A
partir del repudiable y repudiado atentado al metro de Santiago, es bueno
refrescar la memoria acerca de quiénes, cómo y por qué impulsaron el terrorismo en
Chile. En este caso, con un texto de Manuel Salazar Salvo, publicado en la
revista Punto Final, del 3 de septiembre de 2010.
Corría el año 1970 cuando la derecha creó el
Frente Nacionalista Patria y Libertad, que detonó bombas en Santiago culpando a
grupos anarquistas y de ultraizquierda, con el fin de causar temor,
desestabilización y así impedir reformas estructurales en el país.
En
la conjura, promovida por el gobierno estadounidense a través de la CIA luego
de una reunión en Washington en la que participó Agustín Edwards Eastman, el
dueño de la cadena de diarios El Mercurio,
se agruparon pequeñas y variopintas facciones de ultraderecha. Venían golpeando
a las puertas de los cuarteles militares desde mediados de la década del 60 y
en la campaña de 1970 se congregaron en el Movimiento Alessandrista
Independiente (MIA).
Allí
estaban los gremialistas, que conducía Jaime Guzmán Errázuriz; el Movimiento
Alessandrista Democrático, que encabezaba Luciano Morgado; un sector de la
juventud del Partido Nacional, liderada por Guido Poli Garaycochea; el grupo
Tizona, de Juan Antonio Widow; un grupo de choque dirigido por Luis Hurtado
Arnés; Casa de la Victoria, del químico Luis Gallardo Gallardo; el
nacionalsindicalista Tacna, representado por Juan Diego Dávila; y, un comando
de combate callejero proveniente de Fiducia, representado por Juan Luis Bulnes,
Julio y Diego Izquierdo Menéndez. Todos ellos constituyeron el Frente
Republicano Independiente (FRI) del que emanó el Movimiento Cívico Patria y
Libertad, encabezado por el abogado Pablo Rodríguez Grez.
Uno
de los principales instigadores del FRI fue el general (r) Héctor Martínez
Amaro, un nacionalista extremo que en 1970 fundó con Franz Pfeiffer el Partido
Nacional Popular, un intento por reagrupar vertientes nazis y oficiales en
retiro de las Fuerzas Armadas. Martínez Amaro, además, era uno de los
principales operadores del general (r) Roberto Viaux Marambio, líder de la
rebelión militar conocida como Tacnazo, registrada el 21 octubre de 1969.
En
septiembre de 1970 miembros del FRI coincidieron con Viaux y sus partidarios en
que se debía evitar que Allende llegara a La Moneda y que la única forma de
lograrlo era mediante un golpe militar. El paso previo, sin embargo, consistía
en crear alarma pública para justificar la acción castrense. Se buscó la herramienta
para ello y así nació la “Brigada Obrero Campesina” (BOC), encargada de poner
bombas y realizar todo tipo de atentados que la opinión pública atribuyera a la
Izquierda radical.
La
coordinación de operaciones se encomendó a Enrique Arancibia Clavel, ex cadete
de la Escuela Militar que provenía de Tizona, agrupación viñamarina vinculada a
sectores de la Armada. Entre los encargados de la logística de la BOC estuvo
Nicolás Díaz Pacheco, sindicado como colaborador de la CIA.
El
9 de septiembre de 1970, Jorge Alessandri anunció que de ser elegido por el
Congreso Pleno, renunciaría al cargo. Eso permitiría una nueva elección. Así,
sería posible que se presentara como candidato Eduardo Frei Montalva, con el
apoyo del centro y la derecha, como había ocurrido en 1964.
Sin
embargo, el presidente del PDC, senador Benjamín Prado, declaró que “si el
señor Allende otorga de un modo real y eficaz las garantías necesarias -que
tenemos el deber de solicitar- en algunas materias vitales, puede esperar una
decisión favorable de nuestra parte”. Esto deshacía la maniobra de la derecha y
el freísmo.
Simultáneamente, se anunció la constitución del Movimiento Cívico Independiente Patria y Libertad. En el acto fundacional, Pablo Rodríguez afirmó que “el pueblo elegirá entre democracia y marxismo y se actuará por la razón o la fuerza”.
