En este blog, y algunas publicaciones electrónicas, se ha difundido un análisis que realicé luego de las elecciones del 28 de junio. De los diversos comentarios y reacciones que recibí, quiero compartir, por el esfuerzo de análisis crítico y aporte constructivo, el que realiza el compañero Fernando Abel Maurente, escritor, periodista y docente, militante del Partido Patria y Pueblo, que publico tal cual fue editado por Redacción Popular, donde trascribe (en negrita) párrafos de mi nota, y comenta (en tipografía común) sus opiniones y reflexiones. El hecho que Maurente tenga una historia de casi 40 años de militancia en socialismo de
El compañero Alberto Nadra, presidente de Izquierda Democrática, es autor uno de los documentos más interesantes producidos desde el seno del Movimiento Nacional y Popular, luego de la derrota electoral del pasado 28 de junio: «Transversalidad, concertación y pejotización». Este documento fue reproducido por el periodista Raúl Isman en su medio electrónico «Redacción Popular» y publicado por «Rebanadas de Realidad», una agencia de noticias alternativa, el 14 de julio pasado. Me he tomado el trabajo (sin su permiso) de analizar sus puntos de vista y agregar los míos, como una manera de dinamizar el intercambio que impone el medio gráfico. Está en mi espíritu y seguramente recojo el objetivo del compañero Nadra, de que este tipo de trabajos configuren nuevos puntos de vista desde los cuales avanzar en el proceso revolucionario. Alberto parte de una concepción que comparto: el triunfo oligárquico básicamente se dió en el plano ideológico-político. Nos habla también sobre la desidia y las equivocaciones del kirchnerismo en su construcción política. Nos hace una convocatoria urgente y necesaria para recomponer el campo nacional. A partir de su planteo inicial (la derrota en el campo ideológico-político) es que dasarrollo el eje de mis intervenciones y puntualizaciones.
«Todos los que apoyamos a Cristina y Néstor Kirchner por estar convencidos de que hoy son la mejor conducción posible para empujar un proyecto nacional y popular sufrimos una dura derrota en las elecciones del 28 de junio. No sólo en la provincia de Buenos Aires, sino en seis de los siete principales distritos del país.Y utilizamos la primera persona del plural porque hemos fundamentado públicamente la necesidad de un voto de aval al rumbo iniciado en 2003 (pese a sus inocultables insuficiencias y errores) para enfrentar una clara ofensiva de la derecha, con su corrosivo ariete mediático, que dentro y fuera del justicialismo se recompone rápidamente a partir de un triunfo propio: el rechazo a las retenciones móviles en el Senado, simbólicamente concretado con el desempate de Cobos.»
«Al decir de Gramsci, la ofensiva logró la hegemonía en el campo ideológico; es decir, una clase o fracción de clase convenció a otras clases o fracciones de clase de que sus intereses particulares eran los intereses generales. En otras palabras, de que la voracidad de las patronales rurales eran los intereses de "los" argentinos; o del viejo argumento de que repudiar "el kirchnerismo" significa la defensa de
DOS MODELOS, UN MISMO SISTEMA
Suscribo totalmente este punto de vista. La actual conducción del bloque patriótico, el kirchnerismo, carece según mi punto de vista, de una ideología totalizadora en condiciones de enfrentar la ideología totalizadora del bloque antinacional. Cuando afirmamos que nuestro país es una semicolonia, queremos significar que a diferencia de la mayoría de los países europeos, los EE.UU. y el Japón cuyas burguesías industriales consumaron el proceso de Revolución Nacional en los siglos XVIII y XIX, eliminando de cuajo el atraso terrateniente y feudal, nosotros tenemos irresuelta aún esa cuestión histórica. En nuestro país se da la paradoja de que coexistan dos bloques históricamente enfrentados en un proceso permanente de avances y retrocesos, de revolución y contrarrevolución. Cada uno de esos bloques tiene en su conducción una burguesía. El bloque antinacional tiene una burguesía agraria (hoy coordinada por
AMIGOS TACTICOS Y AMIGOS ESTRATEGICOS
«No vamos a enumerar las 50, 100, 200 razones/hechos por los que apoyamos la candidatura de Kirchner, que en distintas versiones circularon ampliamente por la red. No es el tema de esta nota. Sí lo es que, de la misma manera que disimulamos muchas de nuestras conocidas críticas y reparos durante la campaña electoral en función del objetivo central de que no se produjera este avance de la derecha, ahora se impone comenzar a puntualizar algunas de esas críticas, pues sin su esclarecimiento, y deseable superación, será imposible plantear seriamente la sustentabilidad del proyecto nacional y popular. Si bien es cierto que el gobierno acumuló enemigos por su aciertos, también lo es que perdió aliados y ganó adversarios por su errores. Los errores pueden ser corregidos; los aciertos deben se profundizados, y en ambos casos se requiere hacerlo con urgencia.»
