma. “Aquí tienes”, le dijo, “dime como huele”, Cómo Tulio no percibiera nada particular, su padre le informó que provenía del impuesto a la orina. “Ya ves”, agregó, “no tiene olor”. Venga de donde viniere no necesita desodorantes para ser muy bien recibido en todas partes. (NR: interesante información, pésima conclusión).

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