Las
Fiestas Patrias concedieron una breve tregua en las calles. El 21, la Sociedad
de Fomento Fabril informó de una acentuada baja de la actividad industrial y
comercial. Poco después, Pablo Baraona, enlace entre Alessandri y el gobierno,
envió una nota al ministro de Hacienda, Andrés Zaldívar (DC), expresándole que
la causa de la crisis económica era la potencial designación de Allende como
presidente de la República.
El
viernes 23, el PDC entregó a Allende un documento mediante el cual, según ese
partido, se garantizaba el régimen democrático como condición para apoyar su
nombre en el Congreso Pleno. Esa noche, por cadena nacional de radio y
televisión, el ministro Andrés Zaldívar dio a conocer la grave situación
económica, lo que acrecentó la fuga de capitales.
La última semana de septiembre comenzaron los atentados explosivos en supermercados, torres de alta tensión, empresas extranjeras y medios de comunicación. En las inmediaciones aparecían panfletos firmados por la BOC.
La última semana de septiembre comenzaron los atentados explosivos en supermercados, torres de alta tensión, empresas extranjeras y medios de comunicación. En las inmediaciones aparecían panfletos firmados por la BOC.
Allende,
el día 29, entregó su respuesta al estatuto de garantías que pedía el PDC. En
la tarde se efectuó una “Marcha del silencio” convocada por Patria y Libertad.
El 30, se reunió el consejo nacional de la DC para conocer la respuesta de
Allende. Se acordó insistir en que el estatuto se convirtiera en ley antes del
24 de octubre, rechazando el compromiso de Allende de hacerlo después de llegar
al gobierno. Esa noche, el director de Investigaciones, Luis Jaspard, reveló
que la policía estaba en antecedentes de la participación de Luis Enrique
Yarur, hijo del magnate textil, en actos terroristas.
Ola de
bombazos
Octubre
de 1970 se inició con una manifestación de Patria y Libertad en la Universidad
Católica. Pablo Rodríguez afirmó que “la libertad se mantendrá en nuestra
tierra pase lo que pase y cueste lo que cueste”. La misma noche una bomba de
alto poder explotó en la Bolsa de Comercio. Dos horas después, otro atentado
dinamitero afectó a la sucursal Providencia del Banco Francés e Italiano.
El
3 de octubre, la Junta Nacional del PDC acordó votar por Allende en el Congreso
Pleno, siempre y cuando estuvieran aprobadas por el Parlamento las garantías
constitucionales. Tres potentes bombas estallaron en distintos puntos de
Santiago.
El
día 6, la UP designó al senador Anselmo Sule (PR), a Orlando Millas (PC) y a
Luis Herrera (PS) para incorporarse a la comisión mixta que con el PDC
elaboraría el Estatuto de Garantías Constitucionales, que se aprobó pocas horas
más tarde. El anuncio fue seguido de otra ola de bombazos y de una campaña
telefónica que advertía la colocación de bombas en establecimientos escolares,
cundiendo el pánico entre padres y apoderados.
Y
mientras los bombazos se sucedían, el día 9, pobladores de los campamentos “26
de Julio”, “Ranquil”, “Elmo Catalán”, “Magaly Honorato” y “La Unión”, ocuparon
la casa central de la Universidad de Chile. Una veintena fueron detenidos.
Todos iban armados de palos, laques y revólveres, y vestían uniformes de tipo
guerrillero. Eran dirigidos por el mirista Víctor Toro. Ese mismo día fueron
arrestados cuatro sujetos portando cartuchos de dinamita. Se les identificó
como Dante Poli Garaycochea, Jorge Roberto Rodríguez, Mario Tapia Salazar y
Eladio Arancibia Hidalgo, capitán (r) de la Armada. La policía les atribuyó
militancia en una denominada Vanguardia Nacional Libertadora, vinculada a
Patria y Libertad.
Asesinato del
general René Schneider
El
11 de octubre, al culminar un pleno del comité central del PS, Allende denunció
que “agentes de la CIA y gusanos cubanos dirigen la sedición”. La policía civil
multiplicaba los allanamientos y detenciones en busca de los autores de
atentados explosivos. El día 13, una comisión de la Cámara de Diputados aprobó
en general el Estatuto de Garantías Constitucionales.
