Tres fragmentos de SECRETOS EN ROJO. Un militante entre dos siglos, interpretados por Raúl Rizzo.
martes, 25 de agosto de 2015
RIZZO interpreta NADRA
Poco más de 12 minutos de pura emoción.
Tres fragmentos de SECRETOS EN ROJO. Un militante entre dos siglos, interpretados por Raúl Rizzo.
Las viejas banderas. La infancia perdida. Leonor y la tortura.
Tres fragmentos de SECRETOS EN ROJO. Un militante entre dos siglos, interpretados por Raúl Rizzo.
lunes, 17 de agosto de 2015
Vidal, la “gran mentira blanca”, que pueden convertir en realidad
Días
antes de las PASO consideré, en un post en esta misma página, que la derecha esta construyendo un “muleto”
ante el deterioro político de (Marta) Gabriela Michetti, y como complemento a
la instalación y blindaje que brindaron
durante años a Mauricio Macri: María Eugenia “Mariu” Vidal.
¿Un ejemplo? Ninguna crítica al PRO, ni lucha en la CABA, de las que hubo un
promedio de 100 diariamente, protagonizadas por los vecinos durante todo el año,
tuvo repercusión: represión de la Metropolitana; destrucción de edificios
históricos; negociados inmobiliarios y nula construcción de viviendas sociales;
liquidación de espacios verdes; de la educación y la salud pública.
Pues bien,
luego de los resultados redoblaron la fuerza de lo que ya habían iniciado para
posicionar a “Mariu”, seguidora fiel de Horacio Rodríguez Larreta, que la
incorporó al “Grupo Sophia” y la llevó al PAMI de la Alianza. También de su
mano, estuvo en la Secretaría de Desarrollo Social, su especialidad, en 1998,
en el gobierno de Carlos Menem.
Clarín, nota del 16 de agosto de 2015,
firmada por Julio Blanck, aporta
argumentos en ese sentido: “Nadie
la vio venir. En las PASO del último domingo ella, “no sacó ni 20 ni 25 puntos,
hizo el 29, 43, y con 2.263.430 votos fue la candidata a gobernador más votada.
Tuvo la capacidad fundamental de pescar casi todos los votos de Macri, de Sanz
y de Carrió. Al día siguiente se puso unas lindas botas y se fue a recorrer
barrios inundados, como le cuadra a todo candidato que conoce su negocio. Si los planetas se alinean, los Reyes Magos existen y el voto opositor
migra y se concentra, Macri puede estar en el balotaje y ella puede terminar
siendo gobernadora. O peleando la elección hasta el último voto”.
Muchos
deseos y sorprendente cantidad de mentiras en siete líneas.
Solo
queremos marcar la que es, sin duda, tomada por el establishment para establecer esta nueva “esperanza blanca”, que lo será, en caso que no enfrentemos cada
uno de las falacias conque bombardean diariamente.
Tomemos
sólo una de ellas: la “excelente”, “impactante”, “sorprendente” cantidad de
votos de Vidal.
Pues
bien, aunque tampoco nos alegre, son los votos de Macri y sus aliados radicales
de “Cambiemos”.
Los
promotores de la figura de Vidal, en este caso Blanck, omiten decir que si
bien hubo tres candidatos presidenciales de “Cambiemos”, hubo solo una
candidata a gobernador.
Por lo
tanto, si los tres candidatos sumaron 2.375-617 votos, la sorpresa hubiera sido que superara esos votos. No solo no lo
hizo, sino que Vidal pierde poco más de
100.000, exactamente 112. 277, pero la suma sigue marcando un alto peligro, subestimado por algunos puristas que coquetean en forma suicida con la derrota.
domingo, 16 de agosto de 2015
Woodstock, Onganía y Joe Cocker
Afiche original de Woodstock 1969 |
Un día como hoy, domingo 17 de agosto de 1969,
sobre el filo de las 16 horas, y como cierre de su actuación, Joe Cocker
inmovilizó a buena parte de las 400.000 personas que protagonizar el histórico Festival
de Woodstock, en el condado de Ulster, Estado de Nueva York.
Como un salvavidas para los que
continuaban una furiosa tormenta obligó a suspender el concierto, como si nada
pudiera igualar el momento mágico que habían compartido, y allí surgieron las imágenes
de lluvia y barro, danza e instintos desatados que recorrieron el mundo.
Eran los tiempos de la “psicodelia” y el “Amor y Paz”, engañosa --por lo parcial,
e intencionada-- imagen de los años en que los estudiantes universitarios de Harvard
y Berkeley luchaban contra la guerra en Vietnam pagando un alto costo en
víctimas, o se quemaban miles de cedulas de convocatoria “a filas” desafiando
las represalias.
En Argentina había terminado la “siesta”
impuesta por la dictadura del general Onganía y El Cordobazo inspiraba las
luchas a lo largo y ancho del país.
Tiempo después, estaba con mis
compañeros organizando la primera lucha de masas de los secundarios porteños en años:
una cinta negra por los estudiante asesinados en nuestros obligatorios sacos azules y en los guardapolvos de
las chicas, con sus pelos atados con cita ellas, igual que la media americana
de los varones, humillando nuestras deseadas melenas. Nada de colegios mixtos,
claro. Eso vino mucho después.
Se inició en mi colegio, el
Mariano Moreno, y se extendió como reguero de pólvora por toda la arisca capital,
hasta ese momento sin reacciones de peso contra el régimen.
La casa de reunión, era un oasis
de música. El padre de Néstor era un influyente actor de la industria y apenas
unas semanas luego de Woodstock él nos ofreció escuchar una “impresionante” versión
de Whit a little help from my friends, la canción de los admirados e insuperables The Beatles, escuchada
decenas y decenas de veces en “Modart en la noche”, programa radial obligado para
los fuimos jóvenes en aquellos años, que conducía con una voz inconfundible Pedro Cesar Mansilla.
En ese momento era más importante
la bronca creciente contra Yoko Ono, pues los medios (ya entonces, lógico) nos
habían vendido la versión que los Beatles no habían participado pues John
Lennon se negó ante el rechazo a que participara el grupo musical de “la japonesa”. Sólo muchos años después supimos que su
entrada a EE.UU. desde Canadá fue bloqueada por el Richard Nixon, presidente de
los EEUU.
Una amable, y escéptica sonrisa,
acompañó a Néstor cuando enchufó el Geloso, acomodó la cinta en el lugar
preciso, y empezó a girar, sonando la voz de ese desconocido. A partir de allí,
el mismo impacto que sacudió Woodstock, y la piel erizada, mezcla de asombro e
incomparable emoción. Joe Cocker, como
centenares de veces después, pero nunca
igual, cantaba Whit a little help from my friends...