En todo proceso revolucionario o contrarrevolucionario los bloques iniciales suelen perder, en la medida que avanzan o retroceden, amigos tácticos y ganar amigos estratégicos. El tema es que el kircherismo perdió por derecha y por izquierda, pero no buscó acuerdos que reconstituyeran y potenciaran sus fuerzas. Tuvo en ese sentido una visión estática de la política.
«Partiremos de invertir analíticamente un aspecto del camino recorrido -la voluntad de la construcción de la fuerza política y social que sustente los logros obtenidos- y señalaremos retrocesos puntuales en la concreción de ese objetivo. El inicial y audaz planteo de la "transversalidad", en el sentido de convocar a una construcción plural que superara el clásico bipartidismo; desde el peronismo, convocar e incorporar a distintas corrientes del movimiento popular en un solo haz -tanto en sus expresiones partidarias como sociales- logró despertar un grado importante de entusiasmo. Entusiasmo que provino tanto de los jóvenes que se sumaron a la lucha social y política en estos últimos años, como a una quizá irrepetible cantera de cuadros formados en las difíciles décadas de los '60 y '70, con una extensa experiencia de militancia y organización; además portadores, en significativo porcentaje, de una sólida formación profesional, irreemplazables para encarar la tarea de la gestión pública, con eficiencia pero sin enfoques tecnocráticos, con clara proyección transformadora a favor de los intereses populares. Pero el planteo se enterró antes de nacer. El pasaje a
PLURALISMO O FRENTE NACIONAL
En ese sentido, da la sensación que tiene una vaga conciencia del enemigo que está enfrentando. Asocio su actitud al desconocimiento político que tuvo grupo de militares que planificó el desembarco en Malvinas y el Atlántico Sur. Estos militares pensaban que el enfrentamiento con las fuerzas de
«Al mismo tiempo, cobraban mayor protagonismo personajes de segunda o tercera línea que acabaron tomando decisiones de primera magnitud: digitando a quién se atendía y a quién no, qué propuestas eran dignas de ser escuchadas por la conducción del proceso, a quién se le ponía o se le quitaba la silla. Y empezó, tímidamente, la sangría. No sólo por derecha, como es muy cómodo señalar ahora para liberarse de responsabilidades, sino por izquierda: de quienes reclamaban la participación y el protagonismo prometido, incidir en las decisiones que se asumieran, defender y profundizar lo conquistado y enfrentar la furiosa contraofensiva del privilegio. La situación llegó a su punto máximo de exasperación con la
Los K defienden la caja rosada, la caja chica. La oligarquía quiere la caja grande: el estado sin regulaciones que afecten sus negocios.
LOS MIEDOS DE COMUNICACION Y LA 125
Ese desconocimiento de lo que está en juego, llevó al gobierno de los K a no tener en cuenta la importancia de la acumulación de fuerzas al momento de dirimir posiciones con el bloque antinacional. Este, si sabe qué se juega y por eso acumula fuerzas por derecha, por izquierda y por el centro.