Al
promediar octubre, asumió la comandancia de la Armada el almirante Hugo Tirado
Barros. Tres miembros de la derechista Vanguardia Nacionalista Libertadora
fueron puestos a disposición de la justicia como autores de atentados
terroristas, entre ellos los bombazos contra Canal 9 y la Bolsa de Comercio.
Fueron identificados como Alejandro Cabrioler Moya, Walter Abdul Malak Zacur, y
Edison Torres Fernández.
Patria
y Libertad publicó una inserción en El Mercurio
afirmando las “mal llamadas Garantías Constitucionales son un gran fraude
político al pueblo de Chile y entregan nuestra democracia sin reserva a la
voracidad del marxismo”.
A
los arrestos se sumó un nuevo miembro de los grupos terroristas de la derecha,
identificado como Silverio Villanueva Fruter, comerciante, quien reconoció la
asesoría de extranjeros en el manejo de explosivos y armas.
El
día 15, la Cámara de Diputados despachó el Estatuto de Garantías, mientras el
Banco Central acogía la denuncia de la UP sobre fuga de dólares y decidía
rebajar las cuotas de esa moneda para los viajeros. El Siglo, por su parte,
afirmaba que terroristas prófugos se estaban reuniendo a conspirar en Mendoza.
Cuatro
días después, el 19, en un espectacular allanamiento, Investigaciones detuvo al
mayor (r) de ejército, Arturo Marshall, quien reveló que su misión era asesinar
a Allende antes de que asumiera la Presidencia de la República. Tras este
incidente, Alessandri pidió a sus partidarios que no votaran por él en el
Congreso Pleno. En tanto, el consejo nacional del PDC, por unanimidad, aprobó
votar por Allende.
La
conjura para evitar que Allende fuera proclamado presidente tuvo su episodio
más dramático el 22 de octubre. Esa mañana el automóvil en que viajaba el comandante
en jefe del ejército, general René Schneider, fue interceptado por cuatro
vehículos. Tres sujetos se bajaron y uno disparó sobre el militar, hiriéndolo
gravemente El gobierno decretó estado de emergencia y toque de queda en todo el
país. El general Carlos Prats asumió como comandante en jefe subrogante. El PDC
declaró que “el crimen es contra el derecho del pueblo chileno para decidir su
destino”, agregando que “procedimientos fascistas como éste deben ser
extirpados sin vacilación y sin piedad de nuestra vida ciudadana”. El Senado
despachó el proyecto de Estatuto de Garantías, quedando pendiente para su
sanción por el Congreso Pleno. La dirección de Investigaciones fue asumida por
el general (r) Emilio Cheyre. Carabineros y la inteligencia militar se sumaron
a las diligencias para identificar a los autores del ataque al general
Schneider.
La
CUT llamó a un paro nacional y pidió a los trabajadores que se mantuvieran en
estado de alerta. La UP suspendió la concentración para celebrar el triunfo. El
24, el Congreso Pleno proclamó a Salvador Allende como presidente: 153 votos a
favor contra 35 para Jorge Alessandri, y siete votos en blanco.
El
25 murió el general René Schneider. Tres días después, el 28, fue detenido el
general Roberto Viaux. También fueron arrestados Jaime Melgoza, Carlos Silva
Donoso y el coronel (r) Raúl Igualt, suegro de Viaux. En las semanas
siguientes, otros treinta miembros del complot fueron capturados y se empezó a
conocer la trama y los actores del complot.
El
plan para producir el golpe militar incluía la anulación de las cuatro
principales antigüedades del ejército, en lo que se llamó operaciones Alfa,
Beta, Gama y Delta, consistentes en el secuestro simultáneo de los cuatro
oficiales superiores: René Schneider Chereau, Carlos Prats González, Pablo
Schaffhauser Acuña y Manuel Pinochet Sepúlveda. La coordinación quedó a cargo
de Juan Diego Dávila Basterrica, quien redujo a dos a los generales que se
opondrían al golpe: Schneider y Prats. Los otros dos, según Dávila, se sumarían
al levantamiento. Finalmente, decidieron secuestrar sólo al comandante en jefe.
Casi tres años después, varios conspiradores de la fracasada asonada de octubre
de 1970 participarían en la preparación de un exitoso golpe militar. Y, ya
consumado en septiembre de 1973, se sumarían como agentes y colaboradores de la
Dirección de Inteligencia Nacional, la temible DINA.
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