jueves, 29 de abril de 2010

AMIGOS


Poema de Pablo Cingolani, poeta y militante argentino que hace años trabaja con Evo Morales en Bolivia. Como me escribiera Hugo, uno de esos amigos, bellísimo y simple, porque la belleza es simple.

No somos más que dos o tres… Apollinaire: Lazos (1918)


Tengo un amigo que se volvió ladrón,
Y hay otro, que dejo de serlo

Tengo un amigo borracho a morir
Y uno, que no conoce ni agua

Tengo amigos que siguen creyendo
Y hay los que ya ni me creen

Tengo amigos que son como búfalos,
están siempre a punto de embestirte

Tengo amigos que son como pétalos
Y vuelan como si el aire fuera gratis

Tengo amigos de la vida y de los caminos,
Que son lo mismo

Tengo amigos del tumulto y de la soledad,
Que no es igual

Tengo amigos como estrellas
Y se encienden cada noche

Tengo amigos como pájaros
Cantando cada amanecer

Tengo amigos que son lo poco
Que tengo: con ellos, sueño

¿Qué más puedo pedirle a la vida
Que tenerlos como amigos?

¿Qué más puedo temerle a la vida
Que no tenerlos?

Con mis amigos, armo una fiesta
Invencible, siempre

Sin mis amigos, me apagaría
Irremediable, definitivamente

Siento al mundo sin mis amigos
Y me da terror, lo muero

Siento al mundo con mis amigos
Y es bello y grato vivirlo

Mis amigos son la mejor cosecha
La única recompensa, el halago

De vivir la vida, sentirla
Y caminarla de pie

No se qué haría sin mis amigos,
Me perdería tal vez en la distancia

Los recuerdos o el olvido
La furia o ese no saber de nada

Pero si incluso así fuera
Si los ríos subiesen por sus cauces

Si el verano se tornase invierno
Y el vergel, desierto y tumba

Si no escuchase más
El nombre de los mártires

Si no tuviese siquiera
Un compañero

Si la vida se tornase hostil
Por las máquinas y el hastío

Si todo se sometiese
Y no se rebelase

Si se acabase el mundo
Y no quisiera volver

Allí, en el último lugar
En la última hora

Del último abismo
Y la esperanza, también la última

Allí, mi dios, yo se, los encontraré
Porque son mis amigos

Son los vientos que me guían…
Son las palabras que me curan…
Son los ojos que me miran siempre…

Las brújulas podrán oxidarse
Y el mundo, lo mismo

Pero los amigos,
Mis amigos, nunca, jamás

Pablo Cingolani
Río Abajo, 26 de abril de 2010

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