domingo, 22 de junio de 2014

Los Negros Trigo no descansan en paz...

Afiche del documental dedicado a Horacio, 
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA POR MIS CAMARADAS SECUESTRADOS Y ASESINADOS

RAÚL HORACIO TRIGO,  militante de la Federación Juvenil Comunista (FJC), estudiante de arquitectura, el 23 de junio de 1976, a la edad de 28 años fue secuestrado en la madrugada por miembros del III Cuerpo de Ejército y personal del Comando Radioeléctrico de la Policía de la Provincia de Córdoba.

Minutos antes, los captores tirotearon y allanaran el departamento de una vecina, quien fue asesinada en esas circunstancias Luego, ingresaron en el departamento de Raúl y su esposa,  y en las restantes tres viviendas del piso. Luego de interrogarlos, Raúl fue separado y llevado, según se dijo, para averiguación de antecedentes. Fue visto, por última vez, en La Perla. Había egresado del Colegio Nacional “Perito Moreno”, de Comodoro Rivadavia, e iniciado la Carrera de Arquitectura en 1970.Según consta en su legajo, llegó a inscribirse en el año académico 1975.

En marzo de 1971, durante los incidentes del “Viborazo”, allanan su casa, en la que vivía con tres compañeros que, como él, militaban en la Federación Juvenil Comunista; los detienen y pasan once meses en sucesivos Penales, General Roca, Neuquén, Rawson. Los liberan en febrero de 1972 y él vuelve a Córdoba, afianzado ideológicamente. La experiencia de la detención, el compartir todos esos meses con presos políticos de todas las tendencias, lo enriqueció y fortaleció en sus ideales.

Raquel Sosa, su compañera relata en “Arquitectos que no fueron” que: “Un sobreviviente del campo de exterminio La Perla lo recuerda especialmente porque hablaba de sus sueños como arquitecto, para aplicar en su Comodoro natal. Le decíamos “el Negro Trigo”…Sólo nos queda la memoria, el recordar, del verbo ‘recordaris’, volver a pasar por el corazón”.

El 9 de junio  de 2013 se conoció la confesión del ex teniente coronel Bruno Laborda diciendo que en 1979 se emitieron las “disposiciones finales” que fueron cumplidas por todos los jefes y oficiales y por algunos suboficiales de todas las unidades con asiento en la ciudad de Córdoba, consistían en “la remoción de los cadáveres enterrados en el campo de la Guarnición militar Córdoba” -campo de exterminio La Perla- “Se procedía a compactarlos en recipientes para luego esparcir éstos en minúsculos pedazos, en una Salina próxima a la ciudad de La Rioja.”

 Ay de esas pampas salineras, ay de esa inmensa mancha blanca.
Ay de nuestra tierra. 
Ay de nuestros símbolos y de nuestra historia de fracturas. 
Cómo no sentirnos un terrón de sal al recordarte, Negro. 
Con este gusto a sal, seguimos armando pieza por pieza el rompecabezas de la verdad mientras 
la impunidad siga matando, secuestrando y robando. Impunidad es corrupción e inseguridad. 
Los Desaparecidos son muertos que no morirán.

Los Negros Trigo no descansan en paz sobre el desierto de Sal.

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