«Desde entonces, se profundizó el alejamiento de la convocatoria original, y se avanzó en lo que se simplificó como "la pejotizacion". Néstor Kirchner se puso al frente del PJ -objetivamente trató infructuosamente de manejar el PJ bonaerense- y el resto de la construcción política que se jugó por la transversalidad, o la concertación, quedó abandonada a su suerte, sin los mínimos contactos políticos y organizativos, salvo la atención dispensada a cuentagotas para algunos que construyeron buena parte de su inserción social al calor del impulso desarrollado desde 2003.»
TRANSVERSALISMO Y PEJOTIZACION…
La ausencia de un sentido estratégico de conducción política en el doctor Kirchner, explica el abandono a su suerte de los aliados transversalistas y la concertación plural. Argumentar su opción por el aparato del Partido Justicialista bonaerense como una «derechización» es una simplificación «izquierdista». El transversalismo fue una táctica electoral utilizada para enfrentar al PJ duhaldista en 2005, en una alianza con un frente de organizaciones sociales que aparecen en los noventa con el proceso de desindustrialización. Estas agrupaciones organizaron a los trabajadores desocupados y subocupados, abrieron comedores barriales, constituyéndose en una verdadera línea de resistencia frente al proceso de desarticulación social del país de la década menemista. Estas organizaciones ocuparon los espacios abandonados por el peronismo barrial. La concertación, por su parte, significó el acercamiento de franjas de una pequeña burguesía democrática al proyecto K. Lamentablemente el peronismo careció históricamente de una política de inclusión y contención de estas franjas de la sociedad El abandono de ambos sectores sociales, y la opción de los Kirchner por el aparato del PJ reflejan, en mi opinión, una opción conservadora en defensa de su propio programa de realizaciones. El aparato del PJ en los hechos operó como un reaseguro y un corset social para evitar que estas fuerzas sociales, ante la dinámica de la lucha de clases, se tornen inmanejables y excedan los límites de un proyecto capitalista autónomo
En ese sentido los Kirchner no se diferencian en el modo de conducción del propio Perón. Es interesante recordar que cuando éste regresó al país, luego de su obligado exilio, prefirió recostarse en la cuestionada dirigencia sindical, que potenciar a los sectores medios expresados en
«Se produjo un retroceso liso y llano. La sangría esta vez fue escalonada, pero seria y -al margen de no compartir muchos enfoques de los que se alejaron (centralmente la siempre frustrada ilusión de construir alternativas al margen o aún en contra del peronismo)- no se puede decir que lo hicieron por "derecha": la valoración de los avances del gobierno estuvo claro en la mayoría de los que desertaron hacia otros espacios, pero cuestionaron metodologías de construcción y conducción que no se correspondían con la magnitud de la tarea para la que se los convocó; y reclamaron por temas -recursos naturales, transporte, ley de entidades financieras o reforma tributaria, para citar algunos-con los que es difícil no coincidir. «Sin duda la derrota electoral sería menos dura -tendría menos de tristeza y desazón y más de esperanza y convicción- si ese 32% obtenido lo fuera por una fuerza homogénea, una suerte de "núcleo duro" de la población jugado por "el modelo" de justa distribución de la riqueza, con eje en la recuperación del salario real, del rol organizador y constructivo del Estado, de producción con la vista fija en el mercado interno como motor de las transformaciones de fondo y el margen de exportación con claro valor agregado. Esta claro que no es así. No solamente perdimos votos y fuimos derrotados, sino que tenemos enemigos de ese proyecto dentro de "nuestras filas", a la vez que muchos de los que están dispuestos a jugarse por él (y acreditan una historia de compromiso y de lucha en ese sentido) migraron a otras construcciones que dispersan la fuerza para impulsarlo. Ni que hablar de todos aquellos que, con todo tipo de miedos y vacilaciones, podríamos ganar para apoyarlo, al menos electoralmente.»
