martes, 21 de marzo de 2017

Todos los misterios de la Carta de Walsh


Impactante (e imprescindible) Iinvestigaciòn de Diego Igal en la revista Anfibia (Universidad Nacional de San Martín-UNSAM), con ilustraciones de Sebasatiàn Angresano y Julieta Marziani

Entre enero y marzo de 1977, Rodolfo Walsh escribe la “Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar”. La firma en el primer aniversario del Golpe, alcanza a distribuir algunas copias y, horas después, es asesinado y luego desaparecido. Durante meses, y años, el texto prohibido circula de mano en mano y se transforma en canónico. ¿Quiénes reciben esas copias? ¿Quiénes las ponen a circular aquellos días aciagos del ’77? ¿Quién es el argentino que la publica completa, por primera vez, a más de 7 mil kilómetros de Buenos Aires? Con el pulso de un thriller, Diego Igal responde estas y otras preguntas sobre la famosa Carta y reconstruye los últimos días de la vida cotidiana y clandestina de su autor.
http://www.revistaanfibia.com/cronica/todos-los-misterios-la-carta-walsh/






viernes, 17 de marzo de 2017

La vieja trampa de la corrupción...

    

Hace apenas quince días realice un (otro) comentario acerca de la manipulación del tema “corrupción”, pero creo que es necesario volver a encararlo, esta vez apelando a la memoria colectiva, tantas veces extraviada en nuestra Argentina.
   
    Cuando publiqué “SECRETOS EN ROJO. Un militante entre dos siglos”, cité en su página 261 un par de párrafos de mi apertura de un programa de “Política en Acción”, que entonces, 30 de septiembre de 1998 (sobre el final del menemismo), conducía por Cablevisión:

    “Algunos amigos del Frente Grande me critican haberles cuestionado su absolutización del tema corrupción, y llaman al canal [ilustré el comentario con la lectura de algunos mensajes]  para decirnos que, por ser estructural, la lucha contra la corrupción es una cuestión de principios. Es cierto. Y también lo es que combatir la corrupción es parte de construir una Argentina más justa. Pero está lejos, muy lejos, de ser la base de su logro, la principal ‘cuestión de principios’”.

    En mi libro, cuya primera edición publiqué en 2012, añadía:

    “Plantear, como buena parte de la UCR (menos Alfonsín, hay que rescatarlo, quien combatió abiertamente el neoconservadurismo de Menem y el hegemónico sector continuista en la propia Alianza) que la corrupción era “el” problema –en lugar del modelo rentístico y de rapiña que hegemonizaba la política argentina desde 1975– era cambiar de collar para vendernos el mismo perro: nos conduciría, como nos condujo, al desastre; al menos para el pueblo trabajador y la clase media.
Pero esa posición fue la que hegemonizó el proceso cuando el ultraconservador De la Rúa fue elegido como candidato a Presidente el 29 de noviembre de 1998, y “la gran esperanza progresista” Carlos “Chacho” Álvarez– combinaba su macartismo con la tesis de que la militancia “dejó de existir en la Argentina”, relegando y frustrando la vocación de cambio de una generación entera de cuadros técnicos con vasta experiencia militante: un acervo de personalidades y potencialidades irrepetible en un futuro inmediato.
¿Y en qué depositaba aquel “teórico del nuevo progresismo” las esperanzas? ¿Cómo pretendía vincular a la dirigencia de un proceso de cambios con “la gente” cuando pregonaba que estaba “superado” lo de decirle “pueblo” al pueblo, y “peronismo” al peronismo (al que él mismo había pertenecido)? Nada menos que a través de “Los medios masivos de comunicación. La comunicación ahora es directa entre los dirigentes y la ‘gente’ mediante los medios”, repetía.
Borracho de figuración por el abierto empujón mediático que recibió su figura –también la de Graciela Fernández Meijide– cuando el establishment consideró agotada la experiencia Menem, el “Chacho” adecuó el gatopardismo y confió en que los grandes medios concentrados por siempre llevarían su mensaje; así, desinteresadamente, y a lo largo y ancho del país. Un visionario…”

Ahora bien: ¿por qué apelamos a reflexiones pasadas sobre hechos que ya ocurrieron? Pues nos venden, y una parte importante de la ciudadanía, aún compra el pescado podrido que nos vende la reacción conservadora. Pues GRAN parte de la dirigencia y una parte de la militancia no considera necesario pensar nuestros errores y el porqué de los fracasos del campo popular.