El autor introduce una interpretación novedosa luego de la batalla electoral: que el techo obtenido del gobierno no es homogéneamente kirchnerista sino que anidan en su interior enemigos del modelo, con lo que la situación es mucho más grave.
«Ahora bien, si coincidimos en que la ofensiva de la derecha -la que presenta como propios y en bloque todos los votos no "kirchneristas"- tiene como origen y objetivo barrer con los aciertos y aprovechar los errores y limitaciones de este gobierno, tenemos que coincidir en que no viene para barrer con una parte de los aciertos sino por todos; e incluso para arrancar de cuajo cualquier intento de avanzar en temas centrales para un cambio de fondo en el país.»
VIENEN POR TODO…QUE HACER…
La oligarquía, efectivamente viene por todo. La reacción debe ser «ejemplificadora». Ninguna duda debe quedar de quiénes son los «patrones del país». Buscan quebrar toda voluntad política en aquellos que desean realizar el más mínimo cambio. Imponer la idea de que el kirchnerismo fue un «veranito de San Juan» en el medio de un gélido e interminable invierno de los Alzogaray, Macri, Menem, Martínez de Hoz, Cavallo, Barrionuevo, Carrió, Bullrich,…Que lo natural no es el veranito sino el frío. Que el estado natural del país es el neoliberalismo, la dependencia al FMI, las relaciones carnales con EE.UU., abjurar de
QUE HACER…
El Movimiento Nacional debe pasar rápidamente a la contraofensiva y rodear al gobierno utilizando las mismas tácticas que la oligarquía, y poner en acción toda la creatividad popular. Debemos multiplicar nuestro mensaje. Usar todo el poder del pueblo. Hacerles sentir que están parados sobre un tembladeral. Que estamos dispuestos a luchar. Usar toda nuestra inteligencia. No dejarlos descansar un segundo. Hacerles sentir que esta Patria es nuestra y que ellos son la anti patria. Es el mensaje que debemos instalar en sus filas. Las paredes deben a volver a gritar la verdad popular. Golpear donde menos se lo imaginan. Poner en evidencia la desidia oligárquica. La inmoralidad de esa sociedad hipócrita. Mostrar brutalmente su corrupción e impunidad, sus mansiones y vida lisensiosa. La situación de la militancia popular es paradójica. A pesar de que existe institucionalmente un gobierno de origen popular que aún conserva más de cinco millones de voluntades a su favor, no es menos cierto que un 70% del electorado le ha dado la espalda. Es una situación de debilidad muy parecida a la que tuvo el Movimiento Nacional en 1955. Ese cuadro de situación coloca a la militancia popular que apoya al gobierno en la marginalidad política, en la «resistencia».
«Por eso, más allá de las diferencias, hacemos un llamado a las fuerzas que no votaron a los candidatos oficialistas por considerar agotado este proceso: debemos defender lo obtenido, que es patrimonio del movimiento popular. Y tenemos que hacerlo porque ya hay claros retrocesos. Porque, producto del envalentonamiento de los sectores retrógrados enquistados en la justicia, hay una ofensiva para frenar el proceso de juzgamiento de los crímenes de la dictadura militar: ya no se conforman con trabar los juicios al terrorismo de Estado, sino que buscan consagrar jurídicamente la impunidad. Porque se plantea concretamente una agenda parlamentaria que revise las retenciones y la estatización de los fondos de los aportes jubilatorios. Porque
“Pero nuestra convocatoria es también de cara el futuro: para impulsar la aprobación sin concesiones a los monopolios mediáticos de la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que reemplace a la de la dictadura. Además, habrá que luchar por una nueva ley de Entidades Financieras que haga lo propio, así como privilegiar una política cultural integral al servicio del proyecto nacional y popular. Y, por supuesto, retomar con toda fuerza la reestructuración progresiva del reparto federal de los recursos nacionales, la decisión de poner el transporte al servicio de todos los argentinos, uno de cuyos pilares son los planes de reconstrucción ferroviarios, la captación de la renta minera, petrolera, pesquera y del juego, la recuperación paulatina de los recursos naturales, la ratificación de la ley de glaciares, para dar algunos ejemplos.»
EL VOLUNTARISMO NOS LLEVA A UN NUEVO NAUFRAGIO
Sin una construcción política participatoria y un sistema de ideas totalizador que nutra a los sectores populares y les proporcione una comprensión de la situación y los argumentos efectivos para dar la batalla, toda convocatoria va a naufragar en el mar del voluntarismo. Por esa razón es fundamental instalar en la militancia ambos conceptos: ideología y organización. El sistema de ideas debe ser enriquecido en el debate profundo de todas las organizaciones. Un debate que potencie la organización militante. Un necesario intercambio de ideas que no impida ni trabe la reorganización de las fuerzas populares. Hasta ahora el sistema de ideas transformado en sentido común por la usina ideológica del campo oligárquico ha superado nuestros planteos. Pasaremos a la contraofensiva cuando logremos resistir (que ya es vencer) y neutralizar los argumentos del bloque oligárquico. Cuando hablo de construcción organizativa estoy señalando entre otras cosas la construcción de un sistema alternativo de medios populares de comunicación manejado desde la militancia que actúe como factor defensivo del mensaje opositor, lo decodifique explicando su verdadero mensaje y en instantes lo redistribuya por una red multimedial en el que intervenga un ejercito de militantes populares mediáticos. Ese multimedios popular actuará también como organizador colectivo y formador de cuadros políticos. Aprendamos de nuestros opresores y sobre todo aprendamos a respetarlos como ellos hacen con nosotros. Nos quieren aniquilar porque nos respetan. Así de simple.
«No hay donde retroceder. Algunos compañeros golpeados por la derrota y, a nuestro juicio, mellados por la prédica del adversario, plantean la inconveniencia de encarar algunos de estos debates que "no están en la agenda de la gente", porque "nos pueden aislar" y encima "le damos más argumentos" a la ofensiva derechista. No coincidimos.
«A nuestro juicio, el silencio es el mejor camino hacia la derrota segura; al menos en este nuevo intento de recomponer un proyecto nacional y popular, sostenido por una fuerza política y social que, insistimos, no sólo no ha sido construida, sino que estamos muy lejos de lograr. El debate del cómo, el cuándo y quiénes, es el que se impone sin ninguna demora, pues no admite atajos mediáticos ni ya alcanzan los meros gestos. Se necesita autentica voluntad de cambio y diálogo, comenzando por los propios aliados del movimiento nacional y popular -tantas veces sometidos a un inexplicable destrato--, pues si uno no quiere, dos no pueden, más allá de convicciones y esfuerzos propios.»
EL DESTRATO…SUS CAUSAS…
El «destrato», que otros llaman el ninguneo, tiene que ver con la lucha de clases en el Movimiento Nacional. Una nueva construcción impone un sistema totalizador de ideas, nuevas formas organizativas y de participación popular que articulen de una manera efectiva todos los componentes del Movimiento Nacional. Esta nueva confluencia de sectores y clases sociales trascienden al kirchnerismo. ¿Es posible que el kirchnerismo trascienda sus limites de clase? ¿Qué el peronismo resuelva su contradicción y se construya una nueva síntesis superadora? Es una posibilidad que sólo la realidad nos lo dirá. Independientemente de esa posibilidad las fuerzas nacionales y populares debemos ir preparando y gestando esa mutación dialéctica que permita infligir a las clases conservadoras una derrota estratégica. Debe quedar en claro quién es el enemigo principal y que debemos defender a este gobierno como punto de partida de una mayor profundización de lo alcanzado hasta ahora. Es fundamental la construcción del ala izquierda del movimiento nacional, la reconstrucción del Frente Nacional con nuevas formas organizativas y un pensamiento que clarifique la acción.