     Aún hoy, 2017, casi veinte años después,  desde un supuesto “progresismo” hay quienes piensan, o al menos así lo declaman,  que el problema –que problema es—de la corrupción sigue siendo el nudo que explica el atraso argentino, y el sufrimiento del pueblo.

    Aún hoy una parte de nuestro pueblo escucha ese fatal canto de sirena conque nos han estafado –encarcelado y asesinado en el caso de los luchadores del campo nacional y popular—todo los impulsores y protagonistas civiles y militares de los golpes de Estado y los gobiernos conservadores y neoconservadores desde inicios del siglo pasado.

    Aún hoy, en 2017, en el campo nacional y popular, algunos creen que la política se define por centimetraje o minutos en los grandes medios de comunicación.


    Aún hoy, pese a la lección de la derrota en 2015, algunos creen que las alternativas nacen sólo de acuerdos electorales, que deben transitarse, sin dudas, y no en la construcción de poder popular, en una alternativa organizativa y programática asentada en barriadas, centros productivos agrarios e industriales, en las casas de estudio y a lo largo de todo el campo de la creación artística y cultural.

jueves, 2 de marzo de 2017

Bueno, vamos a hablar (otra vez) de corrupción


   Una amiga a la que quiero y respeto por su trayectoria y entrega, me llama la atención por eludir los casos de corrupción en los gobiernos de Néstor Y Cristina Kirchner, en mi referencia al hipócrita --en ese aspecto, para otros tramos tengo adjetivos y caracterizaciones menos favorables-- discurso de Macri ante la Asamblea Legislativa. 

   Jamás oculté mis críticas, es más se lo anticipe a Néstor Kirchner cuando con otros compañeros decidimos apoyarlo en 2003, mucho antes de su triunfo: lo haría como marxista, con un fuerte impulso a lo que se hiciera bien, una crítica constructiva a las carencias o insuficiencias, y la condena a lo que en mi opinión se hiciera mal, con o sin convicción, calculado o no. 

   Mucho antes que aparecieran las denuncias de Lázaro Báez, para tomar un caso emblemático, denuncié las infamias que se producían de la mano del ahora preso Ricardo Jaime al frente de la secretaría de Transporte: en ferrocarriles, pero no únicamente.

   También los interminables negociados de los “barones del conurbano”, muchos de los cuales finalmente fueron desplazados por el voto popular, pese a que después de agitar su “cristinismo” (como antes su menemismo, su duhaldismo y así sucesivamente), en casos recalaron en las filas de Massa, o directamente del PRO-Cambiemos.

   Tampoco los manejos y muchas decisiones de las gestiones, para llamarlas de alguna manera, de gobernadores como Alperovich, Beder Herrera, o Fellner para citar algunos ejemplos.

   No esperé a su desplazamiento para opinar sobre Redrado, Prat Gay, Beliz, Lousteau, Diego Bossio, Sergio Massa o Stiuso y el aparato de la SIDE.

   Pero ahora no estamos ante la corrupción que habitualmente acompaña gobiernos, militares y democráticos, y que es parte de la matriz constitutiva del capitalismo (otra diferencia, en este caso de perspectiva, con el gobierno anterior), e incluso infectó fatalmente los intentos de construir otra sociedad.
Ahora se trata de TODO ESO, que bien conocemos y sufrimos, pero SUMADO dentro de un plan sistemático de negocios para esquilmar el Estado por parte de una CEOCRACIA aliada a lo peor del actual sistema-mundo: el súper concentrado, improductivo, y depredador sector financiero internacional.

   Esto no se resuelve con las filmaciones del torpe ladronzuelo de López arrojando bolsas llenas de dólares en un convento, o en una de las tantas cuevas que el establishment inició en dictadura y multiplicó en democracia, en casos para derrocar presidentes (Alfonsín), en otros hostigarlos y arrancarles concesiones como el mantenimiento de la Ley de Entidades Financieras de la dictadura, la renta minera y pesquera (CFK) y en los más cooptarlos como en los ’90 y la trágica experiencia de la Alianza.

   La HISTORIA muestra que el Grupo Macri, uno de los fundadores de la “Patria Contratista” que esquilmó al país en los últimos 40 años, se benefició con el (primer, pero no único), perdón del funcionario de la dictadura genocida Domingo Cavallo, quien estatizó la deuda de los grandes grupos económicos nativos, en este caso particular por 170 millones de aquella época, con lo cual SU deuda pasamos a pagarla entre todos.

   No en vano, el Grupo llegó a 1976, el inició la dictadura con siete (7) raquíticas empresas, e inició la democracia, en 1983, con cuarenta y siete (47) compañías, un poderoso núcleo concentrado de poder, que jugaría un papel tan decisivo como nefasto en los años por venir. 

   Sin tener en cuenta la depreciación de la moneda estadounidense equivale a casi VEINTE VECES el contenido de LOS TORPES BOLSOS DEL CORRUPTO SEÑOR LÓPEZ Y SUS SOCIOS.

   En relación a la ACTUALIDAD, el “perdón” que intentaron con el CORREO implica VARIOS CENTENARES DEL TORPES BOLOS DEL CORRUPTO SEÑOR LÓPEZ Y SUS SOCIOS, con lo cual las horas de filmación hubieran excedido cualquier prudente campaña de videopolítica.

   Finalmente, si consideramos las otras CINCO CAUSAS (PANAMA PAPERS, AVIANCA, entre las más comprometedoras) en las que está imputado el Presidente, y los casi 100 funcionarios de su Gobierno implicados en los llamados pudorosamente casos de “conflictos de intereses”, EL CORRUPTO SEÑOR LÓPEZ Y SUS SOCIOS, tendría que pasar varios días para tirar mucho más de MIL BOLSAS DE DOLARES POR ENCIMA DE LA PARED DEL CONVENTO, o de otra propiedad de su gusto.

   Claro, no fue ni es necesario: las transferencias electrónicas y los paraísos fiscales son prolijas, pulcras, y muy de gente como ellos.

   Me produce tristeza, por la impotencia, ver al hombre y la mujer de la calle, y aún más a dirigentes que pretenden regir los destinos del país, cargar las tintas entre los políticos que “roban en el Congreso”, o desde los despachos oficiales. No porque no sea cierto, que lo es en no pocos casos. Condenables, sí, pero una minúscula, insignificante parte, de la DECENAS DE MILES DE MILLONES DE DÓLARES de la deuda externa de la que se beneficiaron funcionarios e intermediarios de la dictadura, el gobierno de Menem, el de Cavallo-De la Rúa y de la actual escalada que supera todo lo anterior, en VOLUMEN y VELOCIDAD.

   En estos casos, mientras algunos se entretienen con venales legisladores y funcionarios, que lo son, TODOS ELLOS JUNTOS, y también el CORRUPTO SEÑOR LÓPEZ Y SUS SOCIOS DEBERÍAN ACARREAR BOLSAS NO DÍAS SINO DÉCADAS, ni que hablar si cumplen con las ocho horas reglamentarias de labor.


   REPITO: no estamos ante la corrupción que habitualmente acompaña gobiernos, militares y aún democráticos, y que es parte de la matriz constitutiva del capitalismo, sino a TODA ESA CORRUPCIÓN SUMADA A UN PLAN SISTEMÁTICO DE NEGOCIOS DELICTIVOS para esquilmar el Estado por parte de una CEOCRACIA aliada a lo peor del actual sistema-mundo: el súper concentrado y depredador sector financiero